POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Junio se despide. Las aguas del Guadiana, a pesar del invasor camalote, embalsadas, encauzadas, canalizadas y conducidas por la mano, trabajo y esfuerzo del hombre, corren por elevaciones, derivaciones, compuertas, sifones y acequias que el hormigón, hace años, fue dando forma para que el agua reparta vida. Llega julio para traernos noches de insomnio, tardes de siesta, mediodías de picadillo y gazpacho. Es verano. Julio acarrea cuatro domingos, el primero dedicado a San Fermín, en medio la Virgen del Carmen, y en el tramo final Santiago, Santa Ana, San Joaquín y San Ignacio.