POR JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA, CRONISTA OFICIAL DE BEDMAR Y GARCIEZ (JAÉN)
La advocación mariana de la Virgen de Cuadros, Patrona de Bedmar y Señora de Mágina
María, la madre de Jesús, recibió desde los primeros siglos una veneración especial, cuya conexión sincrética con las representaciones iconográficas de las diosas madre mediterráneas se ha sugerido que contribuyó de forma importante a la difusión del cristianismo y su éxito popular (aunque es un tema controvertido), aunque ya en el siglo II, San Ireneo de Lyon (alumno de Policarpo, el cual fue discípulo de San Juan), llamó a María “nuestra más eminente abogada«, y su figura aparecía ya representada en las Catacumbas de Priscila en Roma.
El culto de veneración a la Virgen María se extendió por Oriente (arte bizantino -con la excepción del periodo iconoclasta-) y se fortaleció cumpliéndose las palabras proféticas: «Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque hizo en mí cosas grandes el que es poderoso” (Lucas 1, 48), a partir del Concilio de Éfeso (431), del cual ya era objeto la Bienaventurada Virgen María como Madre de Dios, y luego se intensificó su presencia en Occidente a partir del siglo XII, gracias a tres santos responsables de esta devoción o «mariolatría«: San Bernardo, San Francisco de Asís y San Antonio de Padua, los cuales serán muy representados junto a la Virgen. Como reacción a la Reforma protestante, que relativiza el papel de la Virgen, el catolicismo intensificó la devoción mariana y las representaciones artísticas de la Virgen, que en todo caso debían ceñirse a los cánones dispuestos en el Concilio de Trento (1545-1563).
En uno de estos papiros, descubierto en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco, se contenía una Oración a la Virgen. Se trata de una plegaria que continuamos rezando hoy en día, la oración “Sub tuum praesidium”:
“Sub tuum praesidium confugimus,
Sancta Dei Genitrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta”.
Cuya versión castellana, es muy conocida:
“Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!”
Los primeros testimonios de la veneración de la Virgen de Cuadros en Jódar
La Leyenda que se cuenta en la ciudad de Jódar sobre la aparición de la Virgen en el lugar de Cuadros (Bedmar) es la que sigue: “Estando un pastor de Jódar guardando los rebaños del común, bajo el Torreón de Cuadros, en término de Bedmar, vio posarse una blanca paloma sobre una peña, ansioso de poseerla le lanzó una honda, pudiendo atraparla viva, metiéndola en su zurrón y regresando a Jódar tras el final de la jornada, encerrándola en una caja. A la mañana siguiente abrió la caja y la paloma había desaparecido ante su sorpresa. Días más tarde regresó al mismo paraje y volvió a encontrarse con la paloma en el mismo lugar, estando muy agitada. Intentó cogerla pero no pudo y volvió a lanzarle una honda, que fue a darle en uno de los ojos. La paloma cayó herida en el ramaje, al ir a recogerla había vuelto a desaparecer, pero en su lugar milagrosamente estaba una Imagen de la Virgen con el niño. Asustado el pobre pastor avisó a los vecinos y personas principales de la cercana villa de Bedmar, viniendo todos presurosos a contemplar tal hallazgo, rindiéndole profunda veneración. Enterados los vecinos de Jódar por el pastor de lo que le había ocurrido, intentaron en varias ocasiones traerse la Imagen, alegando que se le había aparecido a uno de sus vecinos. Montada en una carreta de bueyes, los pobres animales no podían tirar del efímero peso, por más intentos que se hacían, desistiendo los vecinos de Jódar de su empeño al comprender que la Virgen no quería moverse de aquel lugar. Desde entonces todos los años los vecinos de Jódar acuden en Romería al paraje de Cuadros, para rendirle su veneración”. Ante éstos hechos, Jódar una ciudad carente de un patronazgo mariano, adoptó esta devoción como propia y durante los siglos así lo ha mantenido, costumbre que sigue perviviendo en la actualidad, considerando a la Imagen de la Santísima Virgen de Cuadros como “Patrona de la ciudad”, tal como comenta el cronista oficial D. Ildefonso Alcalá Moreno.
En las Relaciones Topográficas de Felipe II de Bedmar del año 1575 se dice que: “la Ermita de la Santísima Señora de Quadros, que es de tanta devoción que los sábados y días de Nuestra Señora acude mucha gente de todos los lugares comarcanos”, haciendo referencia a los vecinos de Bedmar, Jódar, Albanchez, Jimena –hasta 1600-, Garciez y Bélmez de la Moraleda.
Los primeros datos documentales que se han encontrado sobre la devoción hacia la Virgen de Cuadros en Jódar se remontan al 21/VI/1551, cuando el vecino de Bedmar Sebastián de Lorite testó y dejó “a la obra de la iglesia de Ntra Sra de Bedmar veinte rreales e otros tantos a Ntra Sra de Cuadros”. También en el año 1593 encontramos como Gaspar de Aranda, cantero y maestro de obras de la Iglesia de la Asunción de Jódar entre 1591 y 1592, que era vecino de Bedmar y concertaba una Obligación con Cristóbal Nieto de Jódar sobre obras en la Iglesia de Jódar. El 4/V/1619 falleció Philipo de Ogáyar, apodado “El Mozo”, que era vecino de la Villa de Bedmar y pobre, siendo enterrado en la Ermita de Santa Isabel de Jódar, donde eran enterrados los transeúntes. El 12/VII/1619 Luis de Ortuño, que era hermano de Juan de Ortuño de profesión arriero, dejaba de sus 36 misas una a la Virgen de Cuadros. Lo mismo hizo Ana Díaz el 17/IX/1620 dejando otra misa a “Nra Sra de Cuadros”. El 5/X/1621 falleció la vecina de Bedmar Catalina del Rio, residente en Jódar. El 26/VII/1622 testó Pedro Martínez “El de las Orugas” y dejó dos misas a Nuestra Señora de Cuadros especificando fuesen dichas con “la reliquia” de una de las Once Mil Vírgenes. Esta reliquia de las “Once Mil Vírgenes” tuvo una atracción especial entre los habitantes de Bedmar y de toda la comarca, la presencia de tan preciada reliquia hizo atraer al Santuario de Cuadros un sin número de mandas testamentarias y donativos, que sin duda enriquecieron aún más la devoción a Nuestra Señora de Cuadros. Las mandas testamentarias continuaron con Andrés de Jódar que dejó el 31/X/1625 otras dos misas a decir en el Santuario de Cuadros. Es en el año 1626 cuando el vecino de Jódar Fernando Ramón firmó como testigo de un Milagro de la Virgen de Cuadros, en la persona de un hombre que querían ahorcar en Granada, por un delito que no había cometido, un viejo llegó al calabozo y le dijo se encomendase a la Virgen de Cuadros para solucionar su mal, estando a punto de ser ahorcado, llegó una orden que suspendió la ejecución siendo liberado al poco tiempo por el Alguacil, quedando desterrado de Granada, por lo que acudió con penitencias y rezos al Santuario de la Virgen de Cuadros en agradecimiento al favor concedido. Y así hasta el primer cuarto del siglo XX, sin olvidar, que fue un sacerdote natural de Jódar, D. José Antonio del Río Alados, quien, durante su estancia como Párroco en Bedmar, escribió y publicó en Sevilla, en 1922, el texto de la Novena a la Virgen de Cuadros.
Certificación de algunos Milagros
En 1627, por orden del Teniente de Corregidor de la villa de Bedmar, D. Cosme de Viedma, se ordenó al escribano público de la villa, D. Francisco de Herrera, que hiciese relación de varios milagros efectuados por la Santísima Virgen de Cuadros, a la sazón Santeros del Santuario de Cuadros:
1º) En la villa de Bedmar a catorce de mayo de 1626 el dicho Teniente de Corregidor hizo parecer ante si a Antón Sánchez, Santero de Nuestra Señora de Cuadros por haber tenido noticia de un milagro que dicen la Virgen Santísima hizo con un HOMBRE que querían ahorcar en la ciudad de Granada y de él recibió juramento y habiéndolo jurado dijo: que lo que pasa es que el viernes pasado a siete del presente mes llegó a la Ermita de Nuestra Señora de Cuadros a eso del mediodía un hombre de unos 40 años, semidesnudo y azotándose la espalda con un ramal de esparto verde y le preguntó el testigo ¿Qué la había pasado para venir de aquella manera? y le respondió que porque le querían ahorcar en la ciudad de Granada ya que le imputaban con infamación de catorce testigos que había tirado un pistoletazo a un alguacil … Y que estando muy afligido que le querían sacar a ahorcar llegó un viejo a la puerta del calabozo y le dijo: ¿Qué tenéis hermanos? ¿Por qué estáis tan afligido? y le respondió porque le querían ahorcar y le respondió: encomendaos a la Virgen de Cuadros que ella os librará y que la había dicho ¿dónde está dicha imagen? En el término de la villa de Bedmar y que entonces se encomendó a la Virgen de Cuadros diciéndole: Virgen Santísima de Cuadros favoréceme que sabéis que no tengo culpa y que la habían sacado a ahorcar y que estando en la horca llegó una orden para que no le ahorcasen y le volvieron a la cárcel y en la primera visita del Alguacil de la Prisión le dejaron en libertad, desterrándolo de la provincia de Granada de por vida. Por tal motivo, vino a la Ermita, donde estuvo azotándose y rezando a la Virgen de Cuadros hasta la tarde. Luego se marchó y al ver que le daban limosna no la quiso recibir diciendo que la Virgen ya le favorecía bastante. Y en ello fueron presentes Fernando Ramón, vecino de Jódar; Cristóbal de Vargas y Cristóbal Erm., por lo que dijo que el importe de la limosna lo diese para aceite para la lámpara.
2º) En la villa de Bedmar a 20 de Mayo del año 1627, el dicho Teniente de Corregidor hizo parecer ante si a Antón Sánchez, Santero de la dicha Ermita y de él se recibió juramento en forma de derecho y lo hizo y prometió decir verdad y siendo preguntado en forma de derecho y lo hizo y prometió decir verdad y siendo preguntado por este caso dijo: Que lo que pasa es que el Jueves pasado, siete del corriente, éste que declara lo echó a la lámpara de la Ermita de Nuestra Señora de Cuadros media panilla de aceite y no le volvieron a echar y el sábado siguiente vieron éste que declara y su mujer que la dicha lámpara vertió que se derramó en la bacía más de seis panillas lo cual fue milagro de la Virgen porque nadie le echó aceite a la lámpara porque estuvo la puerta cerrada con llave y lo que le echaron que fue media panilla se gastó en veinte y cuatro horas y que esto es verdad so cargo de su juramento.
Algunos datos significativos del Santuario de Cuadros (Bedmar)
Dentro de la Ermita y en la base de la bóveda, algo cortada por la construcción posterior del Coro, corre una inscripción de caracteres góticos que dice así: “El retablo (sic) lo mandó hacer el Sr. don Juan de la Cueva y Mendoza, caballero del hábito de Calatrava, Comendador de Moratalaz, Gentil Hombre de la advocación de su Majestad y su Capitán General. Hermano 2º del primer Marqués de Bedmar. Objeron el Dr. Luis Ximénez Arcipreste, Prior y Vicario de dicha villa. Mayordomo, Juan Hermoso de Lorite familiar del Santo Oficio. Empezose, 4 de febrero de 1615. Acabóse 20 de septiembre de 1616. Sumo Pontífice Paulo V y siendo Obispo de Jaén, don Sancho Dávila y Toledo. Restaurose año 1749, siendo Prior, Arcipreste y Vicario don Cristóbal Luis Caro(sic). Mayordomo don Diego Eugenio Martos y Carrillo”.
En 1732 se colocó una Cartela en el lado derecho del Presbiterio del Santuario de Cuadros y con letras de oro, sobre fondo azul, se dice: “ESTE ESTANDARTE REAL MANDOLO COLOCAR AQUÍ EL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON MARIANO JOSEPH PACHECO (Fernändez), MARQUÉS DE BEDMAR DE MORATALAZ Y ASENTAR, COMENDADOR DE LA CASA DE ALMAGUER, CAPITÁN DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DE REALES GUARDIAS DE CORPS, SIENDO CORREGIDOR DE LA VILLA DE BEDMAR DON JOSÉ DE VILLARREAL AÑO DE 1732”.
A finales del siglo XVIII, se publicó un grabado de la Virgen en el paraje de Cuadros, con el siguiente pie: “Verdadero retrato de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Cuadros, que se venera en el término de la villa de Bedmar. A devoción del Sr. D. Fernando de Ortega, Capellán de este Santuario”.
En 1879 y en el altar de la Sagrada Familia que existe en el lado derecho del Altar Mayor del Santuario de Cuadros, obra del maestro decimonónico jienense Cuadrado, se lee la siguiente inscripción: “Se costeó este retablo por los devotos don Pedro Marín Vílchez Chamorro y su señora doña Juana Ogayar, don Juan Luis Romero y su señora, doña Encarnación Vílchez, siendo Párroco don Juan Martínez del Río y Capellán de esta Ermita don Juan García. Fue construido por don Bartolomé Pulido, año de 1879”.
En 1919 y en el suelo de la Ermita se podía ver una Cartela en la que se decía: “Costeado este pavimiento por doña Dolores Romero Vilchez y don José Gayo Vilchez. Año de 1919”.
La nueva imagen de la Virgen de Cuadros
El 18/VII/1936 la imagen de la Virgen fue destruida, salvándose el Niño. Cuando acabó la Guerra Civil, una nueva imagen, encargada en Granada, por D. Antonio Rodríguez Fernández, Párroco de Bedmar, hizo su entrada oficial en Bedmar el 16/VII/1939.
Medallas de la Hermandad de la Santísima Virgen de Cuadros