POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA Y LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS (LA CORUÑA).
Las donaciones y limosnas de los devotos a Nuestra Señora del Camino, encaminadas en un principio para la promoción de la fábrica del santuario, se invertirán tras su consagración en la ampliación, aderezo y mantenimiento del conjunto monumental.
La actividad del clero brigantino, abundoso en la primera década del siglo XVII, se centra en mentalizar a la
población de Betanzos y de su jurisdicción Real para beneficiar al santuario, extendiendo esta influencia hacia otras
geografías, de donde partirían multitud de romeros con el fin de obtener las indulgencias concedidas por la Santa Sede mediante Bulas redentoras de significada importancia.