POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Cobra fuerza el conflicto entre ganaderos y conservacionistas, los que viven del ganado y los que protegen al “perdido”, al lobo, especie amenazada y amenazadora para la cabaña astur. De ahí la denuncia feroz de los ganaderos al colgar la cabeza de un lobo en la picota-rotonda de Doriga, y la manifestación convocada para hoy en Oviedo, en protesta por los daños de esta fiera legendaria. Guy de Maupassant escribió acerca de un gigantesco lobo demoníaco y blanquecino que aterrorizaba los campos, a quien mató con sus manos Francisco de Arville para vengar la muerte de un hermano que se rompió la cabeza persiguiéndolo. Compartimos territorio y no es plan defenderlo a dentelladas; es un problema de convivencia de razas y se resuelve con diálogo. Hay que sentarse con el lobo, por un lado, y con las ovejas por otro, y hacerlos entrar en razón, aunque ninguno la tenga.
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