INGENIO. AQUELLOS ALCALDES DE ANTAÑO: JOSÉ ESPINO SUÁREZ. OSTENTÓ LA ALCALDÍA DURANTE OCHO AÑOS EN DOS PERIODOS DIFERENTES, ENTRE EL SEXENIO REVOLUCIONARIO Y LA RESTAURACIÓN MONÁRQUICA.
Ene 10 2022

POR RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN, CRONISTA OFICIAL DE INGENIO (GRAN CANARIA)

Hijo de Juan María Espino Dávila y de Rita Suárez Ramírez, nació José Andrés Espino Suárez en Ingenio el 7 de noviembre de 1833. En el padrón de 1861 consta soltero con la condición de militar, viviendo con su madre. Contrae matrimonio en la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria el 26 de julio de 1864 con la maestra de primeras letras, Lucía Gil Sánchez, natural de la Vega de San Mateo, primera maestra de niñas titulada que se conoce en Ingenio, en una escuela pública creada en 1858, en razón a que el pueblo excedía de 500 vecinos, siendo nombrada por la Junta de Instrucción Pública, para tal fin, en 1860, ejerciente su labor docente en un local que solo disponía de un salón poco apropiado, en total estado de abandono, donde no existía ni una sola mesa para la escritura. Se dio el caso que el Ayuntamiento de Ingenio fue duramente criticado por la prensa al haber transcurrido ocho meses impartiendo clases a más de 100 niñas, sin haber recibido ni un solo céntimo del escaso sueldo que se le había asignado. Ambos cónyuges celebraron testamento recíproco en 1910, donde hacen constar que tuvieron siete hijos llamados: María (profesó de Hermana de los Pobres en Santiago de Cuba), Francisco, Bartolomé, José, Juan, Rita (maestra de instrucción primaria elemental y superior), y Josefa Espino Gil. Según consta en el libro de difuntos de la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, dos hijos fallecieron párvulos: Bartolomé, nacido en 1865 al año nacer y María José en 1867 al mes de nacida. En la última etapa de su vida en 1918, ya viudo, se sabe que vivía en una casa en la Calle Nueva.

Propietario-labrador

Fue un prominente propietario-labrador de tierras y agua, heredado y adquirido por compra, y como tal, gran contribuyente y elector. Se le contabilizan: una propiedad en la Capellanía; tierra de secano en el Bujo y trozo en la Tarifa. Es uno de los tantos propietarios de Ingenio que adquieren bienes a Pedro Matos Matos, que su antepasado Juan de Matos había adquirido en la zona a finales del siglo XVII y principios del XVIII: tierra de secano y arrifes en Hoya la María, (8 fgs); secano en Monte del Hombre (3 fgs),

Umbría del Calvario (3 fgs.), Calvario Antiguo (1 fd.), medio granero en el Sequero; caña en el barranco de Guayadeque, además de dos trozos de secano en el Florido, en Hoya del Molino, Lomo de Caballos, la Laja, el Sardo, y de riego en Tras Casas y la Berlanga.

Su paso por la política

Forma parte de una saga de alcaldes, desde que lo fuera su abuelo, el celebérrimo José Espino Estupiñán, conocido por “Capitán Espino” en 1785, como alcalde real, cuando aún Ingenio formaba parte del Señorío Episcopal de Agüimes. También lo fue su padre Juan María Espino Dávila, entre 1830 y 1834; su tío Diego Espino Estupiñán (1819, 1823, 1837 y1840 y su primo Francisco Andrés Espino Pérez (1836-1837 y 1852-1854); también lo sería posteriormente su hijo Bartolomé Espino Gil en el periodo 1917-1920.

Su primer periodo en la corporación municipal, tanto en su puesto de concejal como posteriormente de alcalde, abarca una de las etapas más convulsa y a la vez ilusionante del siglo XIX en España, tal fue el llamado sexenio democrático o revolucionario, que comenzó con la revolución conocida por la Gloriosa en 1868, con el país en la bancarrota, que pretendía acabar con el anquilosado régimen monárquico representado por la reina Isabel II, que supuso su destronamiento y exilio. Instaurado en el país un gobierno provisional que funciona entre 1868 y 1871, nuestro personaje es nombrado concejal provisional en esa etapa, como solía ocurrir en las distintas épocas cuando había algún cambio de régimen. Después del breve reinado de Amadeo de saboya entre 1871 y 1873 y una vez instaurada la República en febrero de ese año, José Espino llega a la alcaldía el 12 de septiembre de 1873, al quedar constituido el Ayuntamiento electo por sufragio universal, siendo elegido por votación alcalde primero (alcalde popular), sustituyendo al anterior, José Morales Ramírez, a los pocos días de tomar posesión el último presidente de la República, Emilio Castelar.

Una de sus primeras actuaciones fue promocionar una segunda misa, debido a la estrechez del templo. El problema de la segunda misa que pudiera parecer intrascendente, causó grandes problemas con el párroco, por la obligación del ayuntamiento de tener que pagar al sacerdote que la celebraba. Por 1874, eleva al Gobierno de la República la leal y decidida cooperación del Cuerpo “en las actuales, extraordinarias y difíciles circunstancias por que atraviesa”. Con el golpe de estado del general Pavía a principios de 1874 se pone fin a la efímera Primera República y se da lugar a la llamada dictadura de Serrano. 

Con el pronunciamiento del General Martínez Campos en Sagunto a fin de año finaliza a la etapa sexenista, restaurándose la institución borbónica en la persona de Alfonso XII. A los pocos días de producirse el pronunciamiento, el Ayuntamiento de Ingenio presidido por José Espino acordó en sesión plenaria celebrada el 31 de enero de 1875, presentar su dimisión ante el Subgobernador de la Provincia al considerar estar atravesando la Corporación que presidía “por circunstancias difíciles y no hallándose ésta con fuerzas para desempeñar sus cargos con el acierto que se requiere, y sin que en esto se vea ningún acto hostil a la Monarquía”. Dimisión que no debió ser aceptada, pues José Espino continúa en el cargo hasta el 20 de junio de 1875 cuando el Gobernador lo sustituye por Pedro Martín García, propio de los cambios de régimen en la centuria decimonónica.

Su segunda etapa como alcalde comienza el 10 de junio de 1877 al obtener la presidencia interina por mayoría de votos en el sufragio vecinal, siendo elegido alcalde por unanimidad de los individuos de la Corporación. Entre sus actuaciones más curiosas fue la de emitir bandos y pregones para evitar las parrandas de las diez de la noche arriba. A efectos electorales se procedió a la división del distrito en siete secciones. Por 1878 se insiste sobre la necesidad de disponer de nuevo Ayuntamiento, para lo cual se disponía de algunos fondos para la compra del solar y comienzo de las obras. 

En 1879 se establece una disposición para la matazón de animales y venta de carne. Impone a la Fábrica Parroquial de Ingenio una multa por presunto intento de defraudar al impuesto de consumos dos botijas de vino cuando un cuñado del párroco que lo transportaba, evitando pasar por el fielato, introdujo el vino en una finca que el cura local Santiago Sánchez Dávila poseía en La Mejía, entrando éste en clara confrontación dialéctica con el alcalde emitiendo en su defensa un duro escrito que se agudiza con el estipendio para la segunda misa.

En 1880 se vio la urgente necesidad de construir las nuevas casas consistoriales al quedar el edificio alquilado de la calle La Virgen afectado por las lluvias torrenciales y mojarse los documentos. Se apremia al Ayuntamiento por débitos, mientras que los empleados protestan por el atraso de sus sueldos. La muerte de algunas vacas en 1881 hace que se prohíba el sacrificio de reses vacunas si no se contaba con autorización previa del Ayuntamiento. Las misiones tuvieron una multitudinaria acogida. La falta de médicos en la zona hace que se acuerde gestionar con los Ayuntamientos de Agüimes, Santa Lucía y San Bartolomé la contratación de un médico “aún cuando éste sea de poca nota”. 

El Gobernador ordena repetir las elecciones para la renovación de la mitad del Ayuntamiento que no se pudo verificar por falta de concurrencia de los votantes; una vez celebradas, José Espino obtuvo el mayor número de votos y el 2 de octubre de 1881 fue elegido alcalde por unanimidad de los concejales. A principios de 1882 se solventa el problema de la segunda misa pagándose ésta del capítulo de imprevistos, siendo renovada la licencia en 1883. Cesó como alcalde el 1 de julio de 1883.

Actuaciones en otras instituciones de carácter social y religioso

Como propietario de agua de riego actúa en los órganos directivos de la Heredad Acequia Real de Aguatona participando como comisionado para resolver asuntos, a la vez que llegó a ostentar la presidencia de la institución hidráulica como alcalde constitucional en las dos etapas de su mandato.

Desde la década de 1880 figura como comisionado para la fábrica del nuevo templo de Nuestra Señora de Candelaria, siendo nombrado junto a otros, albacea de la testamentaría de Francisco Dávila Ramírez para la administración de su legado. Posteriormente, durante el proceso constructivo a partir de 1900 formó parte de la Junta creada para llevar a cabo las obras.

Como miembro de la histórica Sociedad de Pastos, en 1877 participa en la creación de una feria franca en el pueblo y en la contratación de Pascual Richart como médico, así como establecer un contrato y asignación de sueldo al director de la banda de música, Pier Luigi Grizziotti. Comisionado para el gobierno y orden de los pastos en 1904 y para contratar a León Sánchez González como director de la Banda de Música; en 1907 y 1908 para la contratación de músicos para las fiestas; en 1911para establecer un reglamento. Miembro de una comisión encargada de elaborar los estatutos en 1918 y para formar las bases que había de regir una nueva sociedad en 1920.

Ejerció como Juez Municipal en el periodo comprendido entre 1895 y 1897.Como propietario-labrador fue tesorero de un sindicato agrícola fundado en el pueblo en 1910.

Constando como propietario, falleció en Ingenio el día 15 de febrero de 1923 a los ochenta y nueve años de edad.

FUENTE: periódico de Las Palmas  «La Provincia»

 https://www.laprovincia.es/gran-canaria/2022/01/10/alcalde-jose-espino-suarez-61406986.html

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