POR JOSÉ ARENAS ROPERO CRONISTA OFICIAL DE LOJA (GRANADA)
Tres personajes emergen con luz propia en el período nazarita de la historia lojeña, sin lugar a dudas, el más importante por su proyección político-social y sobre todo cultural fue el polígrafo Ibn al-Jatib. Nace, en Loja en noviembre de 1313, su padre Muhammad al-Jatib,” el Predicador”, es destinado a Granada cuando Ibn al.Jatib era un niño de corta edad, nueve o diez años. Serían por tanto las escuelas y la madraza de Granada donde se formaría nuestro joven Ibn al Jatib, hasta que alcanzó el más alto de los cargos entre los árabes, ser visir del califa y éste lo fue dos veces de sendos califas nazaríes, concretamente de Yusuf I y de Mohammad V, su hijo y sucesor.
Su familia era oriunda de Salman (Yemen), parece ser que llegaron a Al-Andalus en el siglo IX, estableciéndose en Córdoba, como consecuencia de haber participado la familia JATIB en una rebelión contra el emir Al-Hakan I fueron exiliados a Toledo en el año 817, permaneciendo en esta ciudad siglo y medio. Los cristianos fueron echando a los árabes hacia el sur, llegando su familia en el año 967 a Loja hasta el final del reino nazarí en 1492, que estuvieron entre la capital del reino y Loja.
Su nombre propio fue Muhammad, su título honorífico Lisan al-Din, Lengua de la Religión, su patronímico al-Garnati, de Granada, al-Jatib, hijo del Predicador, al –Salmani, su origen familiar.
Loja, por entonces era una de las ciudades más importantes del reino granadino. No se sabe en que parte de la ciudad tenían su vivienda la influyente familia al-Jatib, ni hay referencias de la infancia de Ibn al-Jatib. A partir del s. XII, y desaparecido el imperio almorávide, Al-Andalus vuelve a reestructurarse en 1.145, en una serie de taifas Badajoz, Córdoba, Granada, Murcia, Valencia, Alicante, Sevilla, de escasa duración, hasta que a finales del XII, una nueva invasión, los almohades, los incorporan al reino del norte de Africa para defenderse de los reinos cristianos del norte de España.
En el s. XXIII, Mohamed ibn Nasr, nazarita, quedó solo como reino andalusí hasta 1492, siendo califa Boabdil.
Ibn al-Jatib, estudiara en la Madraza de Granada con los mejores hombres de ciencia y de letras, adquiriendo una gran cultura, estudio lengua, literatura, retórica, medicina, filosofía, historia, geografía etc.
A la muerte de su padre y su hermano mayor en la batalla de Tarifa o del Salado, el visir y protector de nuestro protagonista Ali ibn al-Yayyad, lo nombra su secretario, a su muerte ocho años después se hace cargo de la cancillería de Yusuf I, siendo enviado al reino de Marruecos, como embajador en 1348; muerto Yusuf I le sucede su hijo Muhammad V, a quien encarga la educación de los hijos menores del sultán asesinado, aunque duró poco en este cargo educativo, ya que el nuevo sultán lo envía de embajador al reino Mariní de Marruecos en 1354, un nuevo golpe de estado en 1358-59, destituyó a Muhammad V y colocó al príncipe Ismail en el trono de la Alhambra.
El sultán y el propio ibn al-Jatib fueron exiliados a Marruecos donde permanecieron tres años de 1358-1361, años en los que se dedicó a escribir la mayoría de sus obras y a viajar por todo el reino de Marruecos fijando su domicilio en Salé. Mientras el califa gestiona con Pedro de Castilla que cumpla el acuerdo o pacto de ayuda que tenían firmado, pero una nueva sublevación en Marruecos y el nuevo sultán marroquí ayuda al granadino exiliado a recuperar su trono perdido, dándole hombres y ayuda económica para conseguirlo. Muere el usurpador Ismail a manos de Abu-Said, otro usurpador quien se refugia en la corte de Pedro I quien manda matarlo.
Vuelve a Granada el sultán y su visir Ibn al-Jatib, quien hará que sus súbditos quieran más al califa, aunque las intrigas palaciegas van a propiciar que el lojeño se plantee retirarse de la política, para lo cual trazará un plan que nadie sabe su final más que el mismo, consistía en realizar un viaje por todo el reino para ver sus instalaciones y fortificar las que no estuvieran en condiciones y al llegar a Gibraltar saltar a Ceuta y pedir asilo a su amigo el sultán Meriní. Quien le concedió la ayuda demandada. Todo salió como lo había proyectado, sus enemigos Ibn Zamrak, su discípulo y nuevo visir y el juez supremo de Granada al-Nubahi, eran los jefes de las intrigas palaciegas contra Ibn al-Jatib. La quema de sus libros se hizo y su persona fue declarada hereje y condenado a muerte en Granada, pero era difícil conseguir que volviera a Granada, contando con la ayuda del califa y su protección, por tanto, deberían convencer al sultán o propiciar una sublevación, cuestión que se adelantó debido a la muerte del califa y su hijo, un niño, que fue depuesto tras las amenazas del visir ibn-Zamrak de iniciar una guerra para conquistar Gibraltar sino entregaban a ibn-al-Jatib. Consiguen juzgar a éste en Fez desplazándose incluso el visir ibn-Zamrak. Fue condenado a muerte y al día siguiente cuando fueron a ejecutarle ya estaba muerto e inhumado y tuvieron que desenterrarlo y tras ser quemado, sus cenizas fueron enterradas en un cementerio de Fez en el año 1375, cuando contaba 61 años de edad Ibn-al-Jatib, fue la última figura gigante de la cultura arábigo-andaluza, de él dijo el eminente arabista y catedrático de la Universidad de Granada D. Emilio García Gómez, referente a su poesía “…fue el último representante de este género, porque tras echar la llave, apagó la luz, dejándolo todo a oscuras”. Es muy difícil resumir su vida ya que fue tan intensa y tan complicada que necesita de muchas explicaciones para juzgar a un personaje de este calado no solo intelectual sino personal; no es extrañar, pues, que este ilustre lojeño que nació y vivió en Loja en el torbellino humanista del siglo XIV despierte tanto interés no solo entre los estudiosos de la historia, de la literatura, y de las costumbres y modos de vivir de Al-Andalus. Su vida es un reflejo fiel de la corte nashrí, donde el arte de vivir en política, entrañaba tantos riesgos que nadie estaba exento de acostarse de califa y levantarse degollado o en el exilio, había que ser muy inteligente y habilidoso para permanecer en este intrincado mundo humanista, para ello las sutilezas, los halagos y sobre todo “el saber nadar y guardar la ropa” se aprendía desde la escuela para poder sobrevivir. Escribió más de medio centenar de obras literarias sobre todos los saberes de su época, ocho sobre historia, dos de geografía, dos sobre política y arte militar tres sobre religión, diez sobre poesía, cinco de literatura, cinco tratados sobre medicina, seis epístolas sobre temas varios cuatro biografías, entre ellas la de su padre, Abd Allah al-Jatib, dos epístolas sobre temas filosóficos, uno sobre música, fue todo un erudito y experto conocedor del reino nazarí y marini de Marruecos.
Termino esta breve biografía con unas palabras del profesor D. Emilio García Gómez: “…Si fue laberintico en su obra y vida lo fue más en el estilo. Conocía al dedillo todos los pormenores de la lengua árabe, pero se habituó a escribir siempre, hasta para las cartas de negocios, en una diabólica prosa rimada, donde el pensamiento se columpia o salta de rima en rima…”.
En su obra “EL MIYAR”, traducida por Mohammed Kamal CHABANA entre otras cosas dice sobre Loja: “…El bienestar que allí se respira nos vuelve hacia Dios. Hallas cuanto quieras de molinos y de agua pura, para curar las enfermedades del pecho…racimos de uvas que adornan como collares a las vides…la fertilidad de su tierra es famosa…y sus ojos (de los cristianos) la contemplan con la codicia del amante”.
Si Castilla, tenía al Gran Capitán, Granada tuvo a Aliatar, aunque de origen humilde, hombre de gran envergadura, fuerte y astuto, según algunos autores nació en 1393 y murió en los campos de Lucena en 1483, se enriqueció con el comercio de especies, llegando a convertirse en el general más resolutivo de los últimos años del s. XV.
El héroe de Loja formaba parte de un poderoso linaje familiar que llega a intervenir en la vida política granadina apoyando a los abencerrajes en la lucha política por el reino nazarí, llevando a Yusuf al trono en 1462.
Siendo alcaide de Loja, la defendió en 1482, en su primer intento de reconquista por parte del rey Fernando, con solo tres mil soldados frente al doble por parte de los cristianos, rechazando a las huestes cristianas, tras varias estrategias que sorprendieron a los castellanos, muriendo muchos de ellos en el intento, entre los que se encontró el Maestre de Calatrava el joven doncel Rodrigo Girón Téllez.
Entre sus títulos se encuentran los de Alcaide de Loja, Señor de Zagra, primer Mayordomo de la ciudad de la Alhambra y Alguacil Mayor del reino nazarí, y suegro del rey Boabdil, ya que estaba casado con Moraima, hija de Aliatar.
Aliatar pasó a la historia tras pasar primero por la leyenda en la que cuentan los romances moriscos sus hazañas en la frontera que fueron transmitidas de boca en boca por la tradición oral. Por ello, hay que ser cautos a la hora de tomar como cierto todos los datos referentes a su vida y obra, veamos solo un ejemplo de ello, Dice la tradición que murió en el Arroyo de Lucena en 1483 y que había nacido en 1393, por tanto tenía 90 años, hay que dudar de la veracidad de su edad ya que difícilmente pudiera participar en la guerra una persona de esa edad. Fiel reflejo de esta figura es esa bella imagen en bronce realizada por el artista antequerano José Manuel Patricio Toro que podemos admirar en donde vivió y donde ejerció de alcaide en la Alcazaba de Loja.
(fragmento del Romance de Aliatar)
Con el título de Grande/que le dió el rey por sus armas/el fiero moro Aliatar/ Va de Antequera a Granada/Colgada de su almáizar/Llevaba su cimitarra/la izquierda mano en su rienda/ y la derecha en la lanza/Dos tocas sobre el bonete/ y polvo sobre la cara/ lágrimas sobre los ojos/ Y cuidados sobre el alma.
La última reina nazarita fue Moraima, casada con el sultán Boabdil, es este personaje para algunos historiadores casi imaginario, ya que hay tantas contradicciones y al mismo tiempo tan pocas informaciones del personaje en cuestión que obviamente no hay estudios serios sobre el tema al no existir fuentes fidedignas que nos muestren un camino serio, no se sabe si realmente era este su nombre o que no era hija de Aliatar, versiones que hemos pues de tomar con las debidas precauciones ya que como he dicho las fuentes son las tradiciones orales hasta que en el siglo XIX, el romanticismo crea esta figura tan humana y tan sensible al espíritu humano, reina de un reino que desde su casamiento está en constante división su marido, pelea contra su propio padre y este contra su tío el Zagal su suegro Muley Hacen la cautiva junto con sus hijos en un Carmen donde no puede salir, esto, contado en una novela histórica llamada Cuentos de la Alhambra de W.Irving, también Martinez de la Rosa, asi como el conde de Benalúa y Duque de San Pedro de Galatino escribe su libro “Boabdil”, en los que el nombre de Moraima está a caballo entre la literatura y la historia.
Los datos que poseemos nos dicen que nació en Loja en 1467 hija del alcaide Ali Atar y que muere en Laújar de Andarax, Alpujarra almeriense en 1493, casada con Boabdil a los 15 años, sultán de Granada, hijo de Muley Hacen. Debido a las luchas e intrigas que había en el reino nazarí este estaba dividido en tres facciones la de Muley Hacen la de Boabdil y la de su tío EL Zagal, luchaban entre si y al mismo tiempo tenían que defender el reino frente a los Reyes Católicos, por cuya causa, Moraima sufre cautiverio junto con sus hijos Ahmed y Yusuf, como ya hemos apuntado, en 1483 un nuevo revés sufrirá como hija y esposa de Aliatar y Boabdil, respectivamente, la muerte del padre y el cautiverio de su esposo en la batalla de Lucena, donde además tuvo que entregar a sus hijos como rehenes de la palabra de su padre, menudo sufrimiento para una madre hija y esposa que recibe tal noticia la pérdida de sus hijos la muerte de su padre y la cárcel de su esposo el califa de Granada.
Nueve años estuvo Moraima separada de sus hijos a los que veria una vez estuvo en Andarax, donde murió el pequeño que casi no conocía a su madre, otro sufrimiento más que añadir que se agravó con la muerte del mismo, poco tiempo antes de su partida para Marruecos, quizás esto hizo que se acelerara la muerte de la joven sultana que unos meses antes de la partida muriera en Andarax.
Meses antes de la entrega de Granada a los cristianos el joven monarca nazarí ordeno que llevaran todos los miembros de la familia real enterrados en la Alhambra a la alquería de Mondújar situada a unos 30 kms de Granada, propiedad de la familia real nazarí, aquí trasladó Boabdil los restos de Moraima y de su hijo Yusuf ,desde Andarax, a unos cien kms.
Se cree que cuando realizaron las obras de circunvalación de la carretera de Motril a su paso por Mondújar parte del cementerio o macabrán donde estaban los reyes y miembros de la familia real, fueron removidos y desperdigados quedando de nuevo sepultados en donde se hizo esta variante de la carretera N-323. Es por tanto una triste historia al igual que fue la de su esposo el sultán Boabdil, hay más penas, sinsabores y desgracias, no solo en Granada sino en Andarax, que termina su vida sin ver a su familia unida aunque solo fuera en el destierro en Fez, ya que todos los sufrimientos de Boabdil los tuvo también la última sultana de la Alhambra.
No sabemos la personalidad de Moraima y en que punto influyó en la vida de Boabdil, no hay referencias históricas, si bien como ya hemos dicho si las hay en la literatura. Terminamos diciendo que la realidad de esta lojeña va desde la soledad de una niña que se casa con 15 años a la desgracia, en los últimos diez años de su vida ya que no vio como crecían y como educaban a sus hijos los cristianos y lo poco que convivió con su esposo debido a la guerra granadina tanto interna como externa con los suyos y con los cristianos.
¿Soñaría una vida mejor una vez conquistada Granada viviendo en Andarax una pequeña ciudad donde podía gozar de la tranquilidad del hogar junto con sus hijos y marido, allá en la Alpujarra almeriense?
Sin embargo la fortuna le fue adversa, fue una reina que vivió y sintió en lo más intimo de su ser las miserias y las penurias de la guerra, perdió en los diez años de la guerra a su padre el legendario Aliatar, a su hijo Yusuf y el último reino árabe de Al-Andalus.
Loja noviembre de 2016