POR MARI CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETRER (ALICANTE)
Esta calle conocida hoy como Pedro Requena une la calle Prim con la de San Vicente y la atraviesan las calles Tetuán que las conecta con Gabriel Brotons y con Vicente Amat, y la calle Cartero Pascual Soler que la une con José Perseguer.
El pasado medieval de esta zona del centro histórico no se puede deducir de las escasas intervenciones arqueológicas que se han realizado en las últimas décadas al amparo de obras de reurbanización ni de reformas de los inmuebles. La única intervención destacada que ha proporcionado datos sobre el asentamiento musulmán, en los siglos X-XII, fue la excavación de uno de los cementerios de Bitrir que estaba situado en el extremo de la calle Pedro Requena confluencia con la calle Prim, donde posteriormente se alzaría el portal de San Roque, una de las puertas de acceso a la villa por el camino de Elda.
En esta necrópolis se recuperaron seis personas: tres mujeres, dos hombres y un bebé de unos tres meses correspondientes a vecinos de nuestro pasado andalusí.
Aunque popularmente se conoció con el nombre de calle del Horno de Abajo porque en ella se encontraba el mismo, el primitivo nombre y el oficial fue calle de Hoyos. La familia de los Hoyos dio nombre a esta vía urbana que hoy conocemos como Pedro Requena. Gracias al estudio de la Giradora de 1726 por parte de Manuel Villena Botella sabemos que ese año Pedro Hoyos Marín, noble y rico comerciante alicantino era propietario de dos casas en la misma calle que llevaba su nombre. Casó, en segundas nupcias, con la petrerense María Ana Esteve Maestre con quien tuvo seis hijos. En el siglo XVIII, tras la Guerra de Sucesión entre borbones y austracistas por la corona españolas aumentaron los propios del Ayuntamiento a partir de las confiscaciones de bienes inmuebles de los desertores de la causa borbónica. El interventor real de las cuentas locales era D. Pedro de Hoyos y éste tras la contienda adquirió media huerta a Tomás Payá. En la citada Giradora o libro de haciendas aparecen varios asientos con el linaje Hoyos: Herederos de D. Pedro de Hoyos, D. Joaquín de Hoyos, D. Francisco de Hoyos, D. Manuel de Hoyos y D. Vicente de Hoyos.
La familia Hoyos era profundamente religiosa y está íntimamente unida a una de las principales reliquias de San Bonifacio que hubo en Petrer. Gracias al protocolo notarial de 19 de octubre de 1736 que se conserva en el Archivo Municipal de Monóvar sabemos que la reliquia de la cabeza del santo fue donada a la villa de Petrer por María Ana Esteve Maestre, perteneciente a una familia de origen noble, que había contraído matrimonio el 11 de diciembre de 1700 con Pedro de Hoyos Marín, en la colegiata de Concatedral de San Nicolas de Alicante. El cráneo fue donado gracias a su empeño y al interés de su hijo D. Francisco Hoyos y Esteve, deán de San Nicolás de 1738 a 1742. En el año 1782 la reliquia pasó de conservarse en una urna de cristal a colocarse en el busto del santo que había en la ermita. Éste fue mandado hacer en Valencia por el cura Francisco Rato y llegó a Petrer el 14 de mayo de ese mismo año. Esta reliquia junto con la imagen, fue destruida en el año 1936.
En el acta conmemorativa del primer centenario de la entronización del Santísimo Cristo, que tuvo lugar en 1774, aparece D. Manuel Hoyos, natural de la ciudad de Alicante y nieto de D.ª María Ana Esteve, como organizador de estos festejos, junto con otros miembros de la comunidad, erigiendo también un altar a la puerta de su casa. En el libro Apuntes, del presbítero D. Conrado Poveda, consta una noticia fechada en 1807 en la que éste “deja una casa llamada de Hoyos, frente a la colegiata de San Nicolás en Alicante, para que se digan doblas o misas cantadas en la ermita de San Bonifacio”.
Debido a la influencia de esta acomodada e importante familia de origen alicantino que portaba el apellido Hoyos y tenía casas en esta calle, ya a finales del siglo XVII se conocía como calle de Hoyos y así consta también en los padrones de habitantes de 1875, 1889 y hasta 1916 en que se cambió de nombre.
Por esta calle pasaba a finales del siglo XVIII el vía crucis y en ella estaba situado el horno de abajo, propiedad del conde de Cervellón, que lindaba con la calle de las Eras. En un expediente de 1824 podemos leer: “Se da una casa habitación… sita en la población… en la calle de las Eras, con horno de bajo, con un cubo lindante por levante con otra calle por medio día con horno de pan cocer del señorío de dicha villa y con casa de José Sarrió, por poniente con las Heras y por tramontana con casa de Don Manuel Hoyos”. La calle de las Eras colindaba con la actual Pedro Requena y posiblemente era aquí a las afueras del pueblo donde se concentraban las eras en las que se trillaban los cereales y posteriormente se aventaban para obtener el grano aprovechando a su vez la proximidad de este establecimiento.
En otro expediente del año 1871 referente a la cancelación de una hipoteca ante el registro de la propiedad de Monóvar que pesaba sobre todos los bienes de los duques de Fernán-Núñez en Elda, Petrer y Salinas aparece en la calle denominada de Hoyos, el horno de abajo marcado con el n.º 10, lindante por todas partes con la casa de D. Gabriel y D.ª Dolores Pérez López. Por otra parte, en una escritura de 1899 en la que constan las propiedades de Dª. Mª del Pilar Loreto Osorio Gutiérrez de los Ríos y de la Cueva, duquesa de Fernán-Núñez y del Arco, figura un el mismo horno de pan cocer, lindante por derecha y testero (espaldas) con D.ª Dolores Pérez López e izquierda con los herederos de D. Gabriel Pérez López.
Este horno, junto al horno llamado de arriba, situado en la calle del Horno Mayor, fueron vendidos a Victoria Pérez Aracil por el precio total de 2.000 ptas., pagándose por el de arriba 1.250 ptas. y 750 ptas. por el de abajo. Los dos hornos, el de arriba y el de abajo, los había adquirido la duquesa de Fernán-Núñez por herencia de su padre el Excmo. Sr. D. Felipe María Osorio, conde de Cervellón. Para saber más sobre estos establecimientos donde se coció el pan a lo largo de la historia os recomiendo el interesante trabajo de Concha Navarro titulado “Hornos de pan cocer” publicado en la revista Festa 94 Lo podéis consultar en: bibliopetrer.petrer.es
Pero nos queda por conocer mucho más sobre esta calle. Por tanto continuará…