POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE MADRID
Nadie le puede discutir a Manuela Carmena que es la número uno de todos los alcaldes y alcaldesas de España. Nadie puede negarle ese puesto principal en el podium… en el podium de las remuneraciones.
Ella es la que más sueldo tiene de todos los regidores y regidoras municipales del país, y eso ya es un mérito, no solo para su bolsillo, sino para esos radicales de la izquierda que un día entendieron que eso de los sueldos altos, susceptibles de ser más elevados como consecuencia de subidas puntuales, era cosa de la derecha; que la izquierda de a pie de calle, debería dar ejemplo con salarios más próximos a la media de la clase trabajadora, que a la media de clase alta.
El sueldo bruto anual de la alcaldesa de Madrid, es de 102.0000 euros. Que no se apure; que no le dé vértigo saber lo que piensan sus enemigos crónicos y algunos de sus amigos del alma; que no se inquiete porque un pensionista de su edad perciba de media 14.000 euros anuales, y ella 102.000.
Se lo merece, doña Manuela, porque nadie la gana a ocurrencias, y esa capacidad de inventar utopías, cuando no, fantasías, no tiene precio, hay que pagarlo, aunque sea a un coste elevado, con el dinero de todos los madrileños, que para eso le abrieron paso hacia la alcaldía y se lo pasan en grande con sus frecuentes ocurrencias, como la última: muerto el perro, se acabó la rabia, traído al caso: muerto el coche, se acabaron los atascos y la contaminación.
A Carmena se le ha ocurrido poner al vehículo privado todas las trabas habidas y por haber, para que su propietario lo deje en coche y sólo lo arranque los fines de semana, para salir de la ciudad o para que no se le descargue la batería.
Ocurrencia, tras ocurrencia, sin límites. Manuela Carmena, por esta y otras ocurrencias, se merece que los madrileños, la paguemos más de 100.000 euros al año, el sueldo municipal más alto de España. Ella es la envidia de todos, desde la derecha a la izquierda radical, porque es la pensionista mejor pagada del país.