POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
El libro que ahora publica Isabel Fernández comenzó a escribirlo, aunque no fuera consciente, cuando apenas era una niña y escuchaba aquellas historias que entretenían a los murcianos en lugar de la televisión. Y muchos años más tarde, con la idea de que no se perdiera tan rico patrimonio inmaterial, ha decidido escribirlas como espléndido legado para su familia y para cuantos deseen acercarse a las tradiciones y costumbres de la huerta. La obra se llama ‘Recuerdos y sombras nada más’ y también incluye numerosas referencias al pueblo natal de Isabel, La Ñora.
¿Por qué decidió escribir esta obra?
En mi juventud no existían los medios de comunicación y en las veladas acostumbrábamos a dialogar en familia. Este es el motivo de dejarles a mis hijos y nietos nuestras historias, refranes, anécdotas y oficios como el de alpargatero o partera, que asistía en los partos a las mujeres del pueblo.
¿Qué costumbres familiares ha conservado La Ñora?
Seguimos celebrando la fiesta de San Pedro, la Virgen del Paso en septiembre y la salida de la Virgen en Navidad para visitar las casas de los ñoreros con sus rondallas, recogiendo frutos de la huerta para después ofrecerlos en subasta.
¿Ha cambiado mucho la pedanía en los últimos años?
Las casicas, por ejemplo, se han convertido en edificios. Recuerdo que jugábamos en las calles a la mariola y la comba, porque solo pasaban carros o bicicletas. Antes, los jóvenes trabajaban y hoy estudian. El pueblo ha progresado por su cercanía a la UCAM.
¿Cree que la noria, símbolo del pueblo, se ha promocionado todo lo necesario?
No. Aunque la hicieron los árabes, es monumento nacional y aún corre agua por las rejicas para regar la huerta, debería darse más a conocer ya que los ñoreros nos sentimos orgullosos de atesorar esta joya del patrimonio murciano.
¿Se come bien en La Ñora? ¿Cuáles son sus platos típicos?
La comida murciana trasmitida de madres a hijas es siempre especial, como el cocido con pelotas, arroz y conejo con serranas, migas ruleras, paparajotes y fruta como el llamado melocotón del soto, y el tomate que se caracteriza por su sabor y olor a huerta. Son manjares.
¿Qué destacaría usted del carácter del ñorero?
El carácter del ñorero lo defino como sencillo, porque nuestras raíces vienen de gente de la huerta con corazón sincero. Pero, eso sí, donde quiera que resida un ñorero pregonará a los cuatro vientos que proviene de esta pedanía.
¿En qué se inspira cuando se pone a escribir?
En este libro me he inspirado en recuerdos de mi niñez, como las noches de invierno en el brasero haciendo labores y en verano tomando el fresco con las vecinas, contando anécdotas… Quería dejarlas en papel, pues las palabras se las lleva el viento, pero lo escrito, escrito queda.
Si tuviera que elegir una fiesta, ¿con cuál se quedaría?
La fiesta mas importante es el día de San Pedro porque los niños hacen la Primera Comunión y es un día hermoso y con mucha ilusión para padres, hijos y toda la familia. Siempre se recuerda.
¿Hecha de menos alguna tradición antigua?
Una tradición en Navidad es hacer una matanza y disfrutar de un día con la familia y otra era hacer dulces: tortas de Pascua, cordiales, mantecados y pastelillos para obsequiar a nuestras familias en esos días.
¿Tiene algún proyecto para un nuevo libro?
Tengo un proyecto que está casi terminado, pero este libro le ha quitado el puesto: son los recuerdos de mis abuelos que tenían un molino y la harina formaba parte de sus vidas. Por eso mi madre era una estupenda repostera y el libro recoge aquellas recetas de la molinera.
Fuente: http://www.laverdad.es/