POR MANUEL PELAEZ DEL ROSAL, CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO DE CÓRDOBA
Entre los efectos perniciosos de la llamada desamortización de Mendizábal resalta el de la dispersión de los fondos bibliográficos y archivísticos de los conventos y monasterios de las órdenes religiosas, cuyos miembros fueron exclaustrados y, por lo general, vilipendiados. Las Comisiones designadas al afecto para llevar a cabo las medidas legales correspondientes no pusieron mucho empeño en la redacción de los inventarios requeridos. De otra parte la voracidad de la clase burguesa que se aprestó a convertirse en propietaria de muchos de los inmuebles contribuyó por lo general al esparcimiento del legado documental.
Es muy difícil, por tanto, cuando no imposible, reconstruir el contenido de las bibliotecas y archivos conventuales. A cumplir con este objetivo, no obstante, se ha dirigido el trabajo de investigación de Manuel Peláez del Rosal, Cronista Oficial de Priego de Córdoba, que con el título enunciado acaba de ver la luz en el Boletín Informativo de la Asociación de Amigos de Priego de Córdoba. La referencia en un libro publicado en el año 1986 por Manuel Iglesias Tais y Antonio Flores Muñoz puso al autor del artículo -del que ahora se da noticia- en alerta para localizar algunos de los libros y documentos que formaron parte de la biblioteca y archivo franciscano del convento de San Francisco de la localidad cordobesa, hoy rehabilitado por iniciativa privada y convertido en hotel-hospedería.
Hoy esta huella se encuentra confinada en la Biblioteca Pública de Córdoba, en el Archivo General del Obispado de Córdoba y en manos particulares.
Como muestra destacan tres libros de cuya pertenencia no cabe ninguna duda, porque en sus páginas interiores se expresa que pertenecieron al cenobio en cuestión. Tales libros fueron consultados por los frailes de la comunidad para la preparación de sus homilías, sermones o exhortaciones, y también por los que durante muchos años desempeñaron la cátedra de Artes, Filosofía o Teología aprobada por los capítulos provinciales y cuyos nombres figuran en las tablas correspondientes. A este respecto es oportuno referir que en el siglo XVII el convento prieguense mantenía Trienios de Artes, que en la centuria posterior se institucionalizarán durante más de 25 años (hasta principios del siglo XIX) y en la que se formaron, entre otros, el diputado de las Cortes de Cádiz don Antonio Calvo-Rubio y Aguado de Arias.
Un tercer libro de memorias de misas perteneció al archivo del nominado convento. Lleva como título el de “Libro de cargo y data, 1792-1832”, en cuya página primera se indica “Se hizo este libro siendo guardián de este convento el M.R.P.Fr. Antonio de Castro, Pr. Año de 1792”. A este discreto elenco hay que añadir los libros de coro y canto, de los que algunos de ellos se encuentran en la parroquia de la Asunción de la ciudad de Priego.
En lo que se refiere a laa imprenta conventual la Comisión desamortizadora que dio fe del expolio anotó que también en el convento existía una prensa de mano para imprimir, dos cajas pequeñas de cartón con diferentes casillas y en ellas letras de todas clases y algunos números, más dos hierros para el uso de la impresión y algunos marcos destinados al mismo objeto. Del uso de la imprenta franciscana se ha localizado igualmente una patente de profesión de 1704, signada por el visitador fray Agustín Navarro y el hermano ministro don Francisco Uclés Contreras, y concedida al hermano de la Orden Tercera de Penitencia don Juan Antonio de Zea. Este curioso documento gráfico se encuentra en una colección particular de Montilla (Córdoba). La imprenta debió servir para la edición de algunas novenas y documentos oficiales, particularmente tomas de hábito de las monjas clarisas de las que quedan abundantes testimonios en los protocolos notariales prieguenses. Estamos seguros que de la imprenta conventual franciscana prieguense saldrían también novenas, estampas, avisos y comunicaciones además de las tablas de misas y memorias para general conocimiento.
Como conclusión se da cuenta con esta interesante publicación de la biblioteca, el archivo y la imprenta del convento de San Francisco de Priego de Córdoba, lamentando que tan importante legado fuera a parar a otras bibliotecas y archivos, por razón de los decomisos políticos efectuados. Estamos asimismo seguros de que muchos de sus papeles y documentos fueron objeto de la rapiña, y otros muchos sencillamente vendidos, quemados o destruidos.
De haberse conservado este acervo documental hoy podríamos tener un mejor conocimiento de la historia de esta importante fundación franciscana local, que fue no solo la más larga temporalmente hablando, sino también la más importante, como lo demuestra la pervivencia del artístico templo de San Francisco y las cofradías (Columna y Nazareno), hermandades (Buen Suceso) y V.O.T. que asimismo tienen en él su sede canónica, y cuyos novenarios, procesiones y otras manifestaciones piadosas son palpable muestra de la religiosidad popular.