DE JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES)
Los investigadores José Antonio Ramos, José Luis Pérez y Carlos Zamora han publicado un libro sobre el político liberal, benefactor y filántropo Antonio María Concha y Cano.
Placentino, de ideología liberal, primero de la corriente progresista, sobre todo tras el Trienio Liberal, de 1820 a 1823, fecha en la que abandona el seminario de Plasencia, y republicano más tarde, en la línea de Nicolás Salmerón, Antonio Concha se establece en Cáceres, donde se dedica a la política y diversas actividades empresariales.
Funda la Agencia General de Negocios y, poco después, con su socio Bernardino Gallardo, explotó la mina de fosforita ‘Esmeralda’ de Cáceres, en Aldea Moret, que arrendarían a Segismundo Moret.
Fue diputado a Cortes por el distrito de Navalmoral y apoyó el proyecto laicista propuesto en la nonata Constitución de 1856. Cuatro años después, en el proceso desamortizador del ministro Madoz, adquiere numerosas propiedades de bienes comunales y de propios en la provincia cacereña.
De 1850 a 1852 fue concejal del Ayuntamiento de Cáceres; y, con 70 años, fue el primer alcalde republicano de la ciudad, de abril a agosto de 1873. Tras su etapa cacereña, y una vez que adquiere las fincas mencionadas, se establece en Navalmoral en 1873, donde reside hasta su muerte.
La Fundación Concha, creada en 1883, surge de los deseos de su fundador, quien sintió una especial inquietud por todo lo relacionado con la educación y los modelos avanzados de formación de su época. Consciente de ello, instituyó esta fundación, para que se encargara de crear una escuela de párvulos y una biblioteca pública en Navalmoral de la Mata, mediante testamento otorgado en 1882.
El Ayuntamiento de Navalmoral, en sesión celebrada el 25 de enero de 1885, le nombró Hijo Adoptivo de la villa; se le dedicó la calle Talavera, que conserva su nombre, y también una estatua.