POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Fiesta de Ánimas
Nos facilitaron el primer libro de la Constitución de la Hermandad de Ánimas, que corresponde al año 1711. En sus estatutos en el punto número 15 se dice: “ Que en el día de los Inocentes el Hermano Mayor ha de convocar a tres hermanos, los más activos que han de pedir limosna, y el pan, pollos y huevos que se junten venderlos el almotacén, en la Plaza, los días festivos, que de esta forma muchos devotos dan mucho más de su valor”.
Celebración de los Inocentes en 1814 (Archivo Histórico Diocesano, Sección de Criminal. Facilitado por Manuel Amezcua)
Hay una causa criminal de oficio contra D. Marcos Torrubia, por el atrevimiento y desvergüenza de ofrecer cuatro reales de limosna si hacía que el cura D. Juan de Mata se orinase en la taza de las ánimas. Se decretó la prisión y conducción a la capital del encausado.
El cinco de marzo de mil ochocientos catorce le toman declaración al padre Marco Torrubia, de veinte y nueve años, natural de Beas, y avecindado en Villanueva, desde que los franceses destrozaron el convento de los basilios, a cuya orden pertenece y está ordenado sacerdote. Declara que el Día de los Inocentes de 1813, estaba sentado en la plaza de la villa. Que llegó el Hermano Mayor de la Cofradía d. Felipe Manjón, que le dijo que daban una limosna de catorce a quince reales, para que una hermana del mismo padre fuera a beber agua a la fuente de la plaza. Que aportó 16 reales para que su hermana no saliese a beber agua a la fuente.
Que paseaban por allí don Juan Mata, cura de Montizón, y el padre don Domingo Mercado. Mata dijo que por la mucha concurrencia no había podido orinar, y el declarante dijo en tono jocoso que allí estaba el Hermano Mayor con la tacilla de Ánimas y que podía orinarse en ella. Que llamaron al Hermano Mayor, insinuando que un amigo daba una peseta por orinarse en la tacilla, y que D. Felipe volcó en un sobrero el dinero que llevaba y preguntó quien daba la peseta, a lo que D. Marcos dijo yo. Que el Hermano Mayor se retiró sin que el cura tomase la tacilla, ni D Marcos sacase el dinero.
Respondió a las preguntas indicando que fue una chanza y que desde siempre ha creído en el Dogma Católico del Purgatorio y la existencia en él de las benditas Ánimas. Y que jamás ha sido procesado por estas causas.
En la defensa del procesado se dan como argumentos: Que el día de los Inocentes en los pueblos pequeños está permitido a beneficio de las Ánimas, ejecutar extravagancias y sandeces pagándolas con dinero a favor de los fondos del sufragio. Que este día parece más religioso el que da más dinero por estos actos.
Como condena D. Marcos debe celebrar un oficio de difuntos con vigilia y misa cantada, y pagar las costas de las mismas. Se remite el auto al Visitador oficial del Obispado y al prior de Villanueva del Arzobispo.
El Baile de las Ánimas
Se daba este nombre a las actividades que se realizaban varios días, durante el mes de diciembre, que comprendían desde la fiesta religiosa de las Ánimas hasta el día de Reyes.
El día de Noche Buena, salía un cofrade vestido de “mojiganga· (de mujer) montado en un borrico, por lo que también se le llamaba “el tío del borrico”. Recorría las distintas calles y rincones del pueblo, con pregones y sermones preparando a las gentes para los días de los animeros. El día de Navidad pedían “el aguinaldo”, a todas las personas de la localidad, sacerdotes, autoridades y por las distintas casas. El día veintisiete los hermanos de las ánimas recibían del alcalde, el bastón de mando. De esta manera comenzaba la “Noche de la Queda”. A partir de las ocho de la tarde, los hermanos de Ánimas eran la máxima autoridad del pueblo. Multaban a cualquier vecino por motivos nimios, pero en un plan jocoso con el fin de conseguir limosna. Además de las calles, era lugar de obligada visita El Casino, en donde se acercaban a las mesas en donde se jugaban distintas partidas de dinero y, poniendo el bastón de mando sobre ellas, solicitaban una limosna de los jugadores.
El día 28 de diciembre, fiesta de los Santos Inocentes, todos los hermanos de Ánimas se desplazaban hasta el lugar de la Fuente Vieja, acompañados de orquesta. Aquí se intentaba que todos los que pasaban tuviesen que bailar o beber agua de la fuente. Cuando uno se negaba se entablaba una subasta y debía pagar cierta cantidad.
Los Hermanos continuaban durante todas las Navidades pidiendo por todas las casas. El día de Reyes sorteaban una gran torta que habían hecho las monjas dominicas. Al agraciado se le llevaba el regalo a la casa acompañada de la orquesta de Ánimas.
Entre los métodos utilizados pedían con una campanilla y un cepillo de hojalata, al sonar la campanilla cantaban: A las ánimas benditas/ no cierres la puerta/ porque pidiendo perdón/ ella se van contentas/.
También se empleaban las llamadas “Tazas de las Ánimas”, dos tazones de bronce, que tenían talladas en madera las figuras de un hombre y de una mujer, envueltas en llamas, como representación del purgatorio. En 1942 se adquieren los tornillos que sujetaban las figuras a las tazas, aunque las imágenes serían anteriores. Estas tazas se colocaban sobre una mesa a la entrada del cementerio, el Día de los Difuntos, para que los visitantes depositaran las limosnas.
Inmenso el trabajo de recuperación de las tradiciones de Ánimas de Francisco y Simón Nieto, que tras la guerra civil reorganizaron la Cofradía con un excelente trabajo y recuperaron un legajo sobre la fundación de la Cofradía.
Se ha puesto en marcha, en los últimos años un grupo para limpiar algunas tumbas abandonadas en el cementerio, colocando una vela y una flor.
FUENTE: MLF