POR RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN, CRONISTA OFICIAL DE INGENIO ( REGIÓN CANARIA).
Las Milicias Provinciales de Canarias. El Regimiento de Telde
A pesar de su posición estratégica en el Atlántico, debido a limitaciones presupuestarias, la defensa de las Islas quedó relegada durante los siglos XVI al XIX – concretamente en 1886 cuando pasaron a ser ejército territorial- a un cuerpo especial bajo la denominación de Milicias Provinciales de Canarias, con una organización singular no profesional y gratuita, en la que muchos campesinos quedaron integrados en sus filas con objeto de obtener el fuero militar que les permitía una serie de privilegios y unas ciertas ventajas ante la justicia. Se trataba de un cuerpo mixto, civil y militar, donde las personas con cierto renombre, propiedades y posición social podían alcanzar la oficialidad. Podía ser miliciano cualquier vecino, excepto negros, mulatos borriqueros, arrieros y molineros. Quedaba estructurado en diferentes Regimientos, al mando de un coronel y diferentes grados (sargento, subteniente, teniente, capitán y teniente coronel), correspondiendo tres regimientos a Gran Canaria: Las Palmas, Guía y Telde. Durante el siglo XVIII y parte del XIX, etapa que comprende la vida de nuestro protagonista, Tomás Sánchez, el Regimiento de Telde que comprendía la zona oriental y meridional de la Isla se componía de catorce compañías de unos cien hombres, más una reserva en Tirajana. El armamento debía ser adquirido por el propio miliciano y era guardado en sus casas, dándose el caso que los más modestos solo disponían de armas rudimentarias como chuzos (palo con puñal en su extremo), picas y hondas. En tiempos de paz, sus servicios y ensayos eran poco frecuentes, con la obligación de acudir en domingo a instrucción y maniobras, pero en guerra se veían en la necesidad de abandonar sus hogares y ocupaciones en una zona muy extensa que comprendía desde Tirajana a Veneguera para evitar los ataques de corsarios, de manera preferente los puertos de Melenara y Gando, contando tan solo con las fortalezas de Gando y Romeral. En casos extremos les correspondía defender el orden público, motines y asonadas contra sus propios paisanos, como fue el famoso Motín de Agüimes de 1718. Capítulo importante fueron las expediciones de las Milicias Canarias en apoyo de las tropas españolas con más o menos fortuna en la Guerra del Rosellón (1795) y Guerra de la Independencia (1808-1811).
En una lista de 1803, figuran como oficiales del Regimiento de Telde, los vecinos del Señorío de Agüimes, entre otros nuestro protagonista, Teniente de Cazadores Tomás Sánchez Maldonado, de 50 años, nacido en Carrizal; el capitán de 67 años, José Espino Estupiñán, conocido por el Capitán Espino, de Ingenio que fue alcalde del Señorío e impulsor de la segregación de la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, ambos expedicionarios en la Guerra del Rosellón; Teniente Félix de Morales, 67 años, vecino de la Villa de Agüimes; Teniente de Cazadores, Juan Xuárez Alvarado (Capitán Juárez), 44 años, bienhechor de la parroquia de la Candelaria, alcalde del Señorío de Agüimes y expedicionario y héroe en la Guerra de la Independencia con el grado de Capitán; Subteniente de Granaderos, José Ramírez Xuárez, 38 años, alcalde del Señorío y primer alcalde real de Ingenio en 1816; Subteniente Francisco Ramírez Xuárez, de Ingenio, hermano del anterior; Subteniente de Granaderos, Bartolomé Dávila, de Ingenio; Subteniente de Cazadores, José Antonio Sánchez, de Agüimes, de 38 años. Otros oficiales fueron: Cristóbal Espino Estupiñán, alcalde constitucional de Agüimes en 1814, participó con el grado de Teniente junto al Capitán Juárez en la Guerra de la Independencia, alcanzó la graduación de Teniente Coronel; Sebastián Sánchez Maldonado (Carrizal) y Francisco Sánchez Maldonado, padre y tío de Tomás; Luis Espino de la Cueva, alcalde del Señorío; Teniente Juan Agustín Morales, del Carrizal. No incluimos en esta lista a Francisco Tomás Morales Afonso, nacido en Carrizal por haber realizado toda su carrera militar en América, alcanzando en el ejército real la más alta graduación de Mariscal de Campo.
Naturaleza y filiación de Tomás Sánchez Maldonado
Hijo del capitán Sebastián Sánchez Maldonado y de María López Espino, nació el día 1 de diciembre de 1754. Posiblemente vivió en la casa que su madre le dejó en el Carrizal, según su testamento otorgado en 1783: “le hago este legado por el mucho amor que le tengo nacido de su buena conducta con buenos servicios a mi vejez y enfermedades”. Dicha casa de su habitación tenía un huerto, patio, cocina y corral, además de otra contigua.
A edad avanzada, contrajo matrimonio el 25 de diciembre de 1819 con María del Pino Espino Dávila de la que le separaba 47 años, hija del Capitán José Espino (Capitán Espino) y Ángela Dávila. En el asiento matrimonial que se conserva en la Parroquia de la Candelaria de Ingenio, se hace constar que Tomás Sánchez era “del Carrizal” y su esposa “del Ingenio”, celebrándose el matrimonio en casa de la novia, para lo cual se precisaba un permiso especial del Obispado, lo que nos indica la categoría social de los desposados. En 1826, nace su hijo Sebastián José, al que le sigue Tomás Sebastián, nacido en 1833 y Sebastián, en 1839. En el padrón de 1836, consta que tiene 81 años, reside en el pago del Carrizal, es labrador y fuerista y está casado con María Espino de 34 años, con los que conviven su hijo Tomás de dos años y una hija expósita llamada María. Según un relato oral de Fernando Romero (Fernandito) vivió en la casa conocida “Cristobalito” en la calle de la Bagacera del casco de Ingenio, posiblemente en una etapa de su matrimonio ya que su esposa era dueña de una vivienda y terrenos en el lugar. En la mayoría de las fuentes escritas figura como vecino del Carrizal.
Partícipe de los heredamientos del Carrizal
En 1788, con el grado de subteniente, junto a su padre y coherederos de la Heredad Carrizalera, participa en el otorgamiento de un poder para que ante la Audiencia de Canarias se nombrara un perito para determinar donde se debía construir una mina en Guayadeque. Por herencia de su padre era dueño de 14 horas de agua por el heredamiento y acequia de las Majoreras en el pago del Carrizal, su dula cada 36 días. En calidad de Teniente Capitán y junto a Cristóbal Xuárez Alvarado, son arrendatarios en 1813 de tres noches de agua del heredamiento y acequia Principal de Guayadeque y pago del Carrizal sin derecho de mina por tres años.
Propietario, Compras y ventas
Por 1797 se le reconoce documentalmente la propiedad de un cercado en la Florida. A finales de 1798 compra una suerte de tierra labradía de sequero de 5 fanegadas en la Laguna debajo del Carrizal. Con el grado de teniente de milicias y vecino del Carrizal, en 1804, compró a José Viera y otros un trozo de tierra labradío bajo riego sin agua en las Rosas del Carrizal. En 1805, los hermanos Sebastián y Juan Cruz, vecinos del Carrizal vendieron al “teniente capitán de milicias” Tomás Sánchez un pedazo de tierra labradía bajo de riego pero sin agua situado en el pago del Carrizal en las mismas Rosas, al igual que a Marcos Cruz otro trozo en el mismo lugar compuesto de dos celemines y medio. En un documento fechado en 1821 aparece como dueño de tierra en la Jurada del Carrizal.
Ventas
Habiendo alcanzado el grado de Capitán de Milicias y el de Teniente Coronel retirado, vecino del “pago del Carrizal, jurisdicción del Ingenio”, vende en 1830 a favor de Sebastián Alonso Estupiñán del mismo vecindario, un cercado de tierra labradía bajo de riego situado en las Rosas en el Carrizal con una cuarta de agua del Heredamiento de la Majoreras cada 36 días de dula. En 1844, como vecino del Ingenio en el pago del Carrizal, vendió bajo pacto de retroventa a favor de José Ramírez Martel del mismo vecindario, una hora de agua de la Heredad Principal de Guayadeque en el Carrizal en 50 pesos. En 1846, figurando como “vecino del Ingenio en el pago del Carrizal” vendió con pacto de retro por plazo de un año a Luis Navarro del mismo vecindario, una hora de agua de la Acequia Principal del Carrizal. En 1817 se vio en la necesidad de vender dos pedazos de tierra labradía con algunos árboles frutales con un total de 8 celemines que poseía en el Albercón del Ingenio con seis horas de agua de la heredad Acequia Real de Aguatona, donde tenía sus propiedades su fallecido tío Francisco Sánchez Maldonado. Constaba en ese momento como Teniente de Milicias y Comandante Militar del pueblo del Ingenio. Con la graduación de Capitán del Regimiento Provincial de Telde, “vecino del lugar del Ingenio en el pago del Carrizal”, vendió en 1836 al Mayordomo del Seminario Conciliar, cuatro horas de reloj de agua del heredamiento y Mina del Carrizal con dula cada 35 días por precio de 174 pesos, hipotecando a la seguridad de la venta cuatro horas de agua que le quedaban del mismo heredamiento y un cercado de dos fanegadas, situado en el paraje de la Horadada en el Carrizal, junto al camino real.
Guerra del Rosellón
En la etapa de la Convención Nacional francesa, España, formando parte de una coalición monárquica europea se enfrenta a Francia entre 1793 y 1795 en la llamada Guerra del Rosellón o de los Pirineos. Después de algunos triunfos de las tropas españolas mandadas por el General Ricardos durante 1794 1795, los españoles fueron expulsados del Rosellón penetrando las tropas francesas en España por Cataluña, País Vasco y Navarra. La guerra terminó con la paz de Basilea, firmada 22 de Julio de1795 en la que España reconoce la República Francesa y les cede la isla La Española.
En 1794, se recibe en Canarias una orden real para que marchara a la Península de una compañía de Granaderos y otra de Cazadores, con preferencia de solteros, excepto los que tuvieran una circunstancia familiar grave (madre viuda, padres ancianos o hermanos desamparados). Para el mando de la expedición conformada se nombró al Coronel del Regimiento de Telde, José de la Rocha (hijo del Coronel Antonio de la Rocha con tanta vinculación con el Carrizal por sus números bienes).
Una vez en la península, la “Columna de Granaderos de la Provincia de Canarias” participó en la Guerra del Rosellón junto al ejército de Cataluña. El 28 de noviembre de 1794, muchos de sus granaderos fueron hechos prisioneros y trasladados al interior de Francia cuando se tomó por los franceses el Castillo de Figueras (Gerona), donde estuvieron ocho meses prisioneros hasta que se formalizó la paz, quedando los milicianos sin capturar agregados al “Batallón de Canarias y al Cuerpo Provincial de Partidas”, que se formó en Barcelona integrándose más tarde en la “División de Granaderos de Castilla la Nueva”. En junio de 1796 se disolvió la columna y los milicianos retornaron a Canarias a sus Regimientos de origen. De todos los movilizados no regresaron 500 hombres; muertos, extraviados o enfermos que quedaron en los hospitales.
No disponemos de referencias documentales de la posible participación de Tomás Sánchez y José Espino en esta Guerra salvo una ligera reseña del segundo; si, en cambio, algunos protocolos notariales que nos indican las disposiciones dejadas, así como su marcha y ausencia durante la etapa bélica, especialmente el testamento que otorga su tío paterno, Francisco Sánchez Maldonado, el 21 de diciembre de 1795 en Telde ante el escribano José Ortega Padrón en el que manifiesta que al no tener hijos, nombra por sus universales herederos a sus sobrinos, hijos de Sebastián Sánchez: “Tomás que se halla ausente en España y Juan José al que pasaría la totalidad de la herencia en caso de fallecimiento de Tomás o que no regrese a esta Isla y si falleciera Juan José pasarían los bienes a sus hijos quienes dividirán por partes iguales en el caso del regreso de mi sobrino Don Tomás”.
Agustín Ramírez Alemán en su obra manifiesta que participó en la Guerra de la Independencia y que en un encuentro con el rey Fernando VII, al indicarle que era canario, el monarca mostró interés y hablaron unos minutos, ofreciéndole tierras y aguas en la isla, oferta que rechazó, manifestando que poseía riquezas para él y para su descendencia.
Considerando que entre la finalización de la Guerra del Rosellón (1895) y el comienzo de la Guerra de la Independencia (1808) transcurrió trece años, cabe la posibilidad que participara en una o en ambas contiendas que no podemos precisar, salvo las reseñas anteriores, ante la ausencia de fuentes documentales.
El agua de la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso.
Con motivo de la llamada primera desamortización decretada en 1798 por Godoy, ministro de Carlos III, sobre enajenaciones de bienes de obras pías, se encontraba un día y una noche de agua perteneciente a la Ermita del Buen Suceso del Carrizal que se mandó poner en pública subasta por el Corregidor y Capitán de Guerra de la Isla para la imposición de varios arbitrios a favor de la Corona. Ante lo que consideraban una arbitrariedad, el 4 de septiembre de 1803, varios vecinos del Carrizal encabezados por Tomás Sánchez Maldonado, a la sazón Teniente Capitán del Regimiento Provincial del pueblo de Telde, queriendo impedir semejante hecho, otorgan poder a tres procuradores de causas para que a nombre de todos los bienhechores de dicha ermita solicitaran no estar comprendida dicha agua, que servía de dotación al capellán que decía las misas, basando esta excepción en que el templo y capellán no tenían otros medios para poder sufragar los costos necesarios del culto, pues los vecinos quedarían privados de las misas y por su precaria condición no poder contribuir anualmente con una pensión semejante y por otra parte el trastorno que les representaba desplazarse al templo parroquial de San Sebastián en Agüimes distante casi una legua, teniendo que abandonar sus casas. Se consiguió que el agua no saliera a subasta en aquellos momentos, hasta que muchos años más tarde fuera adquirida por otro famoso militar carrizalero, el Mariscal de Campo Francisco Tomás Morales.
Anecdotario. Los sucesos de 1823
Una curiosa aventura le va a ocurrir a nuestro personaje con ocasión de los tumultos que se desarrollaron en el famoso levantamiento popular de 1823. Su cuñado Vicente Espino “vecino del pueblo del Ingenio” en la tarde del 8 de septiembre de 1823 le prestó una mula para trasladarse desde el Carrizal a Telde, donde fue requerido por su comandante, ya que no disponía de bestia propia que lo condujera con presteza. La mula fue entregada en el Ingenio al mismo soldado que trajo la orden, a quien su dueño le manifestó que la cuidase, pero fue robada, apareciendo en poder de uno de los oficiales que vinieron de Tenerife y que pasaron a Telde para apaciguar y disolver los tumultos. Las gestiones realizadas por Tomás Sánchez para recuperar la bestia fueron inútiles por lo que ofreció a su cuñado un jumento y dinero que no fue aceptado, llegando el litigio al Juzgado Real Ordinario con fallo desfavorable a Tomás Sánchez que lo hace presentar recurso ante el Alcalde Mayor de la Isla.
Comandante Militar de Ingenio
Al año siguiente de creada la jurisdicción del Ingenio con un alcalde real, Tomás Sánchez Maldonado, vecino del Carrizal, ostenta el cargo de “Comandante Militar de la Justicia en el lugar del Ingenio” con residencia en la Villa de Agüimes en 1817, con la graduación de Teniente de Milicias. Dicho cargo era una especie de jefe de policía local.
Carrera militar
Ostentando el rango de Teniente Capitán de la Quinta Compañía del Regimiento Provincial de Telde, es ascendido a Capitán de la Sexta Compañía del mismo Regimiento al quedar vacante la plaza que ocupaba Pedro Russell por retiro, según orden dada por el Rey Fernando VII en Aranjuez el 23 de abril de 1826. El 13 de septiembre de 1828, se le concede el Real Título de Caballero Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y el 16 de diciembre del mismo año asciende al grado de Teniente Coronel de Milicias Provinciales de Canarias en la clase retirado.
Relación con el Mariscal de Campo Francisco Tomás Morales Afonso y su yerno el Brigadier Ruperto Delgado
No había transcurrido un mes desde que su paisano el Mariscal de Campo, Francisco Tomás Morales Afonso, hizo su ostentosa presentación como Teniente General de Canarias en la Catedral de Santa Ana, cuando el 28 de Octubre de 1827, Tomás Sánchez, compareció en la ciudad de Canaria, como Capitán de la Sexta Compañía del Regimiento Provincial de Telde y “vecino del lugar del Ingenio de Agüimes en el pago del Carrizal” comprometiéndose a pagarle 200 pesos que le había prestado a devolver en el plazo de dos años, hipotecando para su cumplimiento un cercado de tierra labradía de una fanegada situado en la Florida y una cuarta de agua (seis horas) del heredamiento de las Majoreras. En 1847, avecindado en el Ingenio y pago del Carrizal, ya con la graduación de Teniente Coronel retirado del extinguido Regimiento Provincial de Telde, vende al yerno del Mariscal Morales, Brigadier del ejército nacional, Ruperto Delgado un pedazo de cercado situado en las Rosas.
Testamento y fallecimiento
Tomás Sánchez Maldonado y esposa, María del Pino Espino Dávila, otorgaron testamento el 5 de diciembre de 1839 en las casas de su propiedad que habitaban en Carrizal. Tomás Sánchez era poseedor de distintos predios: tierra labradía con casa gañanía, alpénder y accesorios en el paraje de la Juradada; tierra labradía en la Torna del Valo, Lomo de los Martínez, la Florida, el Altillo de la Laguna, Lomo de la Leña, las Puntillas, Los Casarones, Llano del Burrero y dos días y tres cuartas de agua por el heredamiento de las Majoreras y cuatro horas por el Principal y Mina. Por bienes de María del Pino Espino: un cercado de tierra labradía con higueras y palmas con casa gañanía y alpénder y la mitad de lo bajo de una casa en el pueblo del Ingenio en la Bagacera con once horas y media de agua para su riego por el heredamiento Acequia Real de Aguatona, dos casas terreras con muro, portada y demás accesorios en el Ingenio donde decían el Cenicero, tierra de sequero en el Pedregal, Tabares y Morrete de Carlos de Vega Castaña; tierra labradía en el Abreviadero y Eras del Atajo. Instituyen por sus universales herederos a sus dos hijos: Tomás de seis años y Sebastián Sánchez Espino de 17 meses. Un primer hijo llamado Sebastián, falleció párvulo.
Tomás Sánchez Maldonado falleció el 19 de septiembre de 1848 y fue sepultado en el cementerio de la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria en el Ingenio.
Conclusión
Entre los descendientes más conocidos de Tomás Sánchez Maldonado podemos mencionar a la propietaria Juana Sánchez Rodríguez (Doña Juana) que vivió y procreó a sus hijos en el casco de Ingenio y Sebastián Sánchez Ruano (Don Chano), reconocido médico que ejerció su profesión en Carrizal durante muchos años, además de destacado miembro en su juventud del movimiento cultural que editó la revista El Costero.
FUENTE: CRONISTA R.S.V.