POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Días atrás comentaba nuestro amigo Cayetano Pérez-Cubillas que el que fuera Obispo de Oviedo y último Conde de Noreña (el primero fue el obispo don Gutierre de Toledo entre 1377 y 1389), Monseñor Lauzurica y Torralba (1949-1964), solía pernoctar, en sus visitas a Colunga, en el palacio de San Juan de Duz, donde tenía reservada habitación y cama señorial de palo santo y dosel. La llamaban – y llaman – «cama del Obispo».
Bueno, bueno… Pues otros obispos ovetenses utilizaron anteriormente ese lujoso y episcopal lecho.
Les cuento:
Todos ustedes conocen la rivalidad (sana, pero rivalidad) que se da entre la villa de Colunga y la villa y puerto de Lastres.
Pues sucedió que en 1758 el entonces obispo de Oviedo don Juan Francisco Manrique de Lara y Bravo de Guzmán, un castellano-manchego de Guadalajara, hijo de familia noble, vino a nuestro concejo en visita pastoral y, de paso, a administrar la Confirmación. Los vecinos de Colunga le ofrecieron confirmar en la parroquial de su villa:
Don Juan Manrique de Lara
primo del conde de Luna,
aunque rabien los de Lastres
ha confirmar en Colunga.
Pero la cosa no fue así.
El Señor Obispo decidió realizar la ceremonia en Lastres y, claro, la indignación colunguesa no fue pequeña:
Ilustrísimo señor,
¿cómo le fue por el puerto?
Que estábamos esperando
cuando tocaban a muerto…
Años más tarde, en 1807, el lucense don Gregorio Hermida y Camba, que rigió nuestra diócesis entre 1806 y 1814 (en plena guerra de la Independencia contra el francés), vino en visita pastoral a Colunga. Sabedor de la rivalidad Lastres-Colunga, decidió hospedarse en algún lugar equidistante de ambos y, así, no herir susceptibilidades.
Ese lugar fue SAN JUAN DE DUZ y la «mesa, mantel y cama» le fue ofrecida en el Palacio de los Poladura:
El Señor Obispo dice
que no le gusta Colunga;
y que le gusta el Palacio
de don Santos Poladura.
La familia Poladura, en su día propietaria del palacio de San Juan, era considerada noble con hidalguía probada en los años 1553 y 1602 (Real Chancillería de Valladolid) y escudo de armas certificado por el Cronista, Decano Rey De Armas, don Vicente de Cadenas (1915-2005).
Por cierto, el Obispo Hermida fue autor de una «NOTICIA PASTORAL» con normas de conducta para el clero y fieles muy interesantes para conocer el costumbrismo de la época. Siguen, en cierto modo las directrices de los obispos anteriores, don Tomás Reluz (1697-1706) y don Agustín González Pisador (1760-1791).