POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Lombardía; Rodríguez, Tensi, Juan Manuel; Sistiaga, Iriarte…, hasta aquí sabíamos de memoria la alineación del Oviedo hace 45 años; en ocasiones, en el centro del campo jugaban Sicilia o Poladura, pero el fabuloso era Iriarte (y un fabulista en el siglo XVIII). Fue llevadera mi adolescencia gracias a Iriarte, por los miles de balones que robó para el Oviedo. La delantera no había dios que la recitara porque cambiaba cada domingo: Gento III, Javier (el cura), Diéguez, Prieto (que le gustaba a mi novia), Uría (que se fue al Sporting), Montes (que vino del Sporting), Quirós (que chutaba raso y duro), Galán (que ya saltaba al campo con la camiseta sudada), Quini (más bajo que el famoso y mejor al futbito), Elósegui, Azurmendi, Gallastegui, Zaballa, Marianín… Hablo de Segunda División. Fueron mis ídolos, junto con los del Praviano, siguen siéndolo, y ningún otro futbolista nunca más.
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