POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA. CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Todos los años, el primer domingo de marzo, se celebraban los ‘Juntamentos’, o Asambleas, de los regantes de la huerta de Ulea, con carácter ordinario. La finalidad era repasar todos los acontecimientos acaecidos durante el año, acometer las obras y arreglos que precisaban las acequias y brazales, así como apremiar a los morosos, para que abonaran los recibos pendientes y, sancionar, si procedía, a cuantos hubieran cometido faltas graves.
Durante más de tres siglos, los que realizaban estas gestiones, eran los “jueces acequieros”; también llamados: “alguacil de aguas” o “fiel de aguas”.
El tribunal que juzgaba los delitos cometidos, estaba constituido por: el Alcalde o Corregidor, como presidente; dos comisarios de aguas, nombrados por los regantes y, los dos acequieros nombrados por el alcalde o regidor.
La misión de este tribunal que juzgaba los delitos contra las ordenanzas de los riegos, era la de conseguir por vía pacífica o de apremio; si fuera preciso, conducir a los regantes a que cumplieran el reglamento e imponer las sanciones pertinentes, si hubiese lugar.
Este tribunal, que funcionó durante muchos años, fue reemplazado, a finales del siglo XIX, por “el Consejo de Hombres Buenos”, considerado, con posterioridad, como “Patrimonio de la Humanidad”.
Para celebrar este Juntamento, anual y ordinario, se avisaba mediante un edicto público. Sin embargo, si se producían situaciones imprevistas y puntuales, se convocaba una Asamblea o Juntamento, con carácter extraordinario, pero, entonces, además del edicto, se precisaba notificación personal, en su domicilio.
En dichos Juntamentos se acordaba reparar los portillos ocasionados en los quijeros de las acequias y brazales, así como la monda y limpieza de sus cauces, debido a los arrastres de tierra, piedras y matojos; procedentes de la sierra “El Castillo”, tras las lluvias torrenciales y pertinaces.
Si, en momentos puntuales, se producía un arrastre de escombros, que cegaba acequia y brazales, se acordaba efectuar una monda, con carácter extraordinario, sin tener en cuenta la fecha en que ocurriera.
Mención especial tuvo “el Juntamento Extraordinario”, celebrado el día 13 de enero de 1861, debido a las nefastas consecuencias que produjo una impresionante tormenta; rompiendo quijeros, “partidores, también llamados partiores, en la huerta uleana”, cegando, además, grandes tramos de su cauce.
Esta Asamblea Extraordinaria, se efectuó bajo la supervisión de los acequieros José Ramirez Pérez y Rafael Moreno y los dos Comisarios,. José Torrecillas—que ostentaba además, el cargo de Alcalde y José Miñano López.