POR ANTONIO ORTEGA SERRANO, CRONISTA OFICIAL DE HORNACHUELOS (CÓRDOBA)
Cuando se cumple el 73º aniversario de aquella fatídica fecha ocurrida en Hornachuelos (Córdoba) , el 12 de agosto de 1936, fue asesinada vilmente, junto a diecisiete inocentes personas más, todos vecinos de la Villa de Hornachuelos, que estaban encarceladas en la casa de D. Francisco Gamero-Cívico, más conocido en el lenguaje popular, cómo “don Paco Cívico”, situada en la plaza de la Villa, hoy Plaza de la Constitución, justo a unos pasos del Ayuntamiento o Casas Consistoriales, como figura en una placa, en el dintel de su puerta de entrada y, que los Milicianos la habían establecido como ‘cárcel del pueblo’, procedieron a sacar a una parte de las personas encerradas y, a las que hicieron salir por la puerta de atrás, para que nadie pudiera ser testigo del vil asesinato que iban a perpetrar; aquellos revolucionarios de izquierdas, unos venidos de Palma del Río y algunos vecinos del propio pueblo, comenzaron una marcha sin retorno, en la que caminando por caminos pedregosos y veredas con destino a la mina del Romano, a unos doce kilómetros del pueblo, en la Hacienda del Rincón, propiedad por entonces de los Marqueses de Viana, llevaban sólo dieciocho vecinos de Hornachuelos de los que tenían encarcelados, quedando el resto en libertad, pues según dijeron los mismos milicianos, “con ‘estos’ de momento, tenemos justificación ante nuestros jefes del partido”.
El macabro pelotón era conducido por un grupo de unas veinte o veinticinco anarquistas, que con el engaño de que iban a unirse a una Compañía del ejército que pretendía atacar Córdoba los llevaban con ellos como rehenes. Sin embargo, después de recorrer un arduo y pedregoso camino, con la conciencia clara de lo que les esperaba, fueron fusilados. Sus cuerpos, -algunos de ellos-, según la versión de algunos vecinos del pueblo, habían sufrido algunas mutilaciones con anterioridad, y fueron arrojaron a un estrecho pozo seco, de unos diez metros de profundidad por tres de diámetro que existía en dicha mina que se encontraba hacia bastante tiempo abandonada.
En la foto (que no es muy buena) que se inserta podemos ver a Victoria Díaz, con un grupo de alumnas, entre las que se encuentran personas que fueron asesinadas con ella en el lugar elegido para su horrible fusilamiento, aunque fueron muchas más las inocentes personas mutiladas, vejadas, flageladas y asesinadas, que relacionamos, pues los ejecutados eran concretamente diecisiete varones y una sola mujer, en total dieciocho, que relaciono como homenaje y recuerdo de la felonía cometida, fueron: D. Antonio Molina Ariza, Cura Párroco de 33 años; D. Manuel Díaz Fuentes, Perito de 63 años, secretario del juzgado, que se creía que era miembro de Acción Popular o CEDA; D. Antonio García Escobar, labrador de 46 años, teniente de Alcalde, del Partido Radical; D. Julio Castro Tenllado, de 44 años, capataz del Pantano; D. Andrés Villalba Serrano, de 48 años, maestro y Juez Municipal de Acción Popular; D. José Palencia Muñoz, maestro nacional de 39 años y, sin filiación conocida; D. Federico Vilela Vázquez comerciante de 49 años, sin filiación conocida; D. Juan Felipe Vilela Vázquez, de 47 años, de Acción Popular; D. Rafael Vilela Vázquez, de 44 años de Acción Popular; D. Manuel Vilela Vázquez, de 40 años de Acción Popular; D. Antonio Castro Bravo, maestro villa albañil de 58 años, del Partido Radical, acusado de hablar con los ‘señoritos’ del pueblo; D. Rogelio Aguilera Ruiz, estudiante de 20 años, único militante de Falange Española probado, que se encontraba circunstancialmente, llegado desde Madrid, para estar unos días con su novia, que residía en la población; D. Isidro Calduc Cabedo, de 35 años, chofer de los autobuses que trasladaban a los viajeros a la estación de ferrocarril, mecánico y, de Acción Popular; D. José Ceballos Rodríguez de Castillejo, de 55 años, comerciante y labrador, miembro de Acción Popular y ex teniente de Alcalde; D. Ramón Mesa Santisteban, de 62 años, labrador y de Acción Popular; D. Manuel Ruiz Cárdenas comerciante de 56 años; D. Adolfo Cañero González de Requena, de 56 años, labrador y antiguo Alcalde progresista; Dª María Victoria Díez y Bustos de Molina, de 33 años, la única mujer del grupo, maestra nacional perteneciente a la Institución Teresiana. Según diversas fuentes, la razón de su asesinato consistió en sus colaboraciones con el Párroco en el adoctrinamiento católico de los niños del pueblo.
Y esta es la verdadera “MEMORIA HISTÓRICA” ocurrida en año 1936, en un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba, que es pueblo donde nací y me siento muy orgulloso de ello. Con todo lo narrado no pretendo resucitar aquellos malos recuerdos, Dios me libre de ello, pero al mismo tiempo me complace sobremanera dar una reconfortante y excelente e inmejorable noticia, para lavar la afrenta que cometieron aquella banda de asesinos. Que tras la postulación de la causa a partir de 1959, “la Maestrita” como la acostumbraron llamar sus asesinos; fue proclamada Beata de la Iglesia por el Santo Padre Juan Pablo II, en Roma el 10 de octubre de 1993.
Hoy en la Cripta de catacumba que existe en la Plaza de la Concha número 3, solamente una cruz con Cristo Crucificado y un mausoleo con un nombre en letras muy grandes para que nadie olvide quien era esa ‘Maestrita’ como le llamaron sus asesinos. “Quisiera tocar esa piedra, como si estrechara por primera vez la mano de Victoria. Aquí está su cuerpo. Luego este lugar es santo. Esta es mi sangre. Saber que está viva al tocar una piedra que dice su nombre. ¡Que grita su nombre! ¡Esta es mi sangre!…” Su nombre: VICTORIA
Hornachuelos (Córdoba), 12 de Agosto de 2019