POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Hay quien asocia la infidelidad a un asunto sexual, matrimonial, y la lealtad a un valor que no guarda relación directa con poner los cuernos a la pareja; hay quien asegura que puede ser infiel y leal a su pareja, o lo contrario. Yo, pobre de mí, no alcanzo a diferenciar lealtad de fidelidad; de ninguna manera creo que la infidelidad va ligada al sexo o al cónyuge, y sostengo, salvo mejor opinión, que si uno le pone los cuernos a su pareja es desleal e infiel, y si se los pone con consentimiento, no es desleal ni infiel, al menos por esos polvos. Leal (1ª acep. RAE) significa que se guarda a alguien o algo la debida fidelidad, es decir, a una persona o, por ejemplo, a unas ideas; y fiel (1ª acep. RAE) significa que se es constante en los afectos. En suma, leal o fiel, por no utilizar las palabras definidas en la definición, significa debida constancia en los afectos hacia algo o alguien. Ser desleal o infiel es la quiebra de esos afectos, q.e.l.q.q.d.
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