POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Esta calle se llamó Coso. Paso obligado de cortejos, celebraciones y procesiones. Dicen que en la época santiaguista solían por ella correrse los toros en dirección a la plaza mayor y salir por la calle Carreras. En la sesión del 24/VI/1897, bajo la presidencia del alcalde liberal Francisco Alonso Llinas, se dio cuenta del fallo del Tribunal Supremo de Justicia, en relación del pleito con la ciudad de Mérida, a favor de Montijo, que había defendido don Antonio Maura, al que se le declaró hijo adoptivo, acordándose cambiar la calle que llevaba el nombre de Coso por calle Antonio Maura.
También, en esa misma sesión, la Corporación Municipal reconoció los méritos que en el proceso había llevado a cabo el hijo de esta villa, Alonso Rodríguez Bautista, diputado provincial desde 1871 hasta 1884, al que en años posteriores se acordó ponerle su nombre a la recién creada calle del Moro. A comienzos de julio de 1887 era nombrado alcalde de Montijo Bartolomé Rodríguez Bautista, hermano de Alonso, ambos del partido conservador. Sin embargo, la ciudad de Mérida recurrió la sentencia y el engorroso pleito que venía en su lucha de intereses por los bienes comunales desde mediados del s. XVI no quedaría resuelto hasta la II República, incrementando Montijo su término en 7.842 hectáreas que fueron segregadas del de Mérida.
Antonio Maura Montaner (1853-1925) fue abogado, diputado, ministro y presidente del Gobierno en varias ocasiones, sufrió varios atentados. Rafael González Castell (1885-1965) que fue secretario del Ayuntamiento de Montijo, licenciado en derecho, escritor y poeta, que pasó su juventud entre letrados, juristas, diputados y en la amistad con Antonio Maura, gracias a la relación que su padre, Marcial González de la Fuente, tuvo con él.