Juan José Laforet, cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria recordaba hoy en los micrófonos de Cope Gran Canaria la epidemia de cólera morbo del año 1851 que arrasó con gran parte de la población isleña, en gran medida por la falta de medios sanitarios de la época. Ha pasado a la historia por ser considerada “la más espantosa de todas las epidemias que ha sufrido la isla”.
Laforet ha asegurado hoy que es esencial recordar algunas calles que rememoran esta epidemia, ya que nos ayudan a comprender la situación actual y a restarle gravedad. “La intención es recordar que Gran Canaria sabe mucho de epidemias y problemas graves”.
“En sus cinco siglos de historia, la isla ha tenido que vivir graves situaciones en las que algunos ciudadanos mostraron su actitud de saber luchar contra la adversidad. Estas son las personas que han destacado en la historia”.
“Los habitantes de Gran Canaria tuvieron, en este momento, la capacidad de ayudar y de sufrir con los demás”. Una gran lección que según Laforet tenemos que aprender en la actualidad cuando se pide dejar a un lado el egoísmo y pensar en el beneficio común.
“El estado de alarma y confinamiento que estamos viviendo hoy en día es más una situación de prevención”, aseguraba el cronista. En 1851 se afrontaba una enfermedad que provocó el fallecimiento de la mitad de la población de la isla, unos datos que no se espera alcanzar con el covid-19 que se contagia con facilidad, pero, hasta el momento, solo ha causado el fallecimiento de personas mayores o con patologías previas.
“En la actualidad contamos con enormes recursos sanitarios, de información, algo que no tenían los antepasados”. Juan José Laforet destacaba que, si ellos pudieron superar la fiebre amarilla, gripes y otras enfermedades, nosotros con las herramientas que tenemos también tenemos que superarlo. Insistía en que “tenemos en las calles los recuerdos que nos harán fuertes para superar esta pandemia”.
En 1851 destacaron personas por cómo se involucraron en la tragedia. Entre ellos Juan Bautista Ripoche, francés que había llegado a la isla vinculado al comercio y a la construcción del muelle. Se nombró, décadas más tarde, una calle en su honor por su solidaridad. No dudó en 1851 en salir a la calle y ayudar a todo aquel que le pedía auxilio.
“Con gran valor y constancia, recorriendo casas abandonadas por el fallecimiento de sus habitantes y ordenando el traslado al cementerio supo gestionar –Ripoche- la crisis que propiciaba el cólera”, aseguraba Laforet. Además, el cronista apuntaba a que después de esta crisis sanitaria “no dudó, el resto de su vida, en ayudar económicamente al Hospital San Martín, el único centro sanitario que había en el momento y que estaba muy falto de recursos”.
Aunque no todas estas personas destacadas lograron sobrevivir a la epidemia. Juan Evangelista Doreste, joven abogado que junto a Agustín Millares y Antonio López Botas trabajó para que apareciera el periodismo en la isla, falleció a causa del cólera.
Juan José Laforet afirmaba que es esencial recordar esta epidemia que marcó la historia de Gran Canaria. “Muchos hemos tenido la oportunidad de conocer lo que ocurrió no solo por los escritos, o por las calles, sino también por el relato oral de nuestros abuelos, a los que se lo habían contado antes sus abuelos”. El cronista aseguraba que la repercusión de esta enfermedad hizo que no se olvidara nunca.
“No debemos perder la memoria ya que, en estos días, esos datos de la historia, las calles que rememoran a las personas que destacaron por su valentía en esas epidemias nos dan ánimo para afrontar estos días con optimismo”.
El cronista no tiene dudas y lanzaba un mensaje de tranquilidad y optimismo a la población que está confinada hoy por el estado de alarma: “podremos seguir adelante, no hay que dudarlo. Si ellos lo lograron con menos medios y con una enfermedad más mortal, nosotros también lo haremos”.