LA BOCINA, EL SONIDO DE LA CUARESMA
Mar 23 2024

POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)

fieles de la Bocina

Disfrutamos cada viernes por la noche en este tiempo de Cuaresma, el lúgubre sonido de la bocina, que nos traslada a la infancia perdida, cuando aprovechábamos su parada en Las Cuatro Esquinas, para acercarnos a escuchar, con cierto miedo, su sonido, así como los personajes que la tocaban Miguel, conocido como “Tomizo” y “Charrán”, ambos con aspecto taciturno. Después el silencio se hizo, en las noches de los viernes, tal vez por no encontrar quienes llevasen el peso y la fuerza para soplar intensamente

En el libro “400 años de la Historia de la Cofradía del Nazareno”, escrito por Miguel Hueta y Manuel López, en el año 2010, se abordaba, el tema de la bocina, de un viejo legajo, hallado de la cofradía, del año 1690 .

“Es en las cuentas de 1703 a 1713 en las que figura que “se compró sebo para la bocina”. Posteriormente “el pago a P. García de 340 maravedíes por tocar la bocina dos años”. En 1721 figura la compra de una bocina por el precio de 22 reales, que pagaron a medias la Cofradía del Nazareno y la de la Sangre de Cristo. Aparecen varios pagos más “14 reales al que tocó la bocina”. Lo cierto es que la Cofradía desde la antigüedad tenía una bocina que se tocaba en las procesiones. Podemos deducir de la información de la que disponemos y los recuerdos de las bocinas existentes, que funcionaron hasta los años sesenta. La bocina era una trompeta de aproximadamente un metro y medio, metálica y recubierta en parte de cuero, que abría paso anunciando la proximidad de la procesión del Viernes Santo. La bocina desempeñaba otra función, que era sonar en determinadas noches de Cuaresma por las esquinas y plazas del pueblo, recordando que el día siguiente era de ayuno y abstinencia. Las bocinas que recordamos eran dos, tocadas por algunos humildes hombres, que recibían por ello un modesto estipendio. Desaparecidos estos se apagó el sonido lacrimógeno, que hacía medrosas las oscuras noches de Cuaresma. ¿Cómo desaparecieron estos instrumentos? ¿Dónde fueron a parar…? En otras localidades próximas, Castellar, Beas de Segura e Iznatoraf, recuerdan algunos vecinos los sonidos de las bocinas en la época de Cuaresma. Será necesario conocer a fondo el origen y significado de su utilización”.

En la Semana Santa del año 2015 se recuperó esta tradición por Jorge Martínez Romero, con la colaboración de Tomás Peña, cofrade Nazareno, lograron que esta vieja tradición, volviera a nacer. La construcción de esta bocina de tres metros de larga, fue realizada por Basilio Cuevas. Desde el Miércoles de Ceniza, suena los viernes de Cuaresma, por los distintos barrios de la localidad- tal vez en otra época se escuchase la bocina en las noches de los jueves, recordando el ayuno y abstinencia de los viernes… En la madrugada del Viernes Santo, va delante de la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno, anunciando la llegada del paso. Se llegó a celebrar el Primer Pregón de la Bocina que fue ofrecido por Tomás Peña. Es grato poder recuperar parte de nuestro pasado y bucear en su significado, personas que intervinieron y forjaron el ayer de la nostalgia.

Homenaje a los cofrades con la obra “La bocina”

El año 2019, le otorgó Diario “Jaén”, a esta iniciativa uno de los Premios de “Jaén única”.

José Luis Ruiz Lozano realizó una escultura como homenaje a esta tradición.” “La idea surge un año atrás. Cuando en una red social, una serie de personas propusieron realizar un monumento cofrade.

En primer lugar modelé la obra en terracota dándole el acabado final. A continuación saqué un molde por piezas en escayola. Posteriormente se montaron las piezas del molde y se vertió sobre el mismo el mortero (cemento, mármol granulado y colorante). Una vez pasadas 24 horas se rompió el molde, quedando la pieza definitiva, que fue cincelada y repasada manualmente. En la semana y media de proceso han tenido que colaborar varias personas para poder llegar a tiempo.

Para mí ha sido muy gratificante poder realizar este proyecto. Espero que los villanovenses y turistas puedan disfrutar de la obra y que sea de su agrado. Que la Fe y el Sentimiento cofrade perdure a lo largo del tiempo”.

En estos últimos años, ha sido José María Romero, el responsable de hacer sonar la bocina, acompañado de Tomás Peña conocedor de la historia Miguel, con la furgoneta para los traslados, más un niño de seis años, Carlos que los acompaña cada viernes de Cuaresma. Inicia el recorrido en la zona de la Iglesia, Santa Ana, Cofradías, Camino Viejo, Ronda Mirasol, Cuesta de las Fuentecillas, en total 14, como las estaciones del Vía Crucis; en alguno de estos lugares, las hermanas Antonia y Pepa. les ofrecen chocolate, y son fieles seguidoras de la tradición, por lo que le hicieron un homenaje; a partir de las nueve e la noche, José María hace sonar con gran precisión y habilidad el sonido de este instrumento.

Acaban de estar en la Feria de los Pueblos en Jaén en donde ha llamado la atención por su originalidad; en esta semana han recorrido la histórica población de Iznatoraf, con los ecos de la bocina. Tras el Viernes de Dolores, será el Viernes Santo, cuando suene, en la madrugada, antes de la salida de la imagen de Jesús Nazareno,. Viejas tradiciones, que debemos alimentar y cuidar para su eterna continuidad

Disfrutamos cada viernes por la noche en este tiempo de Cuaresma, el lúgubre sonido de la bocina, que nos traslada a la infancia perdida, cuando aprovechábamos su parada en Las Cuatro Esquinas, para acercarnos a escuchar, con cierto miedo, su sonido, así como los personajes que la tocaban Miguel, conocido como “Tomizo” y “Charrán”, ambos con aspecto taciturno. Después el silencio se hizo, en las noches de los viernes, tal vez por no encontrar quienes llevasen el peso y la fuerza para soplar intensamente

En el libro “400 años de la Historia de la Cofradía del Nazareno”, escrito por Miguel Hueta y Manuel López, en el año 2010, se abordaba, el tema de la bocina, de un viejo legajo, hallado de la cofradía, del año 1690 .

“Es en las cuentas de 1703 a 1713 en las que figura que “se compró sebo para la bocina”. Posteriormente “el pago a P. García de 340 maravedíes por tocar la bocina dos años”. En 1721 figura la compra de una bocina por el precio de 22 reales, que pagaron a medias la Cofradía del Nazareno y la de la Sangre de Cristo. Aparecen varios pagos más “14 reales al que tocó la bocina”. Lo cierto es que la Cofradía desde la antigüedad tenía una bocina que se tocaba en las procesiones. Podemos deducir de la información de la que disponemos y los recuerdos de las bocinas existentes, que funcionaron hasta los años sesenta. La bocina era una trompeta de aproximadamente un metro y medio, metálica y recubierta en parte de cuero, que abría paso anunciando la proximidad de la procesión del Viernes Santo. La bocina desempeñaba otra función, que era sonar en determinadas noches de Cuaresma por las esquinas y plazas del pueblo, recordando que el día siguiente era de ayuno y abstinencia. Las bocinas que recordamos eran dos, tocadas por algunos humildes hombres, que recibían por ello un modesto estipendio. Desaparecidos estos se apagó el sonido lacrimógeno, que hacía medrosas las oscuras noches de Cuaresma. ¿Cómo desaparecieron estos instrumentos? ¿Dónde fueron a parar…? En otras localidades próximas, Castellar, Beas de Segura e Iznatoraf, recuerdan algunos vecinos los sonidos de las bocinas en la época de Cuaresma. Será necesario conocer a fondo el origen y significado de su utilización”.

En la Semana Santa del año 2015 se recuperó esta tradición por Jorge Martínez Romero, con la colaboración de Tomás Peña, cofrade Nazareno, lograron que esta vieja tradición, volviera a nacer. La construcción de esta bocina de tres metros de larga, fue realizada por Basilio Cuevas. Desde el Miércoles de Ceniza, suena los viernes de Cuaresma, por los distintos barrios de la localidad- tal vez en otra época se escuchase la bocina en las noches de los jueves, recordando el ayuno y abstinencia de los viernes… En la madrugada del Viernes Santo, va delante de la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno, anunciando la llegada del paso. Se llegó a celebrar el Primer Pregón de la Bocina que fue ofrecido por Tomás Peña. Es grato poder recuperar parte de nuestro pasado y bucear en su significado, personas que intervinieron y forjaron el ayer de la nostalgia.

Homenaje a los cofrades con la obra “La bocina”

El año 2019, le otorgó Diario “Jaén”, a esta iniciativa uno de los Premios de “Jaén única”.

José Luis Ruiz Lozano realizó una escultura como homenaje a esta tradición.” “La idea surge un año atrás. Cuando en una red social, una serie de personas propusieron realizar un monumento cofrade.

En primer lugar modelé la obra en terracota dándole el acabado final. A continuación saqué un molde por piezas en escayola. Posteriormente se montaron las piezas del molde y se vertió sobre el mismo el mortero (cemento, mármol granulado y colorante). Una vez pasadas 24 horas se rompió el molde, quedando la pieza definitiva, que fue cincelada y repasada manualmente. En la semana y media de proceso han tenido que colaborar varias personas para poder llegar a tiempo.

Para mí ha sido muy gratificante poder realizar este proyecto. Espero que los villanovenses y turistas puedan disfrutar de la obra y que sea de su agrado. Que la Fe y el Sentimiento cofrade perdure a lo largo del tiempo”.

En estos últimos años, ha sido José María Romero, el responsable de hacer sonar la bocina, acompañado de Tomás Peña conocedor de la historia Miguel, con la furgoneta para los traslados, más un niño de seis años, Carlos que los acompaña cada viernes de Cuaresma. Inicia el recorrido en la zona de la Iglesia, Santa Ana, Cofradías, Camino Viejo, Ronda Mirasol, Cuesta de las Fuentecillas, en total 14, como las estaciones del Vía Crucis; en alguno de estos lugares, las hermanas Antonia y Pepa. les ofrecen chocolate, y son fieles seguidoras de la tradición, por lo que le hicieron un homenaje; a partir de las nueve e la noche, José María hace sonar con gran precisión y habilidad el sonido de este instrumento.

Acaban de estar en la Feria de los Pueblos en Jaén en donde ha llamado la atención por su originalidad; en esta semana han recorrido la histórica población de Iznatoraf, con los ecos de la bocina. Tras el Viernes de Dolores, será el Viernes Santo, cuando suene, en la madrugada, antes de la salida de la imagen de Jesús Nazareno,. Viejas tradiciones, que debemos alimentar y cuidar para su eterna continuidad

FUENTE: M.L.F.

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