LA ARQUITECTURA COMTEMPORÁNEA EN EXTREMADURA. PUESTA EN VALOR, SIMBOLOGÍA Y NECESIDADES CONSTRUCTIVAS 5º Y ÚLTIMO
Ago 08 2021

POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES).

Ayuntamiento de Pizarro

La agricultura del siglo XXI se está caracterizando por ser un modelo de Agricultura Sostenible, basada en la competitividad el agricultor ha de utilizar unos medios de producción y unos canales de comercialización que le permitan vender sus productos a precios competitivos, para poder vivir con su familia de esta actividad, y en “no ser agresiva al medio ambiente” deberá conservar los recursos naturales, como son el suelo y el agua para que puedan ser utilizados por las generaciones futuras. La primera consecuencia de esta agricultura del futuro es, que, el agricultor necesitará de un asesoramiento casi permanente sobre, cuales son los input en los que se podría reducir su aportación a los cultivos (ej: laboreo, fertilizantes, fitosanitarios en general, etc.), y cuáles son los factores de producción que resultan imprescindibles para conseguir unas cosechas competitivas desde un punto de vista cualitativo, más que cuantitativo. En esta situación que se plantea a nivel mundial, las Comunidades de Regantes  tienen ante sí el reto de orientar a sus asociados sobre la mejor forma de emplear los caudales de agua disponibles y enseñarles a usarlos con la máxima eficiencia, complementando esta tarea con el control de las cantidades de agua utilizada por los agricultores, mediante los sistemas de medida (caudalímetros y aforadores) y otras políticas incentivadoras en caso de que se considerasen más efectivas[1].

Las nuevas estructuras agrarias, se dan en un periodo donde la pobreza, el paro agrario y la emigración, eran los mayores problemas que presentaba Extremadura en los años 50. Esta situación provoca que se busquen soluciones para solucionar estos problemas, acudiendo a los regadíos y la colonización de las zonas transformadas, como ejes dinámicos sociales y de producción. Con inversiones encaminadas para retener a la población, conseguir paliar el paro en la construcción de nuevos asentamientos humanos, situados en las tierras que se estaban poniendo en riego. La importancia de los regadíos, localidades y municipios tradicionales, poblados de colonización, se basa en la creación de áreas desarrolladas que forman corredores, donde se concentran las mayores producciones, la actividad mercantil y los efectivos humanos.

Extremadura se sitúa en el período de transformaciones en regadío más intensas entre los inicios de la década de los 50 y mediados de los 60; fue la época en la que el nuevo sentido productivista de la colonización integral estuvo acompañado de una dinámica de asentamiento en poblados más amplia[2]. El nuevo sentido productivista de la actuación del INC (Instituto Nacional de Colonización) puede contemplarse en los mecanismos puestos en marcha en la obra colonizadora. Frente a la importancia secundaria que adquirió al programa de explotación económico-agraria en las colonias de la antigua Junta, el dirigismo económico sobre los colonos va a tener un papel esencial en los poblados del INC. La puesta en marcha de la nueva “máquina de producción” exigía unos criterios de programación que debía ser estrictamente cumplido por los colonos[3]. El programa agronómico de la zona regable y el seguimiento estricto de aquellos índices constituían un elemento básico del funcionamiento económico de los nuevos poblados. El Instituto diseñó unos nuevos mecanismos de dirección del personal y de organización del trabajo cuyos presupuestos suponían un giro sustancial con respecto al dispositivo tradicional en las colonias. Ya que desde un principio, la operación de asentamiento de colonos en fincas y zonas regables se entendió como un gran plan del que no cabía descuidar los detalles[4].

Palacio de Congresos y Exposiciones de Mérida (Badajoz)

El Plan Badajoz o Plan de Transformación y Colonización fue aprobado por el gobierno de Franco en 1952 y destinado a dotar a la agricultura pacense de un sistema mejorado de electrificación, riego, proceso de fabricación y transformación y de comercialización de productos agrarios, teniendo como base el río Guadiana y como principal objetivo mejorar la producción y renta agraria de la provincia, gozó de un preproyecto inicial basado en los informes encargados por el Gobernador Civil don Joaquín López a un equipo de técnicos, bajo la supervisión del secretario Sierra Molina que culminó en 1948 con el Plan de Ordenación Económico-Social de la provincia de Badajoz, que culminó en la Ley de 1952, determinando la situación extrema de pobreza en Badajoz y apoyando la política hidrológica y colonizadora de carácter social, poniendo de manifiesto la falta de aprovechamiento de los terrenos cultivables[5].  El Plan Badajoz fue una de las aportaciones más importante en la primera etapa del Ministro Cavestany. Nace el Plan con la intención de complementar las acciones colonizadoras de los Planes Generales de Colonización en las zonas específicas en las que no se conseguía desarrollar un ritmo adecuado[6].

El plazo inicial del Plan Badajoz era de 14 años (1952– 1965), pero luego se modificó en el año 1963 y de nuevo en 1971, extendiéndose hasta 1975[7]. Se completó el Plan durante los primeros gobiernos de la democracia con los regadíos del Zújar, en la margen izquierda de las Vegas.

La finalidad de esta planificación fue regular el caudal del río Guadiana con la construcción de embalses, para transformar en regadío los campos de secano de las vegas pacenses. Desde principios del siglo XX se habían  planteado en el país actuaciones ambiciosas (Plan Gasset), que luego se recuperaron durante la Segunda República, y que finalmente fueron puestas en marcha con el franquismo. Los objetivos del Plan Badajoz, además de la construcción de la infraestructura de regadío (embalses, canales, red de acequias, depósitos elevados de agua, desagües, etc.), suponían la adaptación y mejora de la red de comunicaciones viarias, así como la electrificación de la provincia mediante el aprovechamiento energético en los embalses reguladores. También se llevaron a cabo tareas de repoblación forestal. Además, fueron fines prioritarios la industrialización de los productos de los nuevos regadíos y su comercialización, sin duda para mejorar la producción y renta agraria de la provincia. La transformación en regadío de las Vegas de la cuenca del Guadiana, alcanzó las 135.000 hectáreas.

La estructura fundamental del Plan Badajoz depende de tres presas escalonadas en la cabecera extremeña del Guadiana: Cíjara, García de Sola y Orellana. Estas  presas se construyen con tres finalidades: regulación del cauce (especialmente las dos primeras),  producción de energía eléctrica y dotar de agua de riego a las vegas del Guadiana. Una cuarta presa, la de Montijo, en el curso medio del río, deriva el agua para los canales de las Vegas Bajas (habría que mencionar también la pequeña presa de Zalamea, iniciada en 1800 pero terminada dentro del Plan Badajoz, y con la que se transformaron unas 300 has en el término de Zalamea de la Serena, permitiendo la instalación de algunos colonos). Una vez finalizadas la presa reguladora del Cíjara, y la de regulación de Montijo, pudo ponerse en marcha el riego de las Vegas Bajas, abastecidas por dos canales que discurren a ambos lados del Guadiana: el canal de Montijo, por la margen derecha, y el de Lobón por la izquierda. Ambos nacen en la presa de Montijo, y ambos finalizan su recorrido, ya como pequeñas acequias, en el término municipal de Badajoz. Entre ambos canales abastecen a casi 1.200 km de acequias.

En cuanto a la transformación de las Vegas Altas, pudo ponerse en marcha tras la terminación de la presa de Orellana, de la que se derivó el canal del mismo nombre, por la margen derecha del Guadiana, que después de recorrer parte de la provincia de Cáceres retorna a la de Badajoz para finalizar en el término municipal de Guareña. El INC redactar el Plan General de Colonización en la zona de cable por el canal de Orellana que se aprueba por Decreto de 17 de junio de 1955 por el Ministro de Agricultura don Rafael Cavestany, según la declaración de alto interés nacional del 26 de julio de 1946, incorporándose las tierras de los términos municipales de la Navalvillar de Pela, Orellana la vieja, Acedera, Villar de Rena, Villanueva de la Serena, Rena, Don Benito, Alcollarín, Campo Lugar, Medellín, Santa Amalia, Guareña, San Pedro de Mérida, Madrigalejo, Escurial, Miajadas y Almoharín. Constituyendo el núcleo de intervenciones correspondientes a las Vegas Altas de Guadiana[8]. Encargando una Comisión Técnica Mixta la elaboración del Plan Coordinado de Obras que concretaría las acciones que especificadas en el Plan formaban parte esencial del mismo.

A estos datos habría que añadir los de las actuaciones que, como Zalamea (donde se expropiaron 220 has y se instalaron 36 colonos), están ubicadas fuera de las vegas del Guadiana, e incluso constituyen una transición desde la primera a la segunda fase del plan Badajoz. Es el caso de los regadíos del Ardila, basados en la regulación de este río con las presas de Valuengo (en el Ardila, 20 hm3 de capacidad y aprovechamiento hidroeléctrico complementario) y Brovales (sobre el arroyo del mismo nombre, con 7 hm3 de capacidad), que riegan algo menos de 2.000 has, de las que se expropiaron 1.600 has para instalar 217 colonos ubicados en tres poblados. Así como de los tardíos regadíos de Olivenza, basados en la presa de Piedra Aguda (de 16 hm3 de capacidad , también utilizado para abastecimiento), en donde se instalaron 108 colonos (en dos poblados) en menos de 700 has expropiadas (si bien la superficie regable se ha ampliado notablemente mediante elevaciones directas desde el Guadiana). En conjunto, pues, unas 95.000 has transformadas en regadío, de las que se expropiaron 44.000 has, de las que algo más de 34.000 se distribuyeron entre 4.763 colonos instalados en 40 poblados de colonización.

La segunda fase del Plan Badajoz comenzó en los años 60 y continua vigente en el Canal de las Dehesas y delimitando la zona regable del Gran Canal de Barros. El elemento fundamental fue el río Zújar. En 1964 se terminaba la presa del mismo nombre. Una presa de 61 metros de altura y 723 hm3 de capacidad. Por su margen izquierda discurre un canal que desemboca en el río Matachel, junto a la presa de Alange. El canal fue acabado en los años 80. En esta zona regable se introduce, por otra parte, un nuevo sistema de riego,  el riego por aspersión, utilizando para ellos varias torres de 60 metros de altura a las que se eleva el agua con energía eléctrica para dar presión suficiente al sistema. De las 24.000 has aproximadamente que se riegan con este sistema, no se han expropiado ninguna, ni se han instalado en consecuencia colonos.

La actuación social más sobresaliente fue el movimiento de personas resultante de la distribución de 6.000 viviendas familiares, para asentar a los colonos, a los que junto con la vivienda se les proporcionó una parcela para que la cultivasen. Los colonos procedían de diversas zonas, tanto de los montes aledaños, como de Andalucía o de las áreas levantinas. A mediados de los años 50, estaban instalados en 42 poblados construidos por el Instituto Nacional de Colonización, que se conocían como pueblos blancos y que destacaban por su arquitectura “moderna”. La transformación social de la zona que fue larga y muy compleja, comenzó en 1952 con la construcción de Valdelacalzada y finalizó en 1971 con la de Torrefresneda.

Los nuevos núcleos de colonización que se construyeron a raíz de la planificación, se identifican en el territorio por su trama urbanística común. Las casas, encaladas y con una arquitectura funcional, configuran los denominados “pueblos blancos”, característicos de la zona de vega con agricultura de regadío. Se localizan  aislados, entre grandes extensiones de cultivos. Los arquitectos del INC diseñaron diferentes construcciones, entre ellas, viviendas destinadas a colonos, obreros agrícolas, artesanos, funcionarios (mayorales y capataces) y profesionales (médico, maestro y párroco). Todas ellas conservan una historia entrañable de gentes ávidas de mejorar sus condiciones de vida. Por ejemplo, la mayor parte de los pueblos de Las Vegas del Guadiana pertenecientes al Plan Badajoz responden o modelo de asentamiento condicionado por una implantación en paisaje llano y sin relación con el medio ambiente natural, a pesar de la creación de bosquetes deforestados durante la construcción del pueblo.

Para no extendernos, podemos poner un ejemplo clarificador de un municipio de colonización de la provincia de Badajoz, concretamente Pizarro, un núcleo urbano de estructura interna elemental, configurada por una plaza central donde se agrupan los edificios singulares y a la cual desemboca la calle principal. La trama urbana se desarrolla alrededor de un espacio central en el cual se concentran las dotaciones comunitarias. A este Centro Cívico llega la calle desde la que se produce el único acceso desde la carretera. El Centro Cívico queda configurado como la plaza principal del pueblo. En ella se reúnen todas las dotaciones comunitarias dispuestas en el perímetro como cierre visual del espacio abierto. La plaza adquiere forma hexagonal y queda atravesada por la calle desde la cual se produce el acceso al pueblo, que entra en la plaza por uno de los vértices. Frente al acceso a la plaza se encuentra la iglesia como edificio destacado en la composición. Mientras el resto de edificaciones queda planteado en paralelo a los bordes de la plaza, la iglesia se coloca en perpendicular teniendo como punto de referencia un vértice del hexágono.

La plaza, como materialización del concepto urbano del centro cívico, es en los pueblos del INC un lugar de experimentación creciente; como en general lo es el planteamiento de los mismos pueblos. En su construcción como lugar de alto contenido simbólico para la comunidad se puede decir que se produce un interesante ejercicio de proyección urbana y arquitectónica justamente allí donde quizás no cabría esperarlo: en unas sencillas poblaciones rurales. La plaza, como reunión de las instituciones comunitarias en torno a un vacío urbano reconocible gracias a su definición geométrica en planta y grado de cerramiento visual, induce las relaciones del pueblo con el medio donde se inserta. También, induce orden estructural interno al propio organismo urbano que se refleja en la traza principal del pueblo. La plaza es un espacio urbano altamente significativo en los pueblos del INC porque constituye la expresión del carácter de la comunidad[9].

En un lado de la plaza quedan colocados el complejo parroquial y el edificio del Ayuntamiento con las viviendas oficiales, las artesanías, el edificio social y el edificio cooperativo de la Hermandad Sindical. En el otro lado, separado por la calle que atraviesa la plaza, el grupo escolar al completo. La única dotación comunitaria que no aparece en la plaza es el Hogar Rural del Frente de Juventudes y de la Sección Femenina, que se posiciona en el borde de la trama urbana.

La plaza principal es un espacio cerrado atravesado por una calle. El frente en que se coloca el grupo escolar presenta las esquinas abiertas porque la edificación no llega a presentarse de manera compacta. Sin embargo, el otro frente que agrupa al resto de dotaciones aparece como una pieza continua con las esquinas cerradas. El espacio central queda tratado a modo de un jardín, con lo cual se suaviza el aspecto de espacio representativo que le da la reunión de las dotaciones comunitarias con la preeminencia entre ellas de las institucionales. Por tanto, una de las constantes básicas del trazado urbano, es la existencia de la plaza del pueblo, con soportales y arcos de tránsito en el Ayuntamiento y en la Cooperativa “San Rafael”. Pues uno de los aspectos más logrados de los pueblos de colonización guarda relación con el diseño urbano de sus trazados y la dimensión proporcionada de sus calles y espacios comunes. La impresión de una masa continua es fruto de su concepción unitaria, cada vivienda es una parte del conjunto, consiguiendo alcanzar una imagen urbana precisa. En Pizarro las manzanas se organizan agrupando solares con medianera central, dejando los patios al interior, manteniendo el acceso a la vivienda y al patio por la misma calle. Las manzanas de viviendas están formadas por dos hileras de solares unidas por el cerramiento posterior. El modo de agrupar las edificaciones es con dos viviendas pareadas que forman un solo volumen, unidas por una medianera común que deja ciegos los laterales de las dos viviendas. Generalmente, están construidas con muros de mampostería rústica, considerados duros y resistentes, aunque con el paso del tiempo, algunos han cedido, produciéndose desprendimientos, por el empleo de morteros de agarre de mala calidad y por la salinidad de los áridos utilizados. Siendo Pizarro uno de los casos excepcionales donde se utiliza la piedra como elemento constructivo al ser en su entorno abundante y barata.

El sobredimensionamiento de las calles, esencialmente la calle principal flanqueada por viviendas de una planta; y la plaza mayor, cuyas dimensiones mayores, respecto a las edificaciones singulares en unas condiciones climáticas como Extremadura hacen de éste núcleo un ejemplo no muy acertado de estructura urbana. Como si las concepciones urbanísticas dominantes en los años 60 del siglo XX no tuvieron en cuenta los valores acumulados en los modos de hábitat rural de Extremadura. Eso sí, los equipamientos de Pizarro fueron completos, procurando atender las necesidades de la convivencia social, en contraste con otros pueblos colindantes que estaban pasando por una mala situación económica; además, el arquitecto prestó atención al diseño de algunos detalles constructivos. Los pueblos de colonización construidos durante el período franquista constituyen el elemento más significativo de todo el proceso colonizador realizado durante más de 30 años tras la guerra civil española, porque suponían la introducción de una arquitectura rural en sus diferentes interpretaciones optando por la arquitectura vernácula, ejecutada racionalmente y con escasos medios y muy limitados y, su propia concepción se separaba de cualquier otro concepto arquitectónico desarrollado en España hasta el momento, siendo concebido por los arquitectos de la vanguardia española, evidenciando su interés desde el punto de vista histórico y patrimonial[10].

El Ayuntamientoaparece junto con la iglesia, los locales parroquiales, las viviendas del secretario y del médico con el dispensario, las artesanías y el centro social. Esta agrupación de dotaciones configura uno de los frentes de la plaza, presentando en la planta baja un pórtico corrido con acceso al vestíbulo con local de correos y juzgado. El pórtico es el recurso para restituir la continuidad de fachada perdida con la separación de los volúmenes. Así que, incluso en plazas expuestas al exterior, en posición de borde urbano y con pérdida completa de uno de sus frentes construidos, el pórtico se usa para restituir la continuidad del perímetro en las esquinas. Con ello no sólo se da unidad de aspecto al conjunto, sino que se consigue un adecuado cierre visual para la escena urbana, pese a que ésta quede abierta en uno de sus frentes hacia el exterior[11]. En la planta alta del Ayuntamiento está el salón de actos en posición central paralelo a fachada, con balcón volado. En el lateral derecho aparecen los despachos del alcalde y el secretario. La fachada compuesta por cinco módulos con balcón central y el elemento de frontón rematado por un mástil. Utilizando como materiales para la fachada la piedra vista en pórtico y enfoscado de mortero liso encalado en blanco en cuerpo de planta primera.

El edificio administrativo comprende la vivienda del funcionario administrativo que se compone de estancia-comedor, cocina y aseo en planta baja y tres dormitorios en planta primera. La vivienda del médico se desarrolla también en dos plantas. En la planta baja se sitúa la clínica y en la planta alta la vivienda propiamente dicha. La clínica se compone de sala de espera, consulta, curas, botiquín y habitación para internado con cuarto de aseo. La vivienda del médico está formada por estancia-comedor, tres dormitorios principales, cuarto de baño y cocina, aseo y dormitorio de servicio, habiendo que añadir un quinto dormitorio situado en planta baja. Ante esta nueva realidad pastoral que estaba surgiendo con la construcción de nuevos pueblos, y por tanto la creación de nuevas parroquias, el obispo de Plasencia don Juan Pedro Zarranz y Pueyo procedió a la creación de dieciocho nuevas parroquias (con sus respectivos sacerdotes encargados de su atención), entre las cuales se encuentra la “Parroquia San Rafael arcángel” de Pizarro.

El Arquitecto de la iglesia y del centro parroquial fue don Miguel Herrero Urgel, el aparejador Monrroig y la empresa constructora “Gridilla”. Para la elección de los titulares se servían de las advocaciones más populares del momento y para el pueblo de Pizarro se decidió que fuese el del arcángel Rafael. El centro parroquial de Pizarro aparece presidiendo el conjunto dotacional de la plaza del Centro Cívico. Su posición perpendicular al perímetro, su gran volumen y escala hacen que sea el edificio más destacado del conjunto del Centro Cívico.

En Pizarro, el Arquitecto puso gran interés en el diseño de la arquitectura religiosa, quedando reflejada la sensibilidad cultural de la época y del propio artista. La torre de la iglesia se nos presenta como un hito urbano que confiere la seña de identidad propia de Pizarro, con todo un repertorio de soluciones volumétricas y materialización de este tipo de arquitectura religiosa simbólica.Además, la torre del campanario, con su esbeltez, se convierte en una referencia visual para la silueta urbana. El complejo parroquial consta de iglesia, casa rectoral y locales parroquiales.

La iglesia es de una sola nave, con porche de acceso, coro, baptisterio, presbiterio absidal, sacristía y torre para el campanario. En la fachada principal hay un pórtico con una columna al aire y dos puertas por la que accede a la iglesia. Los distintos lienzos son de pared con piedras de pizarra encaladas en las ¾ partes, con una gran vidriera de 32 rectángulos. El resto está encalado y remata en tres cruces iguales de hierro. En la parte posterior la casa rectoral y salones parroquiales, junto a los cuales se halla la torre de 32 m. formando un cuerpo cerrado con un único hueco para la campana. No fue hasta noviembre de 1957 cuando se publicaron normas del INC para la construcción de iglesias, en las cuales se establecía la preceptiva aprobación del proyecto por parte del obispado. Realmente las determinaciones más restrictivas se referían al arte sacro que se incorporaría a la arquitectura, que debía ser analizado y aprobado por una comisión mixta arquitectos del INC y un asesor-inspector religioso, lo que nos da una idea de la importancia que se le concedía no sólo a los bienes muebles sino también a la arquitectura[12].

Los locales parroquiales cuentan con acceso independiente, despacho y salón de Acción Católica. La casa rectoral presenta un programa que incluye el archivo parroquial y la vivienda del párroco, con comedor, cocina con despensa, cuarto de servicio con aseo, tres dormitorios y baño.

En el interior del templo destacamos el presbiterio que lo preside un Crucifijo de talla madera, obra de don L. Marcos. Escultura de tamaño natural, A los lados la Virgen con el Niño, de talla madera (barnizada) sobre una repisa de hierro y el relieve del Bautismo del Señor junto a la pila con forma cuadrangular. Una pequeña imagen de San Isidro hecha de pasta de madera, donada por doña Concepción Villar Bravo en el año 1987[13].

La colocación de vidrieras en este tipo de iglesias no sólo permite la entrada de luz por los vanos sino que además asume un sentido simbólico, creando un marco adecuado para el recogimiento y la oración. La vidriera actúa como soporte para la inclusión de motivos decorativos como racimos de uva y manos orantes decoran la parte superior de la capilla mayor, con un claro sistema fragmentario y geométrico. En el centro del templo está el baldaquino y el altar, construido sobre un sencillo plano los dos soportes y una gran tapa de piedra de granito.

Por tres gradas se desciende a la nave, que es decorada de adelante atrás con ocho vidrieras: por un lado, aparecen San Rafael, patrono de los caminantes, a la que siguen otras con figuras de árboles con una serpiente, el crismón del Pax Christi, el triángulo con la representación del Padre en el triángulo; y por otro, San Miguel, y las siguientes decoradas con motivos de nubes, sol, ovejas en el abrevadero, la tabla de los diez mandamientos, rosa y espiga. Un vía crucis de cerámica de nueve baldosines de 10 por 10 cm se reparte entre sus muros. Diez apliques sencillos de hierro con bombillas cuelgan de sus paredes. De la bóveda penden dos grandes lámparas de hierro con forma de dos círculos no concéntricos unidos por cadenas. A los pies el cancel de mampostería y el antiguo baptisterio y las escaleras al coro, cuya forma triangular se cierra con una balaustrada.

Lo habitual era que un sacerdote procediera de alguno de los pueblos a los que atendía, y que desde ahí dirigiera las tareas de varias parroquias (en diferentes pueblos), ocupándose exclusivamente de esta labor. Ahora las parroquias son atendidas por sacerdotes que a la vez tienen otras ocupaciones pastorales (en algún caso también civiles), desde pueblos cabeza de comarca como son Miajadas, Don Benito o Navalvillar de Pela, donde suelen tener su residencia junto a otros compañeros sacerdotes.

Pizarro pertenece al arciprestazgo de Miajadas (zonas de trabajo organizadas por la diócesis y gestionadas desde Plasencia bajo la autoridad del obispo), por lo que las tareas pastorales (catequesis, Cáritas, campamentos…) se coordinan con el resto de pueblos pertenecientes a éste. Por otro lado, el grupo escolar destaca en la plaza del Centro Cívico. Se coloca presidiendo uno de los dos espacios en que ésta queda dividida por la presencia de la calle que llega desde el acceso al pueblo desde la carretera. Las escuelas configuran el alzado frontal, quedando enfrentada a las artesanías y al centro social. Las viviendas para maestros se muestran próximas El programa del grupo escolar queda integrado por seis escuelas unitarias agrupadas por parejas (separadas por sexos en cada pareja) y seis viviendas para maestros. Hasta 1966, dos años después de la llegada de los primeros habitantes, no se comenzaron a impartir las primeras clases.

Las viviendas para maestros presentan un programa doméstico de porche de acceso, vestíbulo, Sala de estar-comedor, despacho para el maestro, cocina, cuarto para el servicio con aseo, tres dormitorios y un baño.

En la composición de la fachada, se introduce el retranqueo para formar un alzado en diente de sierra. La planta baja, a modo de basamento, aparece chapada con piedra, mientras que las partes altas se trasdosan con enfoscado liso de mortero pintado en blanco.

Las artesanías aparecen en la plaza del Centro Cívico, acompañando al resto de dotaciones comunitarias. Se colocan entre el Ayuntamiento y el edificio social, formando parte de un frente continuo que presenta un pórtico como deambulatorio cubierto de la plaza y elemento de unión entre las distintas dotaciones presentes en ella. El programa del comercio queda resuelto con dos artesanías que incluyen sus correspondientes viviendas para los comerciantes. Las artesanías cuentan con tienda y trastienda. Las viviendas desarrollan un programa doméstico que incluye vestíbulo de acceso, comedor, cocina con despensa, tres dormitorios y aseo. Cuentan además con patio trasero y galería porticada en el frente de la plaza. A continuación de las artesanías, la distribución presenta un salón de actos y sala de cine, bar y casa de vivienda del conserje encargado.

El proyecto de Pizarro cuenta con 180 viviendas para colonos, todas de un mismo tipo. Las viviendas aparecen repetidas en serie a lo largo de todas las calles del pueblo, parte de las parcelas, agrupadas en manzanas de doble hilera, aparece girada configurando alzados quebrados en diente de sierra. La vivienda de colono del pueblo de Pizarro responde a un programa doméstico de porche de acceso, vestíbulo, comedor, cocina con despensa, tres dormitorios y baño. Las dependencias agrícolas cuentan con cuadra, granero y pajar en un cuerpo adosado a la vivienda y un cobertizo colocado al final del patio de labor. La novedad en este tipo de vivienda radica en que la parte principal de las dependencias agrícolas queda agregada a ella. Por otro lado, las dependencias agrícolas se distribuyen en dos piezas. El granero con el establo y el pajar añadidos al cuerpo de la vivienda y el cobertizo en el fondo del patio.

Las viviendas de los obreros agrícolas no se mezclan con las viviendas para colonos, configurando una zona específica de viviendas para obreros agrícolas en la trama urbana, próxima al Centro Cívico hacia la carretera de acceso. La vivienda del obrero del pueblo de Pizarro responde a un programa doméstico de porche de acceso, vestíbulo, sala de estar-comedor-cocina, despensa, tres dormitorios, y aseo. Los Hogares Rurales del Frente de Juventud y la Sección Femenina aparecen localizados en el borde de la trama urbana. Son la única dotación comunitaria que no queda localizada en la plaza del Centro Cívico. Ambos se colocan formando conjunto en un espacio ajardinado. Junto con el proyecto de cada pueblo de colonización se destinaba un edificio a “La Sección Femenina y Centro de Juventud”, que en Pizarro está ubicado en la calle Ronda de los Frailes.  La Sección Femenina se encargaba de la formación y educación de las mujeres en aspectos como labores del hogar, cocina, repostería, costura (bordados, corte y confección, etc.).

Los jóvenes se reunían en los primeros años para hacer “guateques” (fiestas de jóvenes en las que se cantaba, bailaba y bebía, celebrados durante la década de los 50 y 60) en sus propias casas o en los portales de la plaza hasta donde llevaban un tocadiscos. Y no fue hasta principios de los años 70 cuando decidieron organizarse y formar un grupo de jóvenes en los que su sede fue en el centro de juventudes donde se destinó como centro de reunionesque denominaban “El Club”.

Con el paso del tiempo los locales dedicados al ocio han sido diferentes. El siguiente emplazamiento fue “La Pacheca” (local de la iglesia que acondicionaron los jóvenes para pasar allí tiempo libre, cuyo nombre le pusieron ellos mismos procedente de un programa de televisión que se emitía en los años 80, “El Corral de la Pacheca”. Allí se trasladaron los juegos de futbolín, mesa de ping-pong, juegos de mesa y el material, utilizando a partir de entonces ésta como lugar para pasar su tiempo libre. En la actualidad los jóvenes no tienen un lugar de reunión fijo, cuando llegan ciertos eventos solicitan un local bien al ayuntamiento o bien a la iglesia para poder estar. El conjunto consta de un Hogar Rural para el Frente de Juventud y otro para la Sección Femenina, compartiendo ambos una galería porticada frontal. El Frente de Juventud consta de vestíbulo, sala de juegos, sala de mandos, biblioteca, despacho y aseos. La Sección Femenina se desarrolla con un vestíbulo, aula de actividades menores, clase con cocina, aula de divulgación, despacho, almacén y aseos. El local de la Hermandad Sindical fue diseñado para reuniones de los colonos a través de las denominadas “juntas de colonos”, y alberga maquinaria agrícola, pasando con el tiempo a convertirse en la Cooperativa Agrícola “San Rafael”. Estaba compuesto por hogar biblioteca y aseo en planta baja y dos despachos en planta alta. Un enorme patio de 1.500m2, donde se encontraba un cobertizo para maquinaria de 120m2 y almacén de idénticas dimensiones, el resto quedaba como patio libre para futuras edificaciones.

Contrario a lo que suele ser habitual, las pistas deportivas no quedan vinculadas a la posición de los Hogares Rurales. Éstas aparecen completamente desligadas, junto a las viviendas de obreros agrícolas. Aunque en un principio iban diseñadas frente al grupo escolar.

El cementerio se encuentra situado a 2 kilómetros del núcleo poblacional, al igual que en la mayoría de los pueblos de colonización se encuentra totalmente vacío, no estando enterrado nadie en el mismo, por motivos diversos. En un principio las primeras generaciones querían una vez fallecidos, volver a su tierra de origen, y posteriormente el deterioro del mismo, hace imposible que los vecinos se entierren allí, siendo el cementerio de Campo Lugar en lugar habitual de enterramiento en la actualidad. La capacidad del cementerio se calculó teniendo en cuenta que en 20 años no sería necesario mover restos humanos. Se consideraron 209 familias número fijados por la delegación, y con esa base a 5 individuos por familia, se llega a un total de 1045 habitantes, estimando un 7% de mortalidad, el número de defunciones anuales sería de 8, y 20 años de 160, al cual incrementa un 15% dando lugar a un total de 184 sepulturas. El cementerio dispone de una capilla, depósito de cadáveres, una parte del mismo para sala de autopsia y otra para acceso al público. También se proyecta un horno para la quema de ropas procedentes de enterramientos y un espacio para útiles de trabajo. Las sepulturas se distribuyen agrupadas en conjuntos y separadas y comunicadas por calles. Se proyectaron un total de 184 fosas, de las cuales 148 son de adultos, 16 de menores de 10 años, 10 de menores de 5 años, y 10 para enterramientos a quienes no se puede conceder sepultura eclesiástica. El acceso al cementerio se efectúa a través de un porche que enlaza la capilla con el depósito.

Hemos de tener en cuenta que en el año 1956 se implanta en España, con carácter obligatorio para las empresas, los Servicios Médicos de Empresas, con el objeto de “conservar y mejorar la salud de los trabajadores…”. En el año 1959 se reorganizan estos Servicios mediante la creación de la Organización de los Servicios Médicos de Empresa, y meses después se aprueba el Reglamento de los Servicios Médicos de Empresa. A pesar de las bondades de estas Normas, la mayoría de los trabajadores no estaban sujetos a un control de sus condiciones de trabajo, puesto que los empresarios se las ingeniaban para evadir estos servicios; constituyéndose pequeñas estructuras empresariales, muy alejadas de los 100 trabajadores necesarios, y con una pronunciada siniestralidad laboral.

Estas circunstancias, pondrían de manifiesto un control poco controlable, y desencadenaría el interés del gobierno de reconducir la seguridad e higiene en el trabajo y remendar las lagunas legales del pasado. Este nuevo impulso se dio con la promulgación, en el año 1970, de una Orden Ministerial, de 7 de Abril, por la que encomendaba a la Dirección General de la Seguridad Social la “formulación y realización del Plan Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo”. La Orden Ministerial, de 9 de marzo de 1971, acabaría por aprobar definitivamente el citado Plan Nacional, surgido para crear una consciencia colectiva sobre el daño del trabajo, para establecer una coordinación entre las administraciones públicas, para informar y asesorar a los trabajadores sobre los riesgos laborales, y para el desarrollo formativo.

Esta nueva predisposición pondría en jaque las persistentes miserias laborales, hasta entonces conocidas, aunque tuvo el imperativo de complementarse con un nuevo reglamento técnico, adaptado a los nuevos tiempos. Así surge, mediante Orden Ministerial, el día 9 de marzo de 1971, la OGSHT, con el objeto de “nacer la seguridad e higiene para el factor trabajo[14] y derogando el Reglamento General de Seguridad e Higiene en el Trabajo de 1940; poniéndose en marcha, de forma ilusionante, la Inspección de Trabajo y los Gabinetes Técnicos Provinciales de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Su principal cometido sería el análisis de los tres elementos que integran el proceso constructivo: el trabajador, el puesto que ocupa, y el lugar o ambiente donde trabaja. De este modo, en pocos años se verían los resultados obtenidos; frenando y reduciendo el frenético aumento de la siniestralidad laboral[15].

También es destacable la aprobación de la Orden Ministerial[16] del 17 de mayo de 1974, para regular la homologación de los medios de protección personal de los trabajadores. De este modo “quedará prohibido el uso de medios de protección personal que no reúnan los requisitos exigidos”. En ese mismo mes, el 28 de mayo de 1974, se transferiría la elaboración de las estadísticas de AA.TT. y EE.PP. del INE al Ministerio de Trabajo, con la finalidad de obtener resultados más eficaces y concluyentes.

En el ámbito económico, los primeros años del régimen fueron ciertamente aterradores. Una España sucumbida por la pobreza tras la Guerra Civil, y con el fracaso de una política autárquica y estatal, veía como quedaba retrasada económicamente respecto a otros países del continente europeo que, mediante las ayudas del Plan Marshall, pudieron reconstruir su menguada economía tras la 2ª Guerra Mundial. En cambio, la década de las 50 supuso importantes cambios; el fin de la autarquía y los acuerdos con EE.UU. y con la Santa Sede, culminaron con la entrada de España en la ONU, en el año 1955. A partir de entonces, se desvanece el aislamiento creado por el régimen, y se mejora la situación de las clases trabajadoras, con una economía en auge durante la década de los años 60.

Respecto a las clases sociales, las transformaciones económicas de los años 60 modificaron la estructura social que se venía arrastrando desde periodos anteriores al de Entreguerras. Surge así una clase compuesta de terratenientes, banqueros, empresarios afines al régimen, considerada como la “clase dirigente”, a la que se sumaba la aristocracia y los <nuevos ricos> enriquecidos con el estraperlo. En una clase inferior estaban los considerados “clase media”, formados por ingenieros, médicos, abogados…a la que se sumarían los maestros, empleados de banca, técnicos…, y en los hijos de este grupo estaría la punta de lanza de la protesta popular contra el régimen, en paralelo a la oposición obrera. En un tercer nivel, estaría la “clase trabajadora” adquiriendo, a partir de la década de los 60, un mejor nivel de vida y salarios, y, al decaer la arquitectura de iglesias, conventos… acabarían mejorándose las condiciones de habitabilidad y salubridad; teniendo acceso a recursos como servicios higiénicos, electricidad y abastecimiento de agua potable en el interior de la vivienda.

La arquitectura de finales del siglo XX y del siglo actual cuenta  con arquitectos de gran personalidad que realizan obras emblemáticas y espectaculares. Pese al marcado individualismo y sin constituir un estilo tienen rasgos comunes: Influencia de los movimientos anteriores, utilización de recursos de alta tecnología y materiales nuevos que aportan la investigación y la industria (estructuras metálicas, laminadas, cristal reflectante, etc.), importancia de la Informática en el diseño constructivo, compartimentación del espacio, sentido escultórico en el tratamiento de los volúmenes externos, fusión entre arquitecto-ingeniero-urbanista-diseñador, gran dinamismo y espectacularidad, preocupación por la sostenibilidad y el medio ambiente; se crean obras monumentales que transforman el espacio circundante. Esta arquitectura multifuncional nace en el siglo XX con las ideas de Le Corbusier, pero llega al siglo XXI nutrida de otras tendencias contemporáneas como pueden ser el minimalismo, el high-tech devenido a eco-tech, la arquitectura sustentable entodas sus variantes y denominaciones, y la nueva arquitectura invisible. Y es que la arquitectura, como cualquier manifestación del intelecto humano, evoluciona junto con las propias necesidades humanas.

En varios edificios cacereños se ha llevado a cabo en los últimos años del siglo XX y primer decenio del XXI un interesante proceso de reconstrucción y consolidación de edificios medievales y renacentistas para su uso y adecuación de oficinas, museos o centros de interpretación. Tal es el caso, de la Casa de las Veletas, la de los Caballos y su Pabellón anexo  forman un único conjunto dedicado al Museo de Cáceres. Entre las dos casas, existe un jardín que sirve de zona de paso entre los dos inmuebles y de área de descanso del público. Ha recibido varias restauraciones desde el siglo XVIII hasta finales del siglo XX. Concretamente, en el año 1992, con el fin de facilitar el acceso peatonal desde la plaza a la calle San Antonio, se proyectó sustituir la rampa existente por una serie de escalinatas, junto a los muros situados en los distintos desniveles y por un peldañeado con rampas en las restantes zonas. En el año 1997 se llevó a cabo otro proceso de rehabilitación importante. La intervención a realizar fue integral, lo que ha permitido adecuar el Palacio a las necesidades de un museo contemporáneo, preservando todos aquellos elementos que lo caracterizan, y facilitando, en la medida de lo posible, la circulación de los bienes culturales y de las personas. Tras las obras de rehabilitación llevadas a cabo en 1997 se puede acceder por el jardín al Museo. Aquí se ubica la sección de Bellas Artes, con muestras de bienes muebles (escultura, pintura y platería) desde la Edad Media hasta la actualidad. Este edificio fue caballeriza. La Casa de los Caballos es un edificio exento y cuenta con un pequeño patio alejo lateral. Su planta es rectangular y su organización vertical se adecua a la ladera rocosa. Se consigue una atmósfera adecuada para su nuevo propósito, inventando un paisaje arquitectónico capaz de incorporar los objetos de exposición al lugar que viene dado. El uso de los materiales, la luz, las disposiciones espaciales, los colores y texturas están en función de lograr un recorrido visual estructurado alrededor de la obra de arte. Dese 1998 a 2002, tuvo lugar la rehabilitación del entorno de los jardines del Museo de Bellas Artes de Cáceres consistió en la pavimentación de sus calles, en sus tramos colindantes con el Museo, así como la adecuación del jardín del Museo para incorporarlo al circuito urbano del casco histórico y resolver, a través de él la conexión entre los dos edificios principales del conjunto museístico, la Casa de las Veletas y la de los Caballos[17]. Los arquitectos Aranguren y Gallegos llevaron a cabo una idea genial en el proyecto integral buscando la adecuación de un lenguaje contemporáneo en la definición de los elementos Que integran el diseño del nuevo espacio urbano, con un lugar de gran valor histórico a conservar. Para poder conseguir la conexión de los dos edificios principales se mantuvo la puerta de acceso al exterior al jardín, pero destinándola a acceso exclusivo de los peatones con un diseño de una nueva cancela corredera que respetaba el hueco del arco de la antigua puerta. Sobre dicha puerta se crea una pasarela cubierta que conecta la puerta de la Casa de las Veletas con un pequeño recinto o antesala del puente existente[18].

El edificio medieval de la Casa de Becerra, acoge la Fundación Mercedes Calle y Carlos Ballestero en Cáceres, fue restaurado en el año 2006,  siguiendo el proyecto redactado por el arquitecto don Ángel González García. La actual edificación de la Casa de los Becerra tiene tres plantas, entre las que se distribuyeron las dependencias necesarias para la sede de la Fundación. Durante los trabajos de rehabilitación no se han alterado fachadas, volúmenes o perspectivas orientando las obras a la definición y organización de los espacios interiores y a mejorar los accesos. Todas las partes y elementos de la edificación han sido diseñados y construidos para los fines que le son propios, el desarrollo de actividades sociales y culturales, utilizándose como materiales constructivos el hormigón, el acero, ladrillo y cemento.

También, podemos estudiar el palacio del marqués de Camarena la Vieja o la Real, situado en la calle Ezponda,  de Cáceres, se levantó sobre parte de lo que fue una casa-fortaleza del siglo XV. En su interior, el palacio presenta un patio con arcos sobre columnas toscanas de finales del siglo XVI. Este patio es el elemento esencial, conservado perfectamente aunque sometido a diversas transformaciones. En este palacio, la actuación se lleva a cabo en los años 80 del siglo XX, al decidir establecer la sede colegial de los arquitectos de Cáceres y de Extremadura en este Palacio[19]. Las obras de rehabilitación bajo la dirección del Arquitecto don Gerardo Ayala Hernández y como promotor el Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura consistieron esencialmente en elevar ligeramente la torre principal, así como en la introducción de una escalera junto al claustro y un altillo en la sala principal[20]. La idea fundamental que ha guiado la definición de los distintos espacios y la intervención física en el aspecto final de los acabados y detalles de cada una de las partes del edificio, ha sido actuar conservando todo lo que existe, dejando ver, en lo posible, el estado actual y el paso de los años y, al mismo tiempo, crear la máxima tensión entre lo antiguo y lo nuevo. El criterio fundamental de la intervención consistió en una nueva arquitectura que puso en valor la antigua, potenciando su vez el conjunto y presentando las nuevas piezas como dibujadas en el espacio. De esta forma los revestimientos, pavimentos, puertas, escaleras, etc., se colocan de manera que dejan siempre ver lo que existía, sin ocultar las superficies originales en su totalidad. Aunque se trató de conservar el sistema cultural, la introducción de un nuevo uso hizo necesario intervenir de forma decidida allí donde se consideró necesario. En interior del palacio, se llevó a cabo la inserción de las escaleras con la mínima presencia pero sin esconder el brillo de los cables y barandillas de acero inoxidable, la separación de las nuevas entreplantas de los viejos muros y la colocación de los materiales, superpuestos en paralelo a los existentes, establecen un tenso diálogo que evidencia el valor y la antigüedad del edificio. En el exterior, el criterio básico ha sido devolver la primitiva dignidad al palacio mediante dos pequeñas actuaciones: elevar la torre y abrir una logia de coronación en la fachada más deteriorada. En el proyecto, el arquitecto contempló prolongar la altura de la torre manteniendo las dimensiones en planta, sin pretender reconstruir el volumen original. Remata la torre de forma sobria con una terraza mirador hacia la Ciudad Monumental. Ese uso como mirador fue negociado con la Comisión de Patrimonio, obligando a algunas modificaciones.  Utilizando la parte superior de la torre como depósito de libros, espacio al que se accede por una pasarela desde el eje de la escalera al perímetro que facilita el acceso al depósito de libros en toda su altura[21].

La estación de autobuses de Casar de Cáceres que se ubica en la Avda. Ejido de Abajo. Construcción vanguardista inaugurada en el año 2005, obra del arquitecto extremeño Justo García Rubio, cuyo proyecto le hizo ganar el Premio Extremadura a la Creación, fue homenajeado con un sello conmemorativo en el año 2006.Esta edificación es conocida internacionalmente y tiene un sello de correos dedicado. Es un edificio donde se han unido la ingeniería y el diseño artístico, para concebir, según el propio arquitecto, una “cinta de hormigón blanco” que se pliega sobre sí misma y genera dos espacios nítidamente diferenciados. Una escultura funcional que por un lado es un andén cubierto para el autobús y la llegada de los viajeros; y por otro, alberga una sala de espera yuna cafetería. La mínima estación de autobuses que, para el municipio de Casar de Cáceres, proyectó Justo García Rubio, es un perfecto homenaje a las grandes posibilidades formales y expresivas que permite este elemento: concebida como una gran lámina de hormigón que se pliega varias veces para crear varios ámbitos de estancia, este trabajo es casi un monumento al hormigón armado. Con un presupuesto exiguo y unas formas controladas, dada la entidad de la población donde se ubica, la lámina se curva y pliega

sobre sí misma para crear espacios diferenciados, el de llegada de los autobuses o el de espera de los usuarios, en un único gesto libre148. Esa gran lámina es, gracias a un único elemento constructivo, todo: fachada, cubierta y protección. El hormigón se muestra en toda su crudeza tanto en el interior como en el exterior, enseñando sin pudor las cicatrices de su construcción, a base de encofrado de tablas de madera. La creación de distintos espacios se hace mediante grandes superficies de vidrio que conforman patios interiores mejorando las capacidades térmicas del edificio y facilitando la iluminación natural[22]. Diferenciadas tanto en la forma de la cubierta como en el material, se distingue claramente la zona de estancia de vehículos como la del viajero. Es en esta parte donde el hormigón, en el que se marcan las líneas de las planchas de encofrado, se convierte en el auténtico protagonista de una gran superficie horizontal cubierta. En la plataforma de autobuses, los pilares lineales de hormigón delimitan los espacios de estancia y soportan una cubierta inclinada, esta vez metálica. Esta cubierta se separa del sustrato, se pliega y amplía, pasando de aparcamiento de vehículos de personal a zona de mantenimiento de autobuses y pórtico de paso para acabar cubriendo dársenas y andenes.

Extremadura cuenta con edificios contemporáneos que presentan un diseño arquitectónico innovador, tales como el Museo Nacional de Arte Romano, de Moneo o el edificio del Meiac (Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo) de Badajoz.

El edificio emeritense se desarrolló de 1980 a 1986 y atrajo de inmediato un gran reconocimiento hacia la obra de un joven Rafael Moneo. El arquitecto navarro ya había acometido para entonces la ampliación de la sede de Bankinter, en el Paseo de la Castellana de Madrid, y el Ayuntamiento de Logroño e impartido clases en la Cooper Union, en Nueva York, y en la Universidad de Princeton.

Los arquitectos en aquellos años reflexionábamos sobre cuál era el papel de nuestra propia disciplina. Eran los años de más intensa reconsideración de los excesos de la modernidad. «Mi preocupación primera, cuando comienzo a estudiar un nuevo proyecto, es identificar con claridad cómo la disciplina que practicamos, la arquitectura, puede contribuir a resolver el problema que hay en toda construcción, por simple que esta sea», aseguraba el propio Moneo en una entrevista en la revista El Croquis en 1985. Se volvía a mirar al pasado y se volvía a apreciar la historia y cuanto ella nos enseña. De esta manera, el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida se puede considerar como un edificio hijo de la posmodernidad.

Por otro lado, el proyecto de Meiac de Badajoz, arranca en 1989, con planos del arquitecto José Antonio Galea. La idea había sido ensayada con éxito también en Hispanoamérica (Museo Nacional de ColombiaArchivo General de la Nación (México), entre otros). El espacio está cargado de emoción para los pacenses, al convertir un espacio de represión en otro de libertad (se construye en el solar de una antigua cárcel).

También, destacamos el Puente Lusitania, en Mérida. Fue Inaugurado el 10 de diciembre de 1991, es obra del ingeniero y arquitecto Santiago Calatrava. Su estructura está compuesta por unas plataformas de hormigón que se suspenden, con tensores de acero, de un gran arco. En el centro existe una vía peatonal. El puente nace de la necesidad de peatonalizar el antiguo puente romano que, desde muchas décadas atrás, venía soportando el tráfico de vehículos. Además se trata del primer puente en Mérida que se levanta no para unir la ciudad con el exterior, con otros núcleos, sino para fusionar elementos de la propia ciudad: la Mérida tradicional, donde se asienta el casco histórico, con la nueva ciudad que se desarrolla en la margen opuesta del río.

También en Badajoz, destacamos el conocido edificio como Torre de Caja Badajoz, de 2011, que alberga la sede de la entidad bancaria Caja Badajoz. El edificio es reconocido como la construcción más alta de Extremadura, superando a la anterior, el puente Real (80 m aproximadamente). Hasta la construcción de la torre, el edificio más alto de la región era la Torre de Mérida, ubicada en la capital extremeña.

Consta de dos partes; una de ellas es una base de dos plantas (la baja y la primera) en la que se encuentra un auditorio con capacidad para 500 personas, un centro de negocios (dotado con varias salas flexibles, preparadas para diversos usos), un restaurante para empleados, dos cafeterías, una guardería para empleados, un gimnasio, un aparcamiento, una piscina cubierta y una sala de exposiciones.

La otra parte del edificio, es la torre de 82 m,1​ en las plantas superiores de la torre, se encuentran las oficinas de los directivos del banco Caja Badajoz, junto a las plantas medias, en las que se encuentran las oficinas para otros empleados de la entidad bancaria. También cuenta con ocho plantas de oficinas en alquiler para terceros, que se sitúan en las plantas inferiores de la torre. También, el Palacio de Congresos de Badajoz “Manuel Rojas”, considerado una obra de arte y una joya de la arquitectura moderna, con dos fachadas y una planta cilíndrica en metacrilato con forma de anillos que envuelven el conjunto y una cubierta de cristal. Edificio que aúna vanguardia y modernidad.

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[1] Del Campo García, 1996; Del Campo García, 1999.

[2] Villanueva Paredes y Leal Maldonado, 1991.

[3] Gómez Ayau, 1944.

[4] Monclous, 1988.

[5] Rivero Serrano, 2006; Cabecera Soriano, 2015.

[6] Villanueva Paredes y Leal Maldonado, 1991; Cabecera Soriano, 2015.

[7] Martín Lobo, 2002.

[8] Decreto de 26 de julio de 1946 por el que se declara de interés nacional la colonización de zonas regables de los pantanos del Cíjara y Zújar, publicado en el BOE, número 229 del 17 de agosto de 1946.

[9] Flores Soto, 2013.

[10]Cabecera Soriano, 2015.

[11] Interesante el estudio de Flores Soto sobre las plazas de los pueblos de colonización, 2013, 145. Según José Antonio Flores la plaza se caracteriza por ser un vacío dentro de la masa urbana. Si el pueblo es en el paisaje una densificación de masa edilicia, la plaza se reconoce en la masa urbana por ser un vacío dentro de lo construido. Las características que hacen reconocible este vacío en la masa urbana son su figura en planta y la definición de los planos verticales que configuran su perímetro. La escena urbana, por tanto, se constituye por una superficie horizontal amplia reconocible a través de su figura geométrica y por unos planos verticales que configuran su perímetro, caracterizado por su continuidad y el grado de cerramiento visual.

[12] Circular sobre normas regulando la construcción de iglesias por el INC (Circular número 379, Archivo número 116).

[13]López López, 2004.

[14] Rodellar, 1989.

[15] Carreras y Tafunell, 1989.

[16] Ministerio de Trabajo. Orden Ministerial, de 17 de Mayo de 1974, por la que se regula la homologación de los medios de protección personal de los trabajadores.

[17] Véase nuestro trabajo, Ramos Rubio y De San Macario Sánchez, 2014.

[18] Proyecto de rehabilitación de los arquitectos Aranguren y Gallegos. Agradecimiento a doña María J. Aranguren López y a don José González Gallegos.

[19] Es importante destacar que hubo un anteproyecto de 1979 de Hernández Mancha, Navarro Jiménez y Sánchez Vaca que no se llevó a efecto, pues la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento acordó no conceder licencia al proyecto por considerar inadecuadas al carácter singular del edificio las modificaciones y reformas propuestas la Comisión Provincial de Monumentos, esta estimó inadmisible la construcción, argumentando el grave estorbo de la perspectiva del Palacio y Torre de Galarza, Monumento histórico artístico desde 1949, y la inadecuación de un cuerpo con estilo y materiales contrapuestos a la esencia de la arquitectura monumental de Cáceres. Ábalos y Araujo, 1983.

[20]Ariza Viguera, Candela Sahuqillo y Fernández González, 1987.

[21] Véase nuestro trabajo, Ramos Rubio y De San Macario Sánchez, 2014.

[22] García Rubio, 2004.

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