POR ROSA Mª DOMÍNGUEZ DE POSADA Y PUERTAS, SENADORA Y EXALCALDESA DE PEÑAMELLERA ALTA (ASTURIAS)

Hoy, tengo que despedir y dar el último adiós a Cecilio Fernández Testón, Cronista Oficial de Peñamellera, figura reconocida en toda España como pintor perteneciente a la llamada generación de Altamira, escultor, poeta y profesor.

Me refiero a Peñamellera, sin apellido, como a él, a José Manuel Fernández Díaz y a mí nos gustaba hablar del Valle Alto y el Valle Bajo. Una Peñamellera única, en su historia y en sus gentes.

Es difícil articular las palabras porque saber que ya no puedo contar con su presencia me sumerge en un amplio dolor.

He perdido un amigo muy valioso, una enorme persona, llena de valores, dadivosa, trabajador y juicioso que siempre nos entregó desinteresadamente su trabajo por este Valle de Peñamellera que tanto amó.

Hoy, se agolpan en mi memoria sus colaboraciones desinteresadas con el Ayuntamiento del que tantos años fui regidora.

El maravilloso trabajo de restauración del Retablo de la Capilla de la Reina de los Ángeles, donde tanto empeño puso y al que tantas y tantas horas dedicó. En sus paredes ha quedado el testimonio de gratitud de todos los allenses donde permanecerá por los siglos el reconocimiento a su insigne persona y a su excelente trabajo.

En octubre de 2010 aceptó el nombramiento de Cronista Oficial de Peñamellera Alta, ya lo era de la Baja y por tanto, de toda su Peñamellera querida.

Las numerosas ediciones de ‘Primorias’, encuentros culturales asturcantabros de poesía, música y artes plásticas y que ya trabajaba en la siguiente edición en Alles, Peñamellera… ¡Eso, desgraciadamente, quedó pendiente!

Aún recuerdo su cara de alegría cuando tuvimos ocasión de recuperar, gracias a un amigo común, la losa funeraria grabada con una espada y que todo parece indicar pertenece al Conde Vela, enterrado en San Pedro de Plecín.

Su última colaboración fue el texto del libro ‘Peñamellera Alta, Nuestro Tiempo’. El día de la presentación del libro en Alles, en diciembre de 2016, fue la última vez que nos vimos aunque no la última que hablamos.

Si tuviera que definir a , sin duda utilizaría la palabra ‘Bonhomía’, porque Cecilio era eso, afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento con todos los que le rodeaban.

Como creyente me queda el consuelo de saber que ya está en paz en la gloria del Señor y que algún día podré, de nuevo, charlar y seguir aprendiendo de él.

Descansa en paz, Cecilio y hasta que nos volvamos a encontrar en la eternidad.

Fuente: http://www.elcomercio.es/