POR  JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA).

Ulea es, sin lugar a dudas, una ciudad ajardinada. Sus calles, sea cualquiera su ubicación, están engalanadas con maceteros floridos, muy bien cuidados por sus vecinos; lo que supone un orgullo para los uleanos/as y un atractivo para cuantos nos visitan.

Sin embargo, esta ciudad ajardinada, dispone de dos jardines verticales verdadera obra de ingeniería floral, que son la envidia de quienes vienen a Ulea y el orgullo de los uleanos/as que los mantiene en pie.

Se trata del «jardín vertical del Parque de la Marquesa de Perignac» y el túnel abovedado que une a la calle O´Donnell con la calle de Abajo. El clima bonancible de Ulea, recostado en las faldas del monte «El Castillo», es un caldo de cultivo importante para que estos parajes, se asemejen al «Jardín Botánico francés Patrick Blanc».

En efecto, en el Jardín de la Marquesa de Perignac se encuentran las calles ajardinadas de forma vertical, que forman parte de una maravillosa alameda florida; «cuidada con esmero por los jardineros de los dueños del Palacete».

Ya, en el centro del pueblo, en el túnel-sótano que une las calles de O´Donnell y la de Abajo, nos encontramos una Galería con flores arracimadas que trepan por las paredes y ventanas de sus casas, de forma vertical. De hecho, parece un Jardín Tropical y Vertical, como el jardín vertical y tropical francés, de Patrick Blanc.

Este túnel ajardinado, con exquisito esmero, data desde hace muchos años; aunque solamente le conozco desde el año 1940 hasta nuestros días.

El cuidado primoroso de sus vecinos: Rafael y Asunción (los padres de Choneta), La barquera, su hijo Pablo (el bomba), su mujer (la rubia) y sus hijos. La Ginesa y José Emilio y, con posterioridad, Cati y Antonio Morales. Siguiendo por la calle O´Donnell, nos encontramos con la casa de la Claudia Tomás y, posteriormente, con José Antonio Cano y  Lola Ruiz Palazón( la hija del Cuevas) y, finalmente, Sacramentos (la hija de Narciso y la Molinera) y su marido Luis Yepes (El chopano) y su hija Sacramenticos.

Todos ellos hicieron de ese túnel embovedado, una alameda florida, enramada por las paredes y, otras, erguidas de forma vertical. Muchos uleanos entrábamos por una calle y salíamos por la otra- O´Donnell y Abajo, henchidos con su aroma y extasiados con su belleza. Aún lo seguimos haciendo.

Todo ello le da a este túnel embovedado, un aire festivo y señorial; hasta el punto de que quienes nos visitan, no se privan de contemplarlo in situ; aunque tengan que bajar y subir las escalinatas  qué, para hacerlas más asequibles a las personas mayores, el Ayuntamiento las ha dotado de unos pasamanos para que podamos subir y bajar sin contratiempos

Cualquier visitante que camine por la calle O’Donnell no cederá a la tentación de asomarse a dicho túnel ajardinado y contemplar su belleza.