POR REAL ACADEMIA MATRITENSE DE HERÁLDICA Y GENEALOGÍA.
Por aquellas curiosidades en que incurrimos los amantes de la Genealogía y la Heráldica, encontré como escudo de la familia Vergara el que trae Flórez de Ocáriz en sus célebres “Genealogías”(Tomo II,pág.215)completamente equivocado, pues éste pertenece a otros “Vergara”, como lo son los Ruyzes de Vergara, que por supuesto no tienen nada que ver con los Vergara y Caycedo que nos ocupa en esta crónica.
Blasones y escudos de armas se emplearon antiguamente para indicar grado de nobleza y acciones distinguidas de valor o lealtad, cambio de mayorazgo, a quienes el Rey otorgaba por derecho propio. El escudo heredado también se podía modificar por los descendientes, por el matrimonio del caballero que lo poseía con una dama ilustre, que agregaba a veces algún timbre de su propio escudo al de la familia del esposo.
En el Nuevo Reino de Granada, tuvimos varios casos ocasionados por algunos entronques familiares, cambios de apellidos y uniones maritales que se combinaban por los aportes de otras familias que ya se encontraban categorizadas por dispensa real. Tal es el caso de mi familia, la cual inicialmente llegó al nuevo reino con apellidos franceses Lorión y Lanier, y después pasó a ser Suárez de Lorión y, finalmente quedó sólo el Suárez.
El escudo inicial que ostenta tres flores de lis en el centro había sido otorgado inicialmente a don José Ignacio de Lorión y Lanier ,el 26 de marzo de 1736 por don Carlos III, Rey de España; llegar a la Nueva Granada y en su nueva unión con doña Bárbara de Otero y Gómez-Rubio, sufrió una modificación, al cambiar las flores de lis por dos torres con par de águilas en su cúpula. El mismo Carlos III, otorgó esta ampliación y modificación, las cuales se han utilizado hasta la fecha, de acuerdo al gusto de sus descendientes. Es sólo un ejemplo de las variaciones que se pueden presentar en algunos linajes que tuvieron el privilegio de contar con el beneplácito de la corona española para ostentar escudo de armas.
Pero continuamos con la familia Vergara inicial cuya égida en flanco siniestro tiene cinco barras verticales de oro en campo de gules y en banda diestra ,luna creciente en plata sobre montada por una estrella de oro de ocho puntas en espacio de azur. Las barras de oro en campo de gules son distintivo de la familia real de Navarra, de donde los Vergara procedían. Don Iñigo de Vergara, se halló en la conquista de Jerusalem, prueba de ello son los árboles de Siria, hojas que cubren el escudo ,y cuya aprobación sólo se concedía como presea a los caballeros cruzados.
Don Juan de Vergara y Caycedo, hijo de don Francisco de Vergara y Vela Patiño y, de doña Petronila Caycedo Vélez y Ladrón de Guevara, nació el 22 de junio de 1760 en Santa Fe de Bogotá; realizó estudios en el Colegio Mayor del Rosario, compañero inseparable de mi bistatarabuelo paterno, Diego José Suárez de Otero y Estrada de Bahamuel; fue Contador General de la Real Hacienda y había sido uno de los fiadores de don Antonio Nariño. Preso el Precursor en 1794 por la publicación de ”Los Derechos del Hombre y el Ciudadano”, y conducido a España en 1796,logra fugarse al llegar a Cádiz.
Después de andanzas en Madrid, París e Inglaterra, donde deja concertado plan para apoyar la insurrección del Nuevo Reino, regresa a América por Coro, pasa a Maracaibo, Cúcuta y Pamplona, a principios de 1797,llega de incógnito a Santa Fe. Nariño tiene grandes problemas de salud, es diagnosticado por el sabio Mutis con una tisis pulmonar, bien avanzada; le recomienda reposo absoluto y queda confinado en su hacienda de “Montes”. Juan de Vergara y Andrés de Otero, éste último tío carnal materno de los Suárez de Otero de San Gil, fueron los verdaderos salvadores de Nariño en mayo de 1803,al convertirse en fiadores oficiales, permitió la recuperación total del Precursor para que recobrara plenamente la salud deteriorada.
A los 32 años, el 30 de mayo de 1792, don Juan de Vergara une su suerte con doña Manuela Lozano, de 19 años, hija de los marqueses de San Jorge, educada esmeradamente en el Colegio de La Enseñanza.
Doña Manuela, era una de las hijas de don Jorge Tadeo Lozano de Peralta, segundo marqués de San Jorge y de doña María Tadea González Manrique, hija ésta del primer matrimonio de don Francisco González Manrique. El padre de doña Manuela fue hijo de don José Antonio Lozano de Peralta y de doña María Josefa de Caycedo y Villacís, heredera del mayorazgo de la Dehesa de Bogotá, eregido en marquesado, con el título de San Jorge, en mayo de 1762.Lo curioso de este marquesado es que nunca se pagó a la Corona española la famosa ley de anatas y aportantes por dicho título. Esa platica se perdió, diríamos hoy.
Una de las hermanas de la “marquesa” fue doña María Clemencia Lozano, quien tenía concertado matrimonio con el antioqueño don Juan Esteban de Ricaurte, hijo de don Rafael Ricaurte y Terreros y de doña María Ignacia Mauriza(Mauris) y Posada. Como se opusieran a este enlace su padre,don Jorge Lozano de Peralta,en la mañana del 5 de enero de 1782,convenida la hija del marqués con el señor Ricaurte, abandonó la casa de sus padres y “con el pretexto de oír misa”, decía el mismo marqués,se dirigió a la Iglesia Catedral,y allí los dos “tortolitos” en la Misa Mayor, instaron al Cura Rector para que les diera las bendiciones nupciales, a lo que éste se negó; arrestado Ricaurte en la Real cárcel de la Corte, y doña María Clemencia en casa de doña María Prieto Dávila,los amantes huyeron después y celebraron matrimonio en la Villa de Leyva, y allí nació como fruto de ese “amor accidentado”, el héroe de San Mateo, don Antonio Clemente José María Bernabé Ricaurte y Lozano, el día 10 de junio de 1786.
El marqués enojado, desheredó a doña María Clemencia y a sus descendientes por escritura pública; ganas de joder, porque a la vuelta de varios años, revocó esa absurda disposición y los volvió a su redil.
Don Juan de Vergara y su esposa Manuela Lozano, fueron padres de José María Vergara y Lozano, nacido en diciembre de 1792;como herencia del padre de doña Manuela, don Juan Vergara recibió 35.183 pesos, en dinero, muebles y alhajas y las tierras de “Botello” y “Mansilla” de Facatativá, avaluadas en 3.533 pesos. Toda una fortuna de la época. Doña Manuela murió de ictericia, el 10 de abril de 1803 y fue sepultada en la Capilla del Sagrario.
Don Juan murió el altamar el 10 de julio de 1804;lo acompañaba su hijo José María Vergara y Lozano y ; su cadáver como se acostumbraba en esa época fue lanzado al mar ,ante el dolor y el asombro de su pequeño hijo de 11 y medio años, quien sería más tarde destacado General José María Vergara y Lozano, me ocuparé por separado más adelante y quien gallardamente fue exaltado por la pluma de Guillermo Hernández de Alba :
“Pocas veces se aunaron tan admirablemente las virtudes civiles y militares de la primera república, como en la persona del ilustre bogotano, General José María Vergara y Lozano. El lustre de su linaje, el brillo de su inteligencia, su acendrado nacionalismo y su vasta cultura, le habrían elevado a la esfera de los grandes hombres, si la locura, que aniquiló su inteligencia a los treinta años, cuando con honor cumplía en Londres, en 1822, trascendental misión diplomática, no hubiera privado a Colombia la Grande, de este digno par de Santander..”
Efectivamente, a los veintisiete años ostentó las charreteras de General de Brigada y fue nombrado por Santander como ministro diplomático en Londres; tres años más tarde su mente conturbada le mantuvo, hasta el fin de sus días, en medio de príncipes, reyes, mariscales y altas damas. Rememoraba el Congreso de Troppau con memoria extraordinaria el cual se reunió el 20 de octubre de 1820 en Opava, bajo la presidencia del Zar Alejandro I de Rusia.
“Alejandro y Francisco II de Austria estuvieron presentes personalmente; el rey Federico Guillermo III de Prusia estuvo representado por el príncipe real (después Federico IV de Prusia). Los tres poderes de Europa Oriental fueron representados, además, por sus ministros de Relaciones Exteriores: Austria por el príncipe Metternich, Rusia por el conde Juan Capodistria y Prusia por el príncipe Karl August de Handerbergh..”
Vinieron luego los años , eternos del demente que fue acogido con cariño en el hogar de su sobrino don Ignacio Gutiérrez Vergara, de donde, el 19 de Junio de 1857, los generales Mosquera, París, Urdaneta, Mendoza, Buitrago, Briceño y Piñeres, todos sobrevivientes de la guerra magna, condujeron hasta el cementerio sus despojos mortales.
José Asunción Suárez Niño Septiembre de 2022
Bibliografía
– Julio C. Vergara, “Antonio de Vergara y Azcárate y sus descendientes”. Madrid, Imprenta Pueyo,1952.
– Briceño, Manuel. ”Los Comuneros”.Bogotá,1951.
– Eladio Vergara .”La Capilla del sagrario”,1937.
– José María Restrepo y Raimundo Rivas, ”Genealogías de Santa Fe, Tomo I.pág 68-69.1924.
– Mario Germán Romero. ”Apuntes para una biografía del doctor Francisco Margallo y Duquesne ”. Boletin de Historia y Antigüedades, Nos. 435 a 437.
– Alberto Urdaneta. ”Papel Periódico Ilustrado ”Tomo I,pág.204.,1887.
– Protocolo Notaría Tercera de Bogotá,1904.
– Felipe de Vergara. ”Relación Genealógica”,pág.68.Archivo José Asunción Suárez Niño.
– Guillermo Hernández de Alba. ”Crónica del muy ilustre Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, libro II,pág.228.
– Felipe de Vergara. ”Relación Genealógica”,pag.106.Archivo José Asunción Suárez Niño.
– José María Quijano Otero: ”La Colonia”,1735-1809- “La Revolución,1810”;”La patria Boba”,1811-1812- Archivo Biblioteca Nacional.
– José Asunción Suárez Niño. ”Suárez Fortoul-Suarez Lacroix, Genealogía en Colombia”,2012.