POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES) Y OSCAR DE SAN MACARIO.
Edificio conocido también como de “Las Cigüeñas”, está situado en la zona más elevada de la ciudad intramuros, en la plaza de San Pablo, ocupando parte del solar en el que estuvo el alcázar árabe.
Este palacio fue mandado construir por el capitán Diego de Cáceres Ovando, hijo de Hernán Blázquez Mogollón y de Teresa Alonso de Ovando. La prosperidad que adquirió esta familia en el siglo XV se pone de manifiesto por las numerosas empresas constructivas que realizarán miembros de su familia en el siglo XV en Cáceres y en su tierra, tal es el caso de los castillos de las Arguijuelas.
Don Diego de Cáceres se formó en la carrera de las armas en la casa del infante don Juan, rey de Navarra y después de Aragón. Estuvo al servicio del infante don Alfonso y al morir éste pasó al servicio de Enrique IV, logrando congratularse con el rey a cambio de algunos servicios militares. Cuando murió el rey tomó partido por forma de Isabel, opción que le favorecerá por el propio desarrollo de historia, por lo que logrará de los Reyes Católicos varios privilegios. Las buenas relaciones que mantuvo con los diversos monarcas han quedado reflejadas en documentos que nos vienen bien para el estudio cronológico de este palacio. El documento más antiguo data del año 1466 cuando el infante don Alfonso confirma la cesión que hace el maestre de Alcántara, don Gómez de Solís, a Diego de Cáceres del palacio de los Reyes para que pueda fundar su casa en las ruinas del viejo Alcázar[1]. Posteriormente, el rey Enrique IV le concede proseguir las obras que finalizarían en el año 1473 y, en la misma cédula en la que los Reyes Católicos ordenan que sean desmochadas las torres cacereñas se premian los servicios del capitán Diego de Ovando al permitirle que realicen su casa como estime, por lo que el capitán no dudará en levantar una airosa torre en unos ángulos del edificio.
Su famosa torre, la única que no se desmochó por orden de la reina Isabel la Católica y que por tanto conserva sus almenas, pues todos los palacios, que como he dicho antes eran auténticas fortalezas, las tenían para su defensa[2]. Sólo se perdonó una torre, la del capitán Diego de Cáceres Ovando, por su amistad y vasallaje a los Reyes. Los Ovando se asentaron en Cáceres en el siglo XIV, procedentes de Galicia, figurando entre las familias nobles[3]. El noble más importante fue el capitán Diego de Cáceres Ovando, al cual pasó el apellido y finalmente, a sus hijos, quienes antepusieron el segundo apellido. Por tanto este patronímico lo tomaron los hijos del capitán Diego de Cáceres de su abuela paterna, doña Leonor Alfón de Ovando, continuando con él todos sus descendientes[4].
Diego de Cáceres Ovando nació en Cáceres hacia 1425. Fue el segundo hijo de Fernán Blázquez y Leonor Alfón de Ovando. Prestó servicio con el maestre de Alcántara don Gutierre de Sotomayor, al cual se enfrentó y tuvo que huir de Cáceres. En Aragón entró al servicio del infante don Juan, rey de Navarra y Aragón, en aquellas tierras le conocían como “el de Cáceres”, por eso lo incorpora su apellido. Cuando murió don Gutierre de Sotomayor en el año 1454, regreso a Cáceres. El Infante don Alfonso le concedió el título de capitán. El rey Enrique IV le encomendó en el año 1473 la lucha contra el clavero don Alonso de Monroy. Una vez fallecido el monarca, don Diego de Cáceres Ovando fue uno de los principales representantes de los monarcas católicos en Cáceres, concediéndole autoridad sobre la Orden de Alcántara, incluso su esposa doña Isabel Flores, fue dama de la reina Isabel “La Católica”. Don Diego de Cáceres murió en el año 1487 siendo Alcaide de la fortaleza de Monleón; sus restos descansaron en el convento de San Francisco, y, finalmente, en la iglesia de San Mateo de Cáceres, junto al altar mayor, al lado de la epístola.
Los Ovando –en concreto, Diego de Cáceres Ovando- fueron considerados los más fieles servidores de la reina Isabel “La Católica” durante la guerra de Sucesión de Enrique IV. También, la reina contó con Juan de Sande en Plasencia y Luis de Chaves en Trujillo, con los tres caballeros tenía asegurada toda Extremadura[5].
Al ganar la guerra de sucesión la Reina Isabel premió con prebendas a aquellos nobles que la apoyaron. Según un manuscrito original, custodiado en el Archivo General de Simancas, aparecen reflejados los privilegios que recibió la familia. Como es bien sabido, se le otorgó el privilegio de construir la torre que luego se llamará de «las Cigüeñas» –por la cantidad de aves que anidaban, pese a una disposición que databa de 1477 que instaba a «desmochar» todas las torres señoriales de Cáceres[6]. Sin embargo no sólo obtuvo compensaciones políticas y honoríficas sino también económicas, como pasamos a comentar en las líneas que vienen a continuación. Exactamente, la Reina concedió por Real Provisión, otorgada en Medina del Campo el catorce de marzo de 1482, 250.000 maravedís a perpetuidad «para él y sus sucesores» sobre las rentas reales de la ciudad de Salamanca[7]. Sin embargo el capitán Diego de Cáceres debió pedir a la Soberana que, para facilitar su cobro, se situasen sobre la entonces villa de Cáceres. Efectivamente por Real Provisión del 26 de enero de 1487 se otorgó la misma cantidad pero, en esta ocasión situada «en las rentas de las nuestras alcabalas, tercias y otras rentas y pechos y derechos a nos pertenecientes de la dicha villa de Cáceres»[8]. Asimismo se establecía que la cuantía la percibiría en tres partes, correspondientes a los tres tercios de cada año. Este privilegio fue confirmado sucesivamente el 5 de junio de 1508 y el 23 de febrero de 1563.
La torre citada se encuentra en el denominado Palacio de las Cigüeñas, que en la actualidad pertenece al Ejército de Tierra, en la plaza de San Pablo. La fachada del palacio de Cáceres Ovando es de estilo gótico, realizada en mampostería, con algunos paramentos de sillería de granito, está compuesta por un sencillo arco de medio punto con dovelas sobre el que hay una ventana de arco conopial todo ello enmarcado por alfiz, conforme a la tradicional disposición de finales del siglo XV y dos escudos que flanquean la ventana pertenecientes a los Ovando-Mogollón[9]. A los lados, en el primer piso, encontramos dos ajimeces de arcos túmidos y mainel en mármol gris. Del interior destaca su patio señorial, de dos pisos, con columnas de sección ovalada y arcos rebajados construidos en granito en planta baja, mientras que en la superior estos arcos son geminados y con una interesante disposición de clave colgante. Desde el patio parte una escalera, que da acceso a la torre y que se abre en abanico alrededor de una pilastra gótica. El espacio de la escalera se cubre con bóveda de ladrillo. Se conservan algunos restos de pintura mural con temas vegetales y figurativos muy estilizados en la galería alta y en algunos lienzos del primer piso de la torre.
Concretamente, las pinturas al fresco mencionadas que forman un zócalo decorativo en la segunda planta de la torre las componen una banda ancha limitada por un encintado rojo y blanco, en la que se desarrolla sobre un fondo negro simétricos roleos con cardina gótica en el que se insertan personajes de medio cuerpo, rematada por una crestería de color amarillo con piñas de florones rematando el friso[10]. En esta planta donde se ubican las habitaciones que conforman el espacio destinado a vivienda del Gobernador Militar, destacando mobiliario de “ estilo castellano” característico de la época franquista. En sus paredes cuelgan acuarelas con representaciones de tipos populares cacereños, año 1959 y en el salón principal tres tapices, lienzos pintados con escenas rodeadas de orlas, dos de ellos son reproducciones de cuadros de Esteban Murillo. Destacando, en las dependencias militares, tres cuadros al óleo sobre lienzo con los retratos de hombres preclaros protagonistas de la Conquista americana Diego de Almagro (foto 17), Francisco Pizarro (foto 18) y Álvaro Núñez Cabeza de Vaca (foto 19), del pintor e ilustrador valenciano y Académico de San Carlos Luis Felipe Usabal y Hernándes (1876-1937). El artista afirma sus obras indistintamente en los ángulos inferior izquierdo y derecho de los cuadros: “USABAL” y, en la parte inferior aparece una inscripción que identifica al personaje. Los conquistadores del pintor español Usabal estuvieron expuestos en el Museo Brooklyn de Nueva York en el mes de junio de 1932, consiguieron dar una nota vibrante de españolismo en Nueva York; al triunfar indiscutiblemente[11]. El pintor español presentó una colección de cuadros sencillamente maravillosa. Son los conquistadores de Usabal: Diego de Almagro, Pedro de Alvarado, Vasco Núñez de Balboa. Núñez Cabeza de Vaca, Pedro Álvarez Cabral, Juan Sebastián Elcano, Cristóbal Colón, Vázquez de Coronado, Hernán Cortés, Juan de la Cosa, Fernando de Magallanes, Menéndez de Avilés, Alonso de Ojeda, Francisco de Orellana, Martín Alonso Pinzón, Vicente Yáñez Pinzón, Francisco Pizarro, Ponce de León, Junípero Serra, Pedro de Valdivia y Don Quijote, Miguel de Cervantes y un autorretrato.
Pero lo que realmente destaca del conjunto es su alta torre con almenas en voladizo sobre canecillos. En sus lados se alinean dos crujías que constituyen las fachadas principales; en la meridional se abre la fachada principal, con las características ventanas geminadas con arcos túmidos. El edificio ha sido restaurado en varias ocasiones en los siglos XIX y XX[12]. En el Catálogo Monumental de Mélida se recoge gráficamente la transformación que sufrió el remate de la torre en el año 1918[13], en la fotografía de la torre se observa que los tres merlones originales habían sido sustituidos por uno escalonado de gran tamaño, ocupando el frente del prisma que da a la actual fachada principal. Este remate fue sustituido al recuperar de nuevo las almenas en el proyecto realizado por el arquitecto Francisco calvo en el año 1923[14].
Concretamente, en la década de 1940 para acoger la sede del Gobierno Militar y, la última, efectuada en 1968 bajo la dirección de González Valcárcel[15]. Entre los años 1960 y 1975[16], fechas importantes para el urbanismo cacereño, la ciudad monumental conoce una actuación que habría que marcar su futuro, el Plan de Puesta en Valor que se lleva a cabo durante la alcaldía de don Alfonso Díaz de Bustamante y por el citado arquitecto don José Manuel González Valcárcel, que fue Arquitecto Conservador de la ciudad monumental de Cáceres. La actuación del arquitecto comprendió un conjunto de actuaciones que afectaron al núcleo arquitectónico cacereño intramuros. Esta selección indica el carácter monumentalista con el que se abordó el macro-proyecto de actuación de González Valcárcel en edificios singulares. La intervención de González Valcárcel, como el mismo arquitecto manifestó, consistió básicamente en devolver al barrio monumental y sus edificios su otra entidad y primitiva traza; para ello, las operaciones fundamentalmente se dirigieron a las fachadas y algunos patios, suprimiendo los revocos con imitación de piedra, la apertura de vanos primitivos y la supresión de los añadidos modernos[17]. También fueron eliminadas las líneas eléctricas y telefónicas que discurrían por las fachadas de los edificios, las cuales fueron convenientemente enterradas. Lo mismo cabe decirse de la supresión de canalones y bajantes, rematando la operación con una iluminación que buscó efectos de contraste con el mismo afán escenográfico que las actuaciones arquitectónicas[18].
En la actualidad, la Casa de las Cigüeñas pertenece al Ejército de Tierra, por lo que se exponen en sus salas una excelente colección de armas y objetos militares.
De los hijos del matrimonio de don Diego de Cáceres Ovando con doña Isabel Flores hemos de destacar, por su importante participación en el Nuevo Mundo, a frey Nicolás de Ovando. Nació en Cáceres en 1460[19], era el hijo menor del matrimonio. Su madre era de la familia de los Flores, de la población de Brozas, conservándose aún el edificio que fue palacio de esta familia, la madre de Nicolás de Ovando vino a dar a luz en casa de sus padres, don Rodrigo Flores y María Esteban de Paredes, ya que se había casado en este pueblo en 1444 con el citado capitán Diego de Cáceres. Frey Nicolás de Ovando fue el segundo de los hijos varones del Capitán Diego de Cáceres[20], tras su hermano Diego, y tras él, a Fernando, a Rodrigo y a María. En este orden figuran por ejemplo en el testamento y fundación de mayorazgo del capitán Diego de Cáceres, fechado en Monleón el 2 de febrero de 1487[21].
Frey Nicolás de Ovando fue el primer gobernador de la isla la Española (hoy República Dominicana y Haití), de todas las costas y Tierra Firme de las Indias Occidentales, sustituyendo a Cristóbal Colón en su gobierno[22].
El palacio de Cáceres Ovando, perteneciente en la actualidad al Ejército de Tierra, ha sufrido varias restauraciones en el siglo XX; pero aún conserva en bastante buen estado su carácter original. Es un conjunto regular, de planta rectangular, como los de mampostería en la que se intercalan los ángulos, la fachada y los vanos, de sillería regular. La fachada principal tiene una amplia puerta en el espacio central, formada por un arco de medio punto dibujado con dovelas de cantería planas y, sobre ella, se perfila un quebrado alfiz que remata en el alero de la fachada y que marca una ventana que se abren arco conopial y sendos escudos partidos con las armas de los Ovando (cruz de Calatrava con veneras) y la de los Mogollón (dos osos). A los lados abren dos ventanas, una a cada lado del alfiz, que repiten esquemas frecuentes en las realizaciones medievales de la ciudad, son ventanas geminadas y están formadas por arcos túmidos. En el ángulo queda la callejuela que separa este edificio con la parroquia de San Mateo se levanta una torre prismática coronada por almenas. La torre es maciza elevándose en un laberinto de alturas, compitiendo con la torre de la iglesia vecina de San Mateo, destacando por su altura y por el nombre que la distingue de las Cigüeñas. Arriba la corona, recuadrándola, una cornisa muy sobresaliente apoyada en estribos de piedra labrada, cinco en sus planos, y uno más recio en cada esquinero. Sobre esta cornisa se montan las almenas que adoptan dos modalidades de conformación. En el frente que da a la plaza de San Pablo, se alza una almena ancha y cuadrada, y en los esquineros se perfilan en semejante modelo. En cambio, en los demás lados de la cornisa, las almenas son menos voluminosas, varían en cada plano y remontadas por prismas cuadrangulares.
En el interior del palacio, el vestíbulo se abre cubierto por dos grandes bóvedas hermanadas por un arco que se apoya en los muros enfrentados de la estancia. En este vestíbulo destaca un poyo de piedra granítica, al que se accede por dos breves escalones, que sirvió en otro tiempo para facilitar que los caballeros armados montasen en sus cabalgadura, para lo cual habían de ser superados con un apropiado juego de cinturones, y elevados por medio de garrucha que pende de una fuerte escuadra de madera embutida en el muro. La utilidad de estos elementos se denominaba alza de caballeros, dado que la rigidez de las armaduras de que iban recubiertos, les impedían hacerlo por sí. Ya montados con estas ayudas, tomaban la rodela, la espada y la lanza.
Desde aquí accedemos al espacioso patio porticado, con planta rectangular y galerías de arcos en los cuatro lados formando dos pisos. Los arcos son escarzanos y apoyan en columnas góticas, muy rebajados en el primer piso, siendo dobles en la planta superior que se cierra con una cristalera emplomada apoyada sobre pretil. En un rincón del patio se puede admirar una escultura zoomorfa de piedra que fue traída a este lugar desde el CIR número 3 “Santa Ana”, habiendo sido localizada en el año 1973 en un conjunto de lomas que se conocen con el nombre de la “Aldihuela” o “Aldehuela”, situada a 5 km al sur de la ciudad de Cáceres[23]. Se trata de una escultura realizada en piedra de factura ibérica y de cronología posible en la bisagra del siglo I a. C. y siglo I d. C. que se viene a sumar a las ya existentes con representaciones de un león localizadas desde Ubeda la Vieja (Jaén) hasta Jerez de la Frontera (Cádiz) jalonan todo el Valle del Guadalquivir. Además de estos dos aparecen ejemplares aislados en Magacela y Mérida. Conocida es la abundancia de zoomorfos en la provincia de Cáceres, que junto a las de Toledo, Ávila, Salamanca, Segovia y Zamora, constituyen el núcleo de hallazgos de esta especie, aunque predominan las representaciones de toros, cerdos y jabalíes[24]. Pero en este caso que nos ocupa la representación es la de un león, y está exenta, con cabeza ladeada, gran desarrollo de la melena además de orejas redondeadas y poderosas garras, una de las piezas más significativas en el panorama de la escultura zoomorfa cacereña[25].
Del patio arranca una escalera que se abre alrededor de una pilastra en la que aparece un león tenante con el escudo de los Ovando-Mogollón. En un lateral de este gran patio losado de maciza piedra granítica, destaca un brocal de un pozo y un depósito de agua que se extiende por todo el patio correspondiente a la misma época de construcción del palacio. Desde el patio, se inicia una amplia escalera, con peldaños de piedra de una sola pieza, que ascienden en forma de abanico alrededor de una columna rematada por la figura de un león que aprisiona entre sus garras el doble escudo que cartela los atributos nobiliarios de los fundadores. Las estancias superiores están destinadas a vivienda.
Por el interior de la altiva torre, en tramos acomodados a la rigidez de su cuadrado, asciende una escalera de piedra hasta la bandeja que explana la cornisa. Para darle luz,
[1] En carta de don Alfonso fechada en marzo de 1466 se puede leer: “Don Gutierre de Solís hizo grazia e donación para e perfecta e non revocable a Diego de Cáceres del palacio que se dize de los reyes, que está situado en los solares del Alcázar viejo”. Otra parte del solar la compró el judío Salamén Barchilón. Vid. BUENO FLORES, A: Cáceres, historia escrita en piedra. Badajoz, 2006, p. 83.
[2]“Ytem, manda Su Alteza, que todas las arqueras questan fechas en qualquier torres desta dicha villa e sus arrauales, desde el dia que sobre ello fueren requeridos por mi corregidor, que fuere desta villa, fasta ocho días primeros siguientes, las derriban e ayan derribado los dueños dellas, e ayan çerrado las troneras e çaeteras que touieren enellas e cubran e tejen las dichas torres, junto con la pared sin que queden almenas, ni andamios algunos, so pena que si asy non lo feçieren, desde en adelante, pasado el dicho tiempo, les puedan ser e sean derribadas por el pie, las torres en questo no se conpliere, lo qual desde luego juren de facer e cumplir”. “Ytem que todas las torres questan començadas a faser en esta villa e sus arrauales, sy sus dueños quesyeren alçarias que lo puedan facer, solamente fasta los tejados de la casa de morada, e non mas; e que allí les pongan tejados junto con la pared, porque las paredes que de aquí adelante ouieren en ellas de facer, non las puedan facer mas gruesas de lo questonieren las otras paredes de la casa de morada, dondeestá començada la torre que se ouiere de alçar”. Sección A. Privilegios y Cartas Reales A. I. 4. Archivo Municipal de Cáceres.
[3]MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel: «El capitán Diego de Cáceres Ovando, paladín extremeño de los Reyes Católicos», Revista de Estudios Extremeños, T. XXV. Badajoz, 1951, p. 588. Según el Conde de Canilleros ya por aquel entonces estaban vinculados a la Orden de Alcántara, aunque aún no ostentaban cargos de relevancia.
[4]LAMB, Úrsula: Frey Nicolás de Ovando, gobernador de las Indias (1501-1509). Santo Domingo, Sociedad de Bibliófilos Dominicanos, 1977, p. 8. MAYORALGO Y LODO, José Miguel: «El castillo de la Arguijuela de Abajo», Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, Nº 6. Cáceres, 1995, p. 76.
[5]Citado en RUBIO, fray Vicente O.P.: “El pleito Ovando-Tapia refleja el ambiente de Santo Domingo al iniciarse el siglo XVI», Diario El Caribe, 8-IX-1990. Santo Domingo, p. 10.
[6]Citado en MAYORALGO Y LODO: El castillo de la Arguijuela de Abajo…, op. cit., p. 76.
[7]Privilegios otorgados a Diego de Cáceres Ovando el 26 de enero de 1487. AGS, Escribanía-Rentas-Mercedes 233, N. 42.
[8]Ibidem.
[9] Vid. El interesante trabajo publicado recientemente. MOGOLLON CANO-CORTÉS, P, TERRON REYNOLDS, M. T, FERNÁNDEZ RINCÓN, J. C: El Palacio de las Cigüeñas de Cáceres. Patrimonio, Arte e Historia. Badajoz, 2013.
[10] Vid. MOGOLLON CANO-CORTÉS, P, TERRON REYNOLDS, M. T, FERNÁNDEZ RINCÓN, J. C: El Palacio de las Cigüeñas de Cáceres. Patrimonio, Arte e Historia. Badajoz, 2013.
[11] FERNÁNDEZ ARIAS, A: “Los conquistadores del pintor español Usabal da una nota vibrante de españolismo en Nueva York, al triunfar indiscutiblemente”. Diario ABC, edición de Madrid, 19 junio de junio del año 1932, pp. 6-8.
[12] TEIXIDÓ DOMÍNGUEZ, Mª. J: “El palacio de los Cáceres-Ovando: Un ejemplo pionero de restauración en estilo en el Conjunto Monumental de Cáceres”. Revista Norba-Arte, vol. XXVIII-XXIX, 2008-2009, pp. 249-265. PIZARRO GÓMEZ, F. J.: Paisajes Urbanos de Extremadura: Cáceres. Cáceres, Cicón ediciones, 2002.
[13] MELIDA, J.R.: Catálogo Monumental de España, Provincia de Cáceres ( 1914-1916), Lámina LXXXVIII, Madrid, 1924, p. 133.
[14] El dibujo se reproduce en TEIXIDÓ DOMINGUEZ, op. cit., p. 256. Cit. MOGOLLON CANO-CORTÉS, P, TERRON REYNOLDS, M. T, FERNÁNDEZ RINCÓN, op. cit., p. 35.
[15] MOGOLLÓN CANO-CORTÉS, P. : La restauración monumental durante la posguerra en Extremadura y la Dirección General de Bellas Artes (1940-1957). Cáceres, Universidad de Extremadura, 2011, p. 33.
[16] Ministerio de Defensa. Archivo Intermedio Militar Centro de Valencia. Archivo Cabracén, Fondo Comandancia de Obras de Malre Centro. E.-6161-99. Carpeta AE.-4, “Presupuesto justificativo de derribo edificio ubicado en el patio Gobierno Militar en Cáceres”, 1969. Ministerio de Defensa. Archivo Intermedio Militar Centro de Valencia. Archivo Cabracén, Fondo Comandancia de Obras de Malre Centro. E.-6188-188. Carpeta AI.-4, “Presupuesto de obras de adaptación de un edificio para oficinas del Gobierno Militar en Cáceres”, 1973. Ministerio de Defensa. Archivo Intermedio Militar Centro de Valencia. Archivo Cabracén, Fondo Comandancia de Obras de Malre Centro. E.-6245-104. Carpeta AK.-5, “Presupuesto De obras de reparación de tejados y cielos rasos en el Gobierno Militar en Cáceres”, 1975.
[17] LOZANO BARTOLOZZI, M. M: “La descontextualización, planteamiento problemático en la recuperación monumental. Aplicación al caso de Cáceres”. Oeste, Colegio de Arquitectos, nº 5, Cáceres, 1989.
[18] Vid. PIZARRO GÓMEZ, F. J: Cáceres. Paisajes urbanos de Extremadura. Cicón ediciones, Cáceres, 2002, p. 137.
[19] Mientras que Eugenio Escobar defendía la fecha de 1448, el Conde de Canilleros y, siguiendo a este último, Úrsula Lamb, sostuvieron la de 1451. Estamos más de acuerdo con don José Miguel de Mayoralgo y Lodo que sitúa el matrimonio del capitán Diego de Cáceres e Isabel Flores más tardíamente, retrasando su nacimiento a 1460. ESCOBAR PRIETO, Eugenio: «Don Nicolás de Ovando», Revista de Extremadura, Nº 3. Cáceres, 1901, p. 262; MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel: Francisco de Lizaur, hidalgo indiano de principios del siglo XVI. Madrid, Real Academia de la Historia, 1948, p. 33. LAMB, op. cit.., p. 12. Consideramos que no nació en Brozas, sino en Cáceres. El propio Gonzalo Fernández de Oviedo, que conoció personalmente al Comendador Mayor cuando era preceptor del Príncipe don Juan, afirmó que «fue natural de la ciudad de Cáceres en Extremadura y de allí era solariego caballero hijosdalgo…». LAMB, Úrsula: «Una biografía contemporánea y una carta de frey Nicolás de Ovando, gobernador de las Indias», Revista de Estudios Extremeños, T. XXV, Nº 2. Badajoz, 1951, p. 698.
[20] MAYORALGO Y LODO, J. M DE: La Casa de Ovando (estudio histórico-genealógico). Real Academia de Extremadura. Cáceres, 1991. Es el estudio más interesante y más documentado sobre Nicolás de Ovando. Otros estudios anteriores nos han presentado datos erróneos RUIZ MARTÍNEZ, Cándido: «Gobierno de frey Nicolás de Ovando en la Española». Conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid el 8 de mayo de 1892. Madrid, 1892, p. 7. ESCOBAR PRIETO, op. cit., p. 262.
[21] En este manuscrito se legaba el mayorazgo al primogénito Diego mientras que en relación a los cuatro hermanos restantes se decía lo siguiente: “Dejo por mis legítimos herederos al Comendador de Lares, y a Fernando de Ovando y a Rodrigo de Ovando y a doña María de Ovando, mis hijos, para que hayan y hereden todos mis bienes, así dineros como raíces…»MUÑOZ DE SAN PEDRO, op. cit., p. 634.
[22] Los Reyes Católicos expidieron su nombramiento como gobernador de las Indias, estando en la ciudad de Granada el 3 de septiembre de 1501. CÁRDENAS BENÍTEZ, Pilar: «Las instrucciones de gobierno de frey Nicolás de Ovando», XXII Coloquios de Historia de Extremadura, Trujillo, 1993, pp. 83-91; Real Cédula a Diego Colón, Burgos, 23 de febrero de 1512. AGI, Indiferente General 418, L. 3, ff. 249v-252.
[23] GARCIA-HOZ ROSALES, M. C y MARTINEZ PEÑARROYA, J: “Nueva escultura zoomorfa en Cáceres”. Revista de Arqueología, número 109, mayo 1990. EXPÓSITO, J. L.: “El león de Santa Ana. El Palacio de las Cigüeñas de Cáceres exhibe una escultura zoomorfa de la Edad del Hierro”. Revista Española de Defensa, numero 281, febrero de 2012, p. 66.
[24] ARIAS, P, LOPEZ, M y SÁNCHEZ, J: La cultura de los Verracos. Revista de Arqueología, 28. Madrid, 1983, pp, 18-27.
[25] GONZÁLEZ CORDERO, A; ALVARADO GONZALO, M. de y BARROSO GUTIÉRREZ, F: “Esculturas zoomorfas de la provincia de Cáceres”. Anas I. Mérida, 1988, pp. 19-33.
FUENTE: EL CRONISTA