POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE MADRID Y GETAFE

Por mucho que las prodigue, no consigo acostumbrarme a las ocurrencias de la alcaldesa, Manuel Carmena, que bien podía cambiarlas por ideas para mejorar Madrid y la vida de los madrileños. Pero, no. Ella pasará a la historia por ser la alcaldesa de las ocurrencias, y la última que ha tenido, ha sido proponer la creación de la figura de las “patronas laicas”, como protectoras de las personas mayores, y piensa iniciar el proceso de “canonización” laica de la primera patrona nombrada por la primera “papisa” municipal, con la científica Rita Montalcine, meritoria mujer, sin duda, que vela por los derechos, necesidades y cuidados de los ancianos, pero más que de “patrona”, le cabría el nombramiento de “dama protectora”.

Pero nada, ella, la alcaldesa, como siempre, inasequible al desaliento en su laicismo militante y en su carrera de ocurrencias, a cada cual más esperpéntica. Si la cosa se hubiera quedado ahí, en esa propuesta de crear la figura de las “patronas laicas” (¿por qué no también de los “patronos laicos?), no hubiera merecido la pena dedicarle estas líneas, que son tiempo perdido, pero es que fue más allá, invocó a San Isidro, y no para dedicarle una alabanza, sino para llamarle “paleto”. Para ella, el patrón de todos los madrileños, y de los hombres del campo en general, era un “paleto”, porque no era ni obispo ni rey, sino vecino de un Madrid que era pueblo. ¿Y no se podría haberse ahorrado esa alusión desafortunada a San Isidro? Como Manuela Carmena, puede pensar y decir lo que quiera de él, conforme a su talante laico, pero como alcaldesa de todos los madrileños, resulta inapropiado, ofensivo, desagradable, que describa a San Isidro, como un “paleto”. Si lo ha hecho, sin mala intención, como una ocurrencia graciosa, que se lo reserve para calificar a algunos de sus concejales, que puede que no sean paletos, pero sí, villanos.

Fuente: https://www.madridiario.es/