POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Festividad de San Antón
Hemos encontrado un documento de 1700 en el que se indica que hay dos cofradías de San Antón, una de los agricultores y otra de los alpargateros. Ambas tenían su sede en el convento de dominicas de Santa Ana.
Se celebra el 17 de enero de cada año. Es tradición encender grandes lumbres en la mitad de las calles o plazoletas. La principal luminaria estuvo en tiempos pasados en la plaza de Santa Ana, ya que en su capilla se le da culto a esta imagen. En la actualidad son varias las calles que mantienen esta tradición.
Cuando cae la noche se prende la hoguera y todos los vecinos charlan, bailan alrededor del fuego, colaborando todos con distintos alimentos que se asan en la lumbre, o se traen ya hechos, como las clásicas “rosas”. La bebida típica es el vino de San Antón, elaborado con vino tinto, azúcar y ciruelas que se secaron durante el verano para esta celebración.
Hay personas que mantienen la tradición del “vino de San Antón”, y tienen en su casa numerosos tarros de cristal, y que reparten entre sus vecinos, amigos, compañeros de trabajo, y conocidos para mantener esta vieja costumbre, ¿Verdad Josefina? Distinta asociaciones y cofradías vuelven a potenciar esta celebración afortunadamente.
La fiesta dura hasta altas horas, aunque al ser época de la recogida de la aceituna, los vecinos deben retirarse a descansar. Al día siguiente se llevan los animales de labor o domésticos para ser bendecidos en la puerta de la parroquia.
Una costumbre ya perdida era donar a la hermandad algunos lechones. Estos hacían su vida en la calle. Se reconocían por llevar orejas y rabos cortados. Todos los vecinos les echaban, los sobrantes de la comida, cuando se acercaban los animales a la puerta de las casas.
El día de la fiesta se realizaba el sorteo de los cochinos que se habían ofrecido y eran propiedad de la hermandad. La persona agraciada optaba entre llevárselo a la casa y su posterior matanza o regalarlo a una entidad benéfica. Algunos vecinos de la antigua calle Canalejas, evocaban la figura de ‘Miguelico’ Mota, barbero y sacamuelas.
Él era el responsable del sorteo de los cochinos donados a la cofradía. En la Plaza Mayor dos niñas vestidas con trajes de Primera Comunión, extraían las papeletas con los números de los afortunados. Un día, Miguelico amaneció como San Antón, con la barba blanca y un físico parecido al del santo.
En la prensa de 1915 he podido leer: “Con la solemnidad acostumbrada desde tiempo inmemorial la Cofradía de San Antonio Abad, llamada “de los alpargateros”, celebró el día 17 en la iglesia de Santa Ana, la fiesta con una misa solemne que interpretaron las religiosas dominicas de dicho convento, después del ofertorio ensalzó las virtudes del santo eremita, el reverendo Alfonso de Santa Ana, trinitario descalzo. En dicha fiesta comulgaron los dos mayordomos don Luis Muñoz y don Alfonso Cameros.
Terminado el acto religioso, el clero y los cofrades se trasladaron a la casa del mayordomo Muñoz, donde fueron espléndidamente obsequiados y atendidos. A las dos de la tarde se volvieron a reunir en casa del mayordomo Cameros donde todos fueron espléndidamente obsequiados y atendidos como en la mañana. Pidieron ser mayordomos para el próximo año Rodrigo Román y Juan Ortega, que fueron proclamados por unanimidad.
Tanto la noche de la víspera como el día de la fiesta se quemaron numerosos cohetes voladores y ruedas confeccionadas por el hábil aficionado de esta población don Marcos Linares, y la mayor devoción, orden y alegría han reinado en todos los momentos.
Damos nuestra cordial enhorabuena a cuantos han contribuido a estos solemnes cultos y principalmente al veterano y entusiasta hermano-presidente y alma de la Cofradía don Miguel Mota Bezares, cuya loable constancia y actividad incansable, para que en vez de disminuir, prosperen y se desarrollen estas sanas costumbres, en que tanta parte tomaron sus mayores, parece que son atendidas por el santo patrón dándole energías de espíritu para hacer frente a todos los contratiempos y robusteciendo su fe para proseguir su obras de reorganización “. Firma la crónica el día 18 de enero, Luan.
El siguiente año que también tomamos de la prensa, alaban la actuación de don Miguel Bezares Mota que ha redoblado su actividad y cuya conducta para exteriorizar la fe es digna de recomendarse.
A las nueve de la mañana acompañada de la Banda de Música que dirige don Juan Pedro Rodríguez, la cofradía se traslada al hermoso templo de San Andrés, lujosamente adornado e iluminado. Comenzó la solemne misa oficiada por la orquesta que dirige don Juan Muñoz, siendo celebrante el coadjutor don Fernando Uceda y don Joaquín Montoro Rodríguez, que con fácil palabra pronunció un discurso lleno de unción y doctrina evangélica.
Después de la ceremonia la comitiva regresó a casa de los mayordomos que han sido los jóvenes don José y Diego Cabrera Bezares, donde han sido obsequiados, con algo fuera de lo normal.
Para el próximo año piden ser mayordomos don Policarpo Pérez don Manuel León.
En 1926 la fiesta se celebró con una solemne función religiosa en San Andrés, ocupando la cátedra sagrada don Matías Molina de la Poza. En la noche precedente se encendieron las clásicas hogueras.
En la iglesia de Santa Ana, actualmente, en uno de los retablos se da culto a la imagen de San Antón, debajo una placa tiene escrito el siguiente texto: “Fue construida por la Hermandad de San Antonio Abad, el día 6 de enero de 1946, siendo Presidente Juan Moreno Rosillo”.
Dos refranes se han mantenido en la localidad como testimonio y recuerdo de esta fiesta, mantenida, al menos en el recuerdo: “Hasta San Antón , Pascuas son”, “ Estás como los cochinillos de San Antón”, que se dice de aquellas personas, generalmente recién casados o huéspedes, que comen cada día en casa de un familiar, pariente o amigo distinto.
Estos son algunos recuerdos del ayer, que afortunadamente se siguen manteniendo con las luminarias, el vino típico de San Antón y la bendición de los animales..