LA ACADÉMICA Y VIRTUOSA PIANISTA ‘CORDOBESA’
Mar 06 2018

«ERA GUAPA, CON ESTILO, E INTELECTUALMENTE COMPLETA» AFIRMÓ JOAQUÍN CRIADO, CRONISTA OFICIAL DE SAN SEBASTIÁN DE LOS BALLESTEROS  (CÓRDOBA) Y PRESIDENTE DE LA REAL ACADEMIA DE CORDOBA

La académica cordobéses y la ‘virtuosa pianista’ María Teresa Jiménez.

Nació María Teresa Jiménez en Madrid el 29 de noviembre de 1910 y, por su gran precocidad y acusada disposición para la música, comenzó sus estudios siendo aún muy niña.

El Conservatorio de la Corte le concedió en 1924 un primer premio de piano a los 13 años, después de hacer los estudios superiores con el notable profesor Joaquín Larregla.

María Teresa García Jiménez ejecutó como obra impuesta el primer tiempo de la Sonata en la bemol, de Weber, y como de libre elección Mazzepa, de Liszt, siendo aplaudidísima y aclamada por el auditorio, que la hizo salir repetidas veces al proscenio.

También ganó el primer premio de armonía y composición, demostrando, con ello, que sus excelencias artísticas no eran solo virtuosismo hijo de la habilidad y la paciencia, sino que su intelecto corría pareja con la grácil, elegante y correcta presteza de sus dedos, gracias también a sus maestros Fontanilla y Conrado del Campo.

En 1931 participó en el concurso para pianistas del Ateneo de Madrid, organizado por la Asociación Nacional de Conciertos y fue premiada.

García Jiménez era habitual concertista en las reuniones artísticas de la caritativa y popular institución

La protección al Trabajo de la Mujer. En enero de 1932 ofreció obras de Schumann, Chopin o Liszt y no existían las dificultades técnicas a la hora de su interpretación, siendo ardorosamente aplaudida. Igualmente sucedería en la velada artística-musical de marzo de aquel año, ofrecida antes de Semana Santa, donde acompañaría a la declamación del poema lírico Redención.

La Academia de Bellas Artes de San Fernando le concedió la pensión fundada por el Conde de Cartagena, para la ampliación de estudios en París y, allí, como en todas partes, triunfó ganando el primer premio en el concurso internacional del año 1936, organizado por la AFAM.

En aquella ciudad, por entonces centro cultural y musical del mundo, llegó a ser alumna predilecta de la famosa pianista Marguerite Long, feliz intérprete de los grandes compositores del impresionismo francés, corriente donde navegó a la perfección y de la que fue una de las grandes transmisoras.

De sus grandes éxitos en recitales y conciertos dan testimonio los clamorosos aplausos que le tributaron los públicos del Teatro Español, Círculo de Bellas Artes, Santa María Cristina, Masa Coral, Hogar Vasco, Teatro Infanta Beatriz, Sociedad Filarmónica de Segovia y Círculo de la Amistad de Córdoba.

El año 1940 fue nombrada profesora auxiliar de Piano Superior en el Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, siendo designada el siguiente año, para desempeñar interinamente la Cátedra de Solfeo y Plano en el Conservatorio de Música y Declamación de Córdoba.

Ganó en disputada oposición en 1944 su cátedra a Conservatorio Superior de Música Pudiendo elegir el Conservatorio de Valencia optó por la que desempeñaba interinamente en nuestra ciudad, donde prestó sus servicios durante 40 años.

Fue nombrada por el Ministerio de Educación Nacional en 1945 secretaria de dicho centro, cargo que desempeñó hasta 1984.

El año 1943 fue nombrada Académico Correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba , deleitando con una conferencia sobre la música en la época de Cervantes y más tarde con otra sobre el arte de Debusv, aderezando una y otra con muy sabrosas ilustraciones pianísticas.

Al terminar esta última conferencia fue propuesta y nombrada por aclamación, electa numeraria en marzo de 1944.

Ese fue uno de sus mayores logros, ya que se convertirá en la primera mujer nombrada académica numeraria por la Real Academia cordobesa. «Guapa, con estilo e intelectualmente completa», como la describe el director de la Real Academia, Joaquín Criado Costa, causó revuelo en la sociedad de la época por sus ideas y su actitud progresista.

El acto de recepción tuvo lugar el 3 de mayo de 1945, con un discurso de ingreso titulado ¿Cuáles son los orígenes musicales de las Cantigas? Desde ese momento, María Teresa ocupó el sillón vacante por fallecimiento del ilustre artista y maestro Ezequiel Ruiz.

Actuó en numerosas ocasiones como concertista y conferenciante, haciendo en todo momento gala de su exquisita sensibilidad, de su extensa cultura y de su maravilloso arte musical. También recibió importantes premios, entre ellos le fue concedido el lazo de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.

En 1951 escribió y publicó su precioso trabajo Evocación lírica de Santo Domingo de Scala Coeli, donde trae a colación en original inclusión inédita la calma de las horas estivales en la sierra, en los momentos de siesta del fauno de Debussy.

Falleció en el Hospital de Cruz Roja de Córdoba el 28 de diciembre de 2003 a los 93 años y sus restos reposan en el cementerio de Nuestra Señora de la Fuensanta. Una persona excepcional que formó a muchas generaciones de pianistas y compositores.

En abril de 2007, la Real Academia recibió en herencia todos los bienes de la profesora. Ese mismo año, a propuesta del colectivo Con Nombre de Mujer, el Ayuntamiento de Córdoba acordó por unanimidad denominar a una plaza de la ciudad como Académica García Moreno y, en junio de 2008 se le rindió homenaje en la Real Academia en el marco de la celebración de la primera Semana por la Participación desde la Igualdad.

María Teresa García Jiménez destacó por dos virtudes: la amplitud en el repertorio y una bondad muy grande para entender que todas las personas tenían talento.Pilar Bartolomé

 

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