POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Dice un refrán que «Por San Antón la gallina pon», indicando con ello que desde bien entrado enero las gallinas, abandonando su «descanso invernal», ya inician su puesta (casi diaria) de huevos soñando con el gallo que las corteje… y todo ese lío erótico-reproductor.
Los huevos de gallina, de oca, de pata, de gansa… nunca perdieron su presencia de fogones y tal es su versatilidad que admiten todo tipo de preparaciones y recetas. Huevos pasados por agua (cocción durante un credo y una salve); huevos cocidos (cocción durante un credo, una salve y cinco padrenuestros), huevos fritos y huevos estrellados; tortillas de patata, con chorizo, con jamón, a la paisana…; revueltos de huevo con lo que sea… Hoy vamos a tratar de HUEVOS PARA COCINAR JUGANDO o, si quieren, JUGAR CON HUEVOS.
La base del recetario siempre es la misma: cocer unos huevos( «huevos duros»), extraer la yema y desmenuzarla mezclándola con bonito (en aceite) migado y un poco de mayonesa, rellenar el hueco del huevo, moldear la forma deseada y decorar al gusto.
Por ejemplo, podemos hacer unas setas-casita de enanitos del bosque en la que el sombrero de la «seta» es medio tomatito; o unos conejitos con ojos de guisante, boquita de pimiento, orejas y rabito de clara de huevo cocido… El fondo del plato o fuente ha de ser acorde a las figuras y queda a la imaginación de cada cual.
Pues eso: ¡¡Ánimo !! y a JUGAR CON HUEVOS.