«¿POR DONDE BAJAMOS A LA PATRONA POR PATIÑO O MEJOR POR ALGEZARES?» (MURCIA)
Feb 04 2018

POR ANTONIO BOTÏAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE (MURCIA)

 

Instantánea antigua de la subida al santuario desde el camino de Algezares (Murcia)

Con la historia en una mano y la costumbre en la otra, que no siempre coinciden aunque muchos no lo crean, tendrá que resolver el Cabildo de la Catedral -o el obispo, si los canónigos lo dejan, cosa extraña- por dónde vendrá e irá la Patrona de Murcia en sus romerías desde el monte.

Las obras del AVE aconsejaron este año emplear el camino de Patiño. Pero desde Algezares advierten de que, retrasadas las obras, la Morenica debe pasar por su pedanía. Y la polémica resucita una remota disputa entre ambos itinerarios. Uno, «el de en Medio». El otro, el «de la Virgen». ¿Cuál es cuál?

La primera vez que las crónicas anotan un traslado de la Fuensanta para celebrar su fiesta en la ciudad -porque ya de antes se conmemoraba en su ermita del monte- fue el día 9 de septiembre de 1780.

Hasta esa fecha era costumbre que los murcianos acudieran al santuario cada 8 de septiembre, día en que la iglesia conmemora la Natividad de la Virgen. A comienzos del siglo XVIII, según un manuscrito de la época que citará más tarde ‘El Diario de Murcia’ en 1888, ya era «singular el concurso de este día, pues lo más lucido de todo el país concurre con singulares demostraciones de júbilo y alegría».

La fiesta era organizada por el Cabildo de la Catedral murciana, cuya capilla actuaba en la antigua ermita que, por entonces, estaba rodeada «de muchos pinos, cipreses y otros árboles silvestres y, a la falda y raiguero de dicha sierra, hay muchos olivos, álamos y variedad de yerbas odoríferas, que componen un entretenimiento y devoción rara».

La que después sería Patrona indiscutible de la ciudad, arrinconando a La Arrixaca, que lo fue del Reino, solo se acercaba a la ciudad cuando se convocaba alguna rogativa. Eso sucedió el 20 de enero de 1780, año clave porque desde entonces la fiesta de la Morenica tendría como escenario el principal templo de la Diócesis.

La fecha exacta se conoce porque el Cabildo catedralicio, reunido en agosto de aquel año, acordó que La Fuensanta vendría a la ciudad. Advertían los canónigos que «se trajese a la Madre de Dios de sigilo». Algunos autores señalan que tanto secreto obedecía a la división de preferencias marianas entre el obispo, partidario de La Arrixaca, y el Cabildo, de La Morenica.

Cuatro de la madrugada

Lo cierto es que la imagen salió de su ermita, ni más ni menos, que a la una de la madrugada. Eso requirió, como anotan las crónicas, «una gran procesión de hachones porque no había luna y la noche era muy oscura». La Fuensanta bajó a Murcia por vez primera, si damos crédito a estas fuentes, por el camino de Algezares. Y llegó a las cuatro de la mañana al convento de las Madres Justinianas.

Casi un siglo antes, el 16 de enero de 1694, cuando la imagen fue llevada a Murcia durante otra sequía, también realizó el mismo camino. O, cuando menos, eso contaba el erudito Javier Fuentes y Ponte en su obra ‘Ligeros apuntes relativos a una imagen antigua de la Santísima Virgen’ (1885) .

En aquella ocasión, a la Morenica «un gran gentío la acompañaba, en su mayor parte del inmediato pueblo de Algezares; el cura de este pueblo iba con su cruz parroquial». Hasta que, «en medio del camino», supo que el obispo había prohibido que trajeran a la Virgen y se retiró.

También el doctoral Juan Antonio de la Riva (1752-1834) mantenía en su obra ‘Historia de Nuestra Señora de la Fuensanta de Murcia’ que para «ir camino recto» hasta el santuario existía una carretera «que parte del convento del Carmen […], que termina en un puente de la acequia Madre, que va al pueblo de Algezares».

Otra fecha histórica para discernir qué trayecto era el más usado se encuentra en 1779. Aquel año, debido a una terrible sequía, se acordó acercar la imagen a Murcia por el llamado «Camino de en Medio».

Era el de Algezares, diferente al llamado Camino de la Virgen, que atravesaba Patiño y del que algunos investigadores como el cronista Ricardo Montes aseguran que fue «muy utilizado a lo largo del siglo XVIII». En su obra ‘Fuensanta. La Virgen Patrona de Murcia’ (2017), sostiene Montes que, «hasta 1799, el traslado se realizaba por el llamado Camino de la Virgen, que cruzaba Patiño».

Por el camino de Algezares subiría la reina Isabel II a honrar a La Fuensanta durante la histórica visita realizada en 1862. La carretera fue reparada para tan destacada ocasión y los parroquianos incluso colocaron arcos y guirnaldas de flores en el entorno del santuario.

«Los Garres y San Benito»

No debió, en cambio, aguantar mucho la rehabilitación si tenemos en cuenta que el ‘Boletín oficial de la Provincia de Murcia’ publicó en 1864 los nombres de los vecinos «de Garres y S. Benito» que de forma voluntaria «han contribuido con cinco cargos de graba para la composición del camino de Algezares hasta el Santuario de la Fuensanta».

La misma ruta seguiría tras su Coronación canónica en 1927. De hecho, las crónicas reflejan que «en casi todas las casas del camino de Algezares pusieron mesas adornadas con flores y mantones de Manila», y al llegar al pueblo se le tributó a la imagen «un entusiasta recibimiento».

Pocos murcianos conocen que, según Díaz Cassou y con todas las reservas del mundo, la Virgen de La Fuensanta es, en realidad, la antigua advocación de la Virgen de las Fiebres, que fue llevada al monte cuando el obispo y fraile Antonio Trejo la sustituyó por una imagen de la Purísima que en 1695 había traído de Roma. Nadie entonces imaginaba que la auténtica fiebre mariana por la que sería Morenica no había hecho nada más que empezar. Antonio Botias

Fuentehttp://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/bajamos-patino-mejor-20180204005055-ntvo.html

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