POR RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN, CRONISTA OFICIAL DE INGENIO (LAS PALMAS).
Nacido en Cazadores y emigrante en Cuba, se estableció en Carrizal, donde se casó en dos ocasiones y amasó una gran fortuna | Ostentó la alcaldía entre 1851 y 1852
Los herederos del que fue reconocido político y alcalde de Las Palmas, José Ramírez Bethencourt y hermanos, son dueños en la actualidad de una gran cantidad de bienes rústicos y urbanos en Carrizal, así como agua de los distintos heredamientos de Ingenio; bienes que genéricamente los carrizaleros conocen como los de “Don José Ramírez”, al igual que otros de distinta naturaleza en Las Palmas y distintos lugares. Gran parte de esta riqueza fue heredada de su padre, el también político y prestigioso abogado Maximiano Ramírez Morales, adquirida por su abuelo de origen humilde, José Ramírez Martel, eje central de esta crónica histórica.
Hijo de Miguel Ramírez y Andrea Martel Ortiz, nació José Ramírez Martel el 14 de abril de 1811 en el barrio teldense de Cazadores; fue bautizado el 21 del mismo mes en la parroquia de San Juan Bautista de Telde. Contrajo matrimonio el 2 de junio de 1845 con María de la Concepción Rodríguez Suárez, hija del rico hacendado carrizalero Sebastián Rodríguez y de María Suárez, en cuya casa de Carrizal se celebró la ceremonia, privilegio solo al alcance de familias pudientes. Tuvieron por hijos: María Concepción (1846); José Rafael (1847); Laureano (1850), al que se le reconocen estudios en el Seminario Conciliar; Francisca (1851); Juan Bonifacio (1853), Ceferino (1855) y Pedro Ramírez Rodríguez. En 1860 en unión de su esposa, constando como vecinos de Las Palmas celebran testamento en el que declaran poseer bienes heredados de sus padres y los adquiridos maridablemente lo fueron con dinero suyo aportado al matrimonio, localizados en Agüimes, Ingenio, Telde, Teror y Las Palmas, legándose entre ambos el quinto de todos los bienes si no se casan de nuevo e instituyendo como herederos universales a sus hijos. En la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso contrajo matrimonio en segundas nupcias el 3 de octubre de 1873 con María Petronila Morales Guedes, también de familia notable de Carrizal.
Emigró a Cuba donde permaneció durante trece años, habiendo logrado acumular una fortuna de 8.753 pesos corrientes que dejó allí en poder de su hermano Francisco para que los conservase y disponer personalmente de 1.231, trayendo al Carrizal 1.411 de los que conservó 2.600 y lo demás lo invirtió: 2.230, en préstamos hipotecarios y otros documentos de empeño; 2.155 que prestó a varias personas en obligaciones simples; 437 que le adeudaban varias personas vendiéndoles al fiado 125 fanegas de millo. Todo lo cual apuntaba meticulosamente en un libro de cuentas y declaración ante escribano público. Debió regresar por 1844 que es cuando aparecen documentados los comienzos de sus múltiples negocios de préstamos y compras con pacto de retroventa que realizaba hábilmente entre los vecinos del Carrizal con propiedades que empujados por la necesidad se veían en la obligación de desprenderse de sus bienes en la etapa triste de mediados del siglo XIX. Actividad económica que lo llevó a amasar una inmensa fortuna, convirtiéndose en uno de los mayores potentados del municipio junto al ingeniense José Ramírez Ramírez con el que mantenía una cordial amistad, así como con el polifacético maestro y secretario del Ayuntamiento de Ingenio, Vicente Medina Ramírez, nieto del que fue primer alcalde real de Ingenio en 1816. Contó con el beneplácito de carrizaleros distinguidos como el teniente capitán Juan Agustín Morales y el teniente coronel Tomás Sánchez Maldonado con los que realizó alguna transacción.
Adquisición de bienes
Entre los años 1844 y 1875 adquiere numerosos bienes, según se reconoce en distintos protocolos notariales que se conservan en el Archivo Histórico Provincial, gran parte con pacto de retroventa, en general beneficiosos, ya que se trataba de un contrato mediante el cual se establecía un precio de venta por un número determinado de años y transcurrido ese tiempo el vendedor se reservaba la facultad de recuperar lo vendido devolviendo su valor, gastos o cualquier cantidad estipulada. En pocos casos los vendedores disponían de dinero para recuperar lo vendido una vez vencido el plazo pactado, por lo que pasaba a su poder de forma definitiva, tan solo en algún caso se conoce la devolución del inmueble.
Hemos seleccionado gran parte de los bienes adquiridos en función de la documentación encontrada. Las compras a particulares más conocidas fueron: tierras de labor bajo riego en el Carrizal en la Hoya, la Cantarilla, Torna Golosa, junto a la plaza de la Ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso, paraje de Carlos, Olivares, el Arenal, Isabel Juana y la Hoyilla.Tierras de secano y para siembra en Vega Castaña y Cumbre: Bordo de la Caldereta, los Gitos, Tabares, Era de las Toscas, Llano del Deán, Morrete de Tío Rivero, Escondedero, Ladera de María Rodríguez, Florido, La Meseta, Cañadas del Mojón, Morisca y Umbría del Morrillo. Construcciones: en Carrizal: casa terrera y alpendres, una cueva y cinco casas terreras, cocina y alpendre, una casa terrera junto al barranco de Guayadeque; en Las Palmas una casa terrera en la calle de San Nicolás y dos casas contiguas en la calle Santo Domingo de Vegueta que fueron vendidas por sus hijos José y Laureano en 1896. Bienes del Cabildo Eclesiástico: tierras que se habían incautado al presbítero carrizalero Pedro Miguel Guedes por deudas. Bienes de expolios y vacantes del Obispado procedentes de impagos de fiadores del diezmo del millo de San Sebastián de Agüimes mediante subasta: tierra en el Monte en la Cumbre, la Morisca y Lomito del Centeno (Telde). Por deudas de rematadores del diezmo del millo de Santa Lucía: cercado en Quevedo y las Palmas del Carrizal, cercado en la Cantarilla, el Paredón de las Majoreras lindante con la orilla del mar; una casa en el pago del Carrizal; una suerte de tierra en el Escobar; cercado en la Montaña de los Vélez; siete suertes en la Florida; tierra en la Palma; Tierra en Casa Blanca y el Canario; casas en la Plaza de la Ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso.
A su cuñado Sebastián Rodríguez le compra cuatro trozos de tierra labradía en la jurisdicción de Teror (Arbejales). Capellanía del Arcediano Juan Bautista Espino: una de las propiedades más extensas que adquirió corresponde a buena parte de un territorio costero de Carrizal que hoy se conoce por ‘La Capellanía’ comprado a las hermanas Morales que habían adquirido una parte al disolverse la institución pía para la que fue creada que comprendía una hacienda de 25 fanegadas de tierras labradías, arrifes con 17 horas de agua para su riego en terrenos donde habían algunas casas terreras que iban desde la orilla del mar hasta las casas del Carrizal y desde el barranquillo hasta Guayadeque. Infinidad de horas de agua de los heredamientos Acequia Real de Aguatona (Ingenio) y Principal y Majoreras (Carrizal).
Prestamista
Por 1855 se le reconocen prestamos diversos a distintos vecinos del Carrizal. Su habilidad para realizar transacciones económicas (compras, ventas, préstamos…) lo convierten en poco tiempo en el personaje más poderoso e influyente del Carrizal en la segunda mitad del siglo XIX.
Elegido regidor del Ayuntamiento de Ingenio le tocó vivir los años más aciagos del siglo XIX. El primero fue 1847, llamado “año del hambre” por la terrible epidemia de fiebre amarilla que asoló la localidad, unida a la falta de lluvias, provocando gran número de muertos y despoblamiento al producirse una emigración masiva. Ese año fue nombrado uno de los seis embajadores representantes del municipio de Ingenio para el caso que la isla fuera invadida. En 1848 desde su puesto como regidor del Consistorio Municipal fue nombrado vocal de la Junta de Beneficencia. Por 1849 consta como regidor del Ayuntamiento y presidente de la Junta Pericial que servía de base para el repartimiento de la contribución del año entrante.
Desde su puesto como regidor es nombrado alcalde de Ingenio en octubre de 1851, al que se conoció como “año del cólera” cuando ya había pasado la terrible epidemia que había provocado el fallecimiento de 210 vecinos del municipio, siendo Carrizal una de las localidades más castigadas de Gran Canaria, entre ellos el alcalde José Domínguez Pérez y tras dos meses de interinidad de José Hernández. Entre sus disposiciones como alcalde destaca hacia fin de año el nombramiento de dos guardas rurales y la obligación de los vecinos a albear sus casas.
Como alcalde debió enfrentarse al díscolo sacerdote ingeniense Francisco Ramírez por haber construido un muro en una esquina del Cuarto invadiendo la calle, que quedaba muy corta para el tránsito, obligando al Ayuntamiento bajo su presidencia a suspender por tercera vez los trabajos. La precariedad del Ayuntamiento queda plasmada en la sesión que preside en febrero de 1852, cuando se acordó destinar para cárcel un cuarto alquilado en el Sequero porque “no se puede prender a nadie”. Su cese como alcalde se produce el 21 de marzo de 1852. Curiosamente durante su etapa en la alcaldía de Ingenio no firma las actas de las sesiones plenarias a pesar de figurar como presidente.
Al frente de una comisión de vecinos de Carrizal, en 1853 se queja ante el Obispo en relación a actuaciones del carrizalero Guillermo Morales como mayordomo del templo de Nuestra Señora del Buen Suceso. Por 1854 figura en la lista de electores a Diputados a Cortes como gran contribuyente por pagar 400 reales de contribuciones directas.
Un curioso acontecimiento ocurrió por el año 1871 cuando un grupo de vecinos de Carrizal formulan una denuncia en el Ayuntamiento por haberse “entrometido” a remover la Plaza de Nuestra Señora del Buen Suceso con la que era colindante, tomando algunas piedras de las que sostenían el empedrado y construido una pared en una propiedad que según los vecinos denunciantes nunca había sido reconocida por suya.
En sus últimos años debió vivir en Las Palmas junto a su familia al constar su residencia en 1860 y donde suponemos que falleció al no figurar su defunción en los libros sacramentales de la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria de Ingenio. Fue el primero de los cuatro alcaldes del municipio de Ingenio avecindados en Carrizal; uno de ellos su hijo Ceferino Ramírez Rodríguez, de los cuales esperamos dar detalles biográficos en futuros trabajos.
(Fuente Cronista Rafael Sánchez Valerón – Diario la Provincia)