POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Dos hechos históricos sucedieron en el año 1898. El primero, la Guerra de Cuba, con el afamado desastre y la pérdida de las colonias. Y el segundo, histórico al menos para Murcia y para lo que nos ocupa, la apertura de La Fonda Negra, el comercio de ultramarinos más antiguo de la ciudad que aún mantiene abiertas sus puertas. Desde entonces, de forma ininterrumpida, han sido especialistas en conservas de marisco de las rías gallegas, embutido ibérico y de chato murciano. Casi nada, oiga. Su propietario, Jesús Sánchez Blaya, quien atesora media docena de distinciones, es testigo de la evolución de los gustos de los murcianos durante estos últimos años.
-Se lo habrán preguntado mil veces. Así que allá va la mil una. ¿De dónde viene el nombre de ‘La Fonda Negra’?
-¡Sí que me lo han preguntado veces, sí! Al parecer, había aquí al lado una parada de diligencias y una carbonería cercana. Como en este local se preparaban entonces comidas, pues la gente asoció fonda con carbonería y de ahí sacaron el nombre.
-¿Desde cuándo está usted detrás del mostrador?
-Se podría decir que desde mi nacimiento. Eso hace un total de 63 años. Y conmigo acabará esto.
-¿No tiene a nadie que le suceda?
-Tengo dos hijos, aunque no se dedicarán a esto. Después de esta crisis que estamos pasando es como para pensarlo bien.
-Recuerdo que antaño se preparaba leche de almendra que, por cierto, estaba muy rica. Y después dejé de verla. ¿Han cambiado los gustos de los murcianos?
-Esa leche la venden ahora en las farmacias.
-¡Qué cosas!
-Sí que han cambiado en estos años. Por ejemplo, antes las perdices en escabeche eran un producto exquisito y muy reclamado. Ahora, siendo igual de exquisito, nadie lo quiere. Los más jóvenes te miran con asco cuando se lo ofreces. Y lo mismo ha pasado con las alcachofas y los espárragos.
-¿Y qué productos trajeron los tiempos?
-Entre otros, el jamón ibérico.
-¡No me diga que el jamón ibérico no es algo de toda la vida de Dios!
-Se lo digo. Hasta los años ochenta o por ahí apenas se consumía. Si acaso, en el Rincón de Pepe. Ni tampoco las cañas de lomo ibérico. Supongo que la producción era menor.
-¿Y el queso de El Gallo, aquél que era duro como un demonio?
-Tampoco viene ya tan duro. Yo suelo dejarlos unos meses para que endurezcan. Y los vendo muy bien.
-¿De qué productos ha aumentado la venta?
-Se venden muchas legumbres. Quizá por la crisis. Aunque, bien mirado, ahí tengo unos garbanzos de la Baja California, que dicen que son los mejores. Cuestan a 4 euros el kilo y se venden mucho. Los normales solo cuestan un euro.
-Y los vinos, ¿qué?
-También ha variado su consumo. La mayoría de clientes busca botellas de unos 5 ó 6 euros. Ya no se piden tantas marcas como antes.
-¿Qué otro producto de la tierra merece un diez?
-Muchos. Pero me quedaría con las nueces del Nerpio. No se pueden comparar con ningunas.
-¿Ni las de California, que dicen que son excelentes?
-Ni las de California ni las de Chile. Con ninguna.
Fuente: http://www.laverdad.es/