JUAN CÁNOVAS MULERO, CRONISTA OFICIAL DE TOTANA (MURCIA) Y PROFESOR DE HISTORIA
El cronista oficial de Totana y profesor de Historia, Juan Cánovas Mulero, ya tiene su decimocuarto libro, titulado ‘Los Huertos de Totana, un seductor entorno donde anida el azahar’. Con esta nueva publicación, sumerge al lector en un entorno natural idílico y único, que cautiva a los turistas.
–Ha publicado usted ya catorce libros. ¿Esperaba alcanzar esa cifra?
–Con la amplia edad que tengo, me ha dado tiempo a realizar esas publicaciones y más cosas. No es ningún mérito especial, ya que Totana tiene múltiples facetas que dan bastante juego. Muchas de ellas las he rescatado del olvido, pero aún quedan otras por descubrir y profundizar.
–¿Por qué ha elegido en esta ocasión los huertos?
–Es un tema que siempre me ha apasionado. Pasear por los huertos; encontrar ciertos recodos y su vegetación; los aromas que hacen que sea algo fabuloso. Mucha gente que viene de fuera se suele quedar fascinada por su belleza.
–Si nos remontamos a lo largo de la historia, ¿qué destacaría?
–En el siglo XIX se registran una serie de escritos de esencia lírica que hablan de los valores que encierran estos entornos, en la subida a la sierra. Mi inquietud era dar forma a esos textos de periodistas y literatos, fascinados por la belleza y la grandeza de estos espacios rurales.
–¿Qué productos se cultivan en esos huertos?
–Naranjas, especialmente, aunque su venta y exportación dependen de los problemas que puedan aparecer por el viento, la sequía o las altas temperaturas. Y no hay que olvidar las mandarinas, que por entonces se vendían como bombones.
–¿Y sus edificaciones?
–Cuentan con grandes caserones o palacios. Así les llamaba la prensa de entonces. Estas edificaciones hacen que saboreemos más estos espacios.
–¿Siempre han estado ahí?
–En absoluto. Antes del siglo XIX era un paraje de monte bajo que se transformó a base de pico y pala.
–¿Algún huerto a destacar?
–El de Villa Mercedes, el de Muher, La Tapia, Las Palomas, La Charca, La Torreta, y así un total de 16 en donde me detengo para hablar con sus propietarios.
Fuente: https://www.laverdad.es/