POR ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA
Poniendo en el recuerdo a gente significativa de nuestra tierra. Isidro Almazán (de quien queda el nombre titulando un Colegio en la ribera del Henares) fue un señalado maestro de maestros. Era de MÁLAGA del Fresno, también en la Campiña:
Isidro Almazán Francos
Profesor de Enseñanza General Básica.
Escritor.
Nació en Málaga del Fresno (Guadalajara) en 1888.
Murió fusilado en Madrid, en 1936.
Isidro Leandro Almazán, maestro de escuela
Por Francisco Lozano Gamo. Diario «Nueva Alcarria», 14 Septiembre 2007.
Al comenzar un nuevo curso escolar y educacional en nuestro territorio español, así como autonómico y provincial, creo muy oportuno recordar a nuestros lectores y arriacenses en general, la persona de un hombre sencillo, aplicado y adelantado a su tiempo. Trabajó a favor de la enseñanza educacional de los jóvenes alumnos, la formación de maestros y la defensa de nuestras tradiciones. Su nombre era Isidro Leandro Almazán Francos, natural de Málaga del Fresno y llegó a ocupar por varios años la responsable categoría de Presidente Nacional de los maestros católicos de España.
Según la partida de nacimiento que todavía se conserva en Málaga del Fresno a las 10.00 horas del día siete de noviembre de 1888, y ante don Dionisio León y Román, Juez Municipal, y de don Isidoro Pastor secretario del mismo Ayuntamiento, compareció Francisco Almazán, natural de Robledillo, provincia de Guadalajara, con domicilio en esta villa de Málaga del Fresno, presentándose al objeto de que se inscriba en el Registro Civil un niño y, al efecto, como padre de él. Que dicho niño nació en la casa del compareciente el 6 del mes de noviembre a las cuatro de la mañana. Que es hijo legítimo de Francisco Almazán Peñafiel, natural de Robledillo, edad de 25 años y que su ocupación en estos momentos es de labrador con domicilio en la calle de Subida a la Plaza, numero 3. Su madre, doña Ana Francos Rodríguez, natural de Salamanca, término municipal de dicha ciudad y de edad 23 años, dedicada a las ocupaciones. Que es nieto por línea paterna de Isidro Almazán, natural de Robledillo, ya difunto; y de María Blas natural de Robledillo y también ya difunta.
Por línea materna son abuelos Ceferino Francos, natural de Colleras, provincia de Oviedo y ya difunto; y de doña Emilia Rodríguez, natural de Béjar, término municipal de Salamanca, casada y dedicada a sus ocupaciones con domicilio en la casa del Barrio Bajo. Que al expresado niño se le daría el nombre de Isidro Leandro.
Todo lo cual presenciaron como testigos Carlos Antoñanzas, natural de esta villa, mayor de edad, de estado casado y ocupación sastre, domiciliado en la calle Mayor, y Tomas Zurita natural de esta villa, mayor de edad, de estado casado y ocupación albañil y domiciliado en la calle Mayor.
Leída íntegramente este acta, e invitadas las personas que deben suscribirla a que la leyeran por sí mismas, si así lo creían conveniente, se estampó en ella el sello del ,juzgado municipal, y la firmaron el señor juez y los testigos, y de todo ello como secretario certifico.
Con la transcripción de su partida de nacimiento ya no hay ninguna duda de que isidro Leandro Almazán Francos nadó el 6 de noviembre de 1888 en Málaga del Fresno, su padre era natural de Robledillo (Guadalajara) y su madre de Salamanca capital. Por lo tanto, la juventud de este niño se fue madurando en las calles, las escuelas y entre juegos populares con sus tradiciones festivas del propio pueblo campiñero, sin olvidarse de ayudar a su padre en las faenas del campo. Así lo recuerdan algunos de sus familiares que hoy residen tanto en este pueblo como en el vecino y originario pueblo de su padre, Robledillo. Según los mayores que todavía lo recuerdan, su padre llegó a ser alcalde de Málaga del Fresno y que también llego a ser un hombre muy inteligente y bueno.
Homenaje en la villa
Por otro lado, y dado que hoy todavía se sigue conservando la casa donde naciera, me atrevo a sugerir a quien competa este tipo de actuaciones que en dicha fachada no estaría de menos, sino todo lo contrario, pusieran una placa en su honor. El edificio recobraría prestigio, así como la satisfacción y el orgullo de sus paisanos. Sería de merecer un homenaje a la labor humana y pedagógica de este buen maestro nacional y que un día nació en esa villa. La placa indicaría a los visitantes ya Las futuras generaciones que en dicha casa y pueblo nació en 1888 un ilustre maestro de esta tierra y de España, como sin duda lo fue Isidro Leandro Almazán Francos.
También me han asegurado fuentes familiares que cursó estudios en el Instituto General y Técnico de Guadalajara, del que obtuvo el título de Maestro Elemental el 4 de octubre de 1908, por lo tanto a sus 20 años comenzó a ejercer la enseñanza, su gran pasión.
Si bien, a falta de una biografía de la cual estoy seguro que la habrá, me han informado que Isidro Leandro Almazán ejerció su profesión en todo tipo de escuelas, escribió innumerables artículos en defensa de la dignidad de los maestros y de la infancia en periódicos de Guadalajara y Madrid, entre otros de tirada nacional con el seudónimo de El maestro Palmeta. Colaboró en El Debate, dirigió la revista Atenas, escribió libros, dos de ellos dedicados a la formación de maestros, y otros dirigidos a los opositores a escuelas entre los que destacaron Libro del opositor a Escuelas (Antero Concha 1912, Guadalajara) y La Formación de Maestros (Gráficas Alpinas, 1930. Madrid). Asimismo, creó y dirigió la institución de formación «Divino Maestro» y el grupo escolar Menéndez Pelayo de Madrid.
Dicen de él quienes le conocieron que era hombre muy solidario que amaba profundamente a sus gentes y costumbres de su pueblo y Guadalajara y que, como maestro, era sorprendentemente inteligente y muy valiente para los años que políticamente trascurrían en la España de 1930. No en vano, hay una frase suya muy célebre y reconocida, la cual figura hoy en un mural a su memoria en el colegio que lleva su nombre en el barrio de los Manantiales de Guadalajara, que dice así: «Hay que morir de algo y entre hacerlo de una pulmonía en la cama o dar la vida por un ideal, prefiero lo segundo».
Precisamente así ocurrió el 27 de agosto del 1936, a los 48 años de edad y cuando ostentaba el cargo de Presidente Nacional de los Maestros Católicos de España. Cuando murió a causa de su fusilamiento. Perdiéndose tras él un buen hombre que todavía hubiera hecho mucho por la enseñanza y la profesión de maestro de escuelas públicas y rural como era.
Según nos aseguran, su gran empeño apasionado, como mejor obra social que mayormente le caracterizó en los años que se mantuvo activo en altos cargos institucionales del ramo de la enseñanza española, y como tantas veces se manifestó por medio de sus mensajes hablados en reuniones, conferencias y dejó bien patente dicha tendencia en cada uno de sus cientos de artículos y colaboraciones escritas.
Que la villa campiñera de Málaga del Fresno, su pueblo, tiene una deuda con este buen maestro de escuela Isidro Leandro Almazán Francos, ya es evidente y dicho queda por tanto. No así la ciudad de Guadalajara, a su efecto la capital, donde ya el colegio que en sus orígenes por el año 1932 se denominaban Escuelas Unitarias de Niñas y Niños y Párvulos en el barrio de la Estación, hoy calle Río Sorbe y por aquellos años ya contaba con 52 alumnos y 44 alumnas. Más tarde se le llamaría Grupo Escolar de la Estación y en 1942 tomó el nombre de Isidro Almazán, hasta que en torno al 1982, desde la calle Río Sorbe se trasladaron sus instalaciones y actividades educacionales al quedarse éste pequeño dada la gran demanda existente de alumnos al barrio de los Manantiales de nuestra ciudad de Guadalajara.