POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El dogma de la Virgen inmaculada no debe confundirse con el nacimiento virginal de Jesús, concebido sin intervención de varón; lo de inmaculada significa que no trae el pecado original con el que nacemos todas las personas, es un dogma reciente que tardó en reconocerse casi 900 años, hasta el 8 de diciembre de 1854, que lo promulgó Pío IX. En su bula “Ineffabilis Deus” afirma Pío que la Virgen fue preservada inmune de toda mancha desde el instante en que fue concebida y que esta verdad, revelada por Dios, debe ser firme y constantemente creída por nosotros los católicos y si alguno tuviere la temeridad de dudarlo ha de saber que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y que ha caído de la unidad de la Iglesia y que si además osare manifestar por escrito lo que sintiere en su corazón, queda sujeto a las penas establecidas por el derecho. Yo estoy de acuerdo, no quiero líos.
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