POR JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA. CRONISTA OFICIAL DE LAS VILLAS DE BEDMAR Y DE GARCIEZ (JAÉN).
Número 1. Aspectos comunes sobre la evolución histórica de la Comarca de Sierra Mágina.(Jaén) Los diversos factores que a lo largo de la Historia han conformado el carácter y la personalidad de la Comarca de Sierra Mágina, son a mi juicio, entre otros muchos, estos que siguen:
Fernando III “El Santo” en la conquista de los territorios de Mágina F. Cejudo Gasco, en nuestros días, nos canta, con sonoros versos, los hechos bélicos en los que participó Fernando III “El Santo” en el segundo cuarto del S. XIII para la conquista de los territorios comprendidos entre los ríos: Torres, Cánava, Hútar y Cuadros, los cuales pasaron, en primer lugar, a la jurisdicción de Baeza, y que en el siglo XIV fueron entregados a las Órdenes militares de Santiago y de Calatrava, para su defensa:
“Aquella sierra altanera, presto se ha de conquistar;
llevad allá la frontera y de esta tierra alejar.
Sea Calatrava valiente, la que tenga tal honor;
y liberte a aquella gente del moro fustigador.
Tomad la tenaz Recena, y tierras del rededor;
el poblado de Ximena y su fuerte protector.
Vaya a Torres mi hueste, y sujete tal belleza;
domine su tierra agreste y el castillo forta
Avisos fueron llevados, a los moros altaneros;
presto fueron levantados sus alhamares honderos.
Cuando tocaron a rebato, por bando del mensajero;
salen todos al conato a la voz del pregonero.
El rey Fernando llegaba, con sus huestes de Castilla;
y en sus banderas llevaba a la Virgen Serranilla.
Mandose para adelante, a, Pero Ruiz de Baeza;
¡Hombre bueno, buen infante! ¡Por Santiago! ¡Que grandeza!
BanuFarax se llamaba, el caíd de Torres señor;
que a la puerta esperaba al calatravo conquistador.
Mi rey Fernando pide, de vuestra parte rendición;
y si tu harca no lo impide esa será tu perdición.
Conquistada fue Recena, y la villa de Bedmar;
y esta belleza de arena la tenemos que ganar.
El rey Fernando estaba, en la era junto al cronista;
y a sus lanzas apostaba para iniciar la conquista.
Ya brillan los sables, las lanzas y los arqueros;
en pie los condestables y todos los guerreros”
La Misión de los RR.PP. Jesuitas de 1673 en las villas de Bedmar, Jimena, Garciez, Albanchez, Torres y la Mancha Real (Zona Norte de la Comarca de Sierra Mágina)(1).Sierra Mágina no fue una excepción para la Compañía de Jesús. Y por ello en 1673, desde el Colegio de Santiago, de Baeza se programó la realización de una Misión durante varios días, con el objetivo de recorrer diversas poblaciones de esta zona rural. La determinación del Generalato de la Orden Religiosa por conocer minuciosamente las actividades que tenían lugar en cada una de sus provincias ha propiciado, por otra parte, que haya llegado hasta nuestros días, Memoria de lo sucedido y el tiempo que se prolongó dicha Misión, gracias a la conservación, en el Archivo General de la Orden de la Compañía de Jesús, en Roma, de un pequeño Manuscrito, remitido por los dos padres jesuitas responsables de la Misión –los reverendos padres D. Francisco Ayala y D. Antonio Marín-, relatando sus actividades. El documento en sí tiene un gran valor en cuanto que nos aproxima a una de las muestras de religiosidad popular que tuvo como protagonista este ámbito rural en la Edad Moderna, aunque bien es cierto que el mismo no escapa de los problemas detectados en otros escritos sobre acontecimientos similares protagonizados por la referida Orden religiosa, marcados por la reiteración en la narración de una serie de tópicos identificados como los elementos protagonistas: el tono apologético con que se describen los acontecimientos; la existencia de tópicos al describir los lugares objeto de Misión; el protagonismo que se pretende dar a todo lo que se considera extraordinario o maravilloso; la exaltación de la labor de los misioneros, siempre descrita como sobrehumana, etc.
Los acontecimientos.El relato de los acontecimientos, realizado y remitido por los ya citados jesuitas protagonistas de la Misión al Generalato de Roma, nos habla de una Misión itinerante por diversas localidades de Sierra Mágina: Bedmar, Jimena, Garciez, Albanchez, Torres y Mancha Real, que se inició el 7/XI/1673 y se prolongó durante el resto de dicho mes, a pesar de que el período elegido, el mes de noviembre, no resultaba, sin embargo, el más habitual para este tipo de actos misionales, que normalmente se realizaban en la época de Cuaresma. La procedencia de los padres, desde Baeza, parece explicar que las actividades se iniciaran en la villa de Bedmar, dada su proximidad con la ciudad de la Loma. Durante cerca de un mes, los padres harían el recorrido: Bedmar-Jimena (con un breve viaje de ida y vuelta a Garciez de medio día)- Albanchez-Torres-Mancha Real, regresando, desde allí, de nuevo, a Baeza, aunque el Padre Antonio Marín falleció en Baeza a los 8 días de haber finalizado de la Misión.
El itinerario de los padres Ayala y Marín en la misión de 1673.Se desconoce si la Misión surgió por iniciativa directa del Colegio de Santiago o fue motivada por una petición ajena, bien del obispado, o por algún particular. La estancia de los religiosos en las distintas localidades varió de unas a otras. Estimamos que en su decisión pesó el tamaño de la población. Así siempre, el instante elegido para el inicio de la actividad misionera es el mismo: la noche. Una circunstancia que no resulta, ni mucho menos, casual. La búsqueda, a toda costa, del efectismo, lleva a elegir la noche como uno de los momentos más deseados de la misión, ya que permitía acometer la entrada de los misioneros en cada localidad en la penumbra, con el único acompañamiento de velas, rodeando todo el acto de un acontecimiento verdaderamente efectista que despertaba sentimientos como el temor entre los espectadores. De hecho, salvo para el caso de Garciez, donde se hace una veloz visita de los citados padres jesuitas, y en el caso de Mancha Real, que no se especifica, la entrada en Bedmar, Jimena y Torres se realizó en la noche de los días 7, 13 y 22 de noviembre, respectivamente.
He aquí la Crónica de la Santa Misión: “Breve relación de la misión que hiçieron los padres de la Comp(añi)a de Jesús, el P. Francisco de Ayala y el P. Ant(oni)o Marin en los lugares de la Sierra del Obispado/ de Jaén este año de 1673.Una de las más gloriosas misiones que con la aiuda de Dios Nuestro S(eño)r se han hecho estos años en la Prov(inci)a de Andalucía, ha sido lo que se haçe este año de 1673 en los lugares de la sierra de Jaén, Belmar, Ximena, Garçies, Albanchez, Torres y la Mancha Re, porque al passo, que la nece alsidad era grande de semejante socorro espiritual para los fieles por haber pasado 23 años que en los más destos lugares no viaavido misión, llego en mejor razón para la gran cosecha espiritual, que fue N(uest)ro S(eño)r servido se cogiese por medio de los padres missioneros, que en todo deseaban la / maior gloria de Dios y aprovecham(ien)to espiritual de las almas. Començose la misión por BELMAR, villa mui celebre y antigua, y sujeta al Sr. Marqués de Belmar, casa del Sr. Cardenal de la Cueva, y aunque sus vecinos no son muchos, más el haber pasado tanto tiempo sin que hubiese misión en dicho lugar nos obligó a detenernos siete días. Luego que llegamos martes 7 de nov(iembr)e se hiço señal con todas las campanas para alentar a los fieles con la novedad //Fol. 282v// a preguntar qual sería la causa de repique tan solemne. Y después, avisando por las calles el intento de n(uest)ra venida a las avemarías, se juntó todo el lugar en la iglesia maior; y comenzándose por el Rosario de N(uest)ra S(eño)ra los exercicios espirituales, y concluyéndose con la plática de uno de los padres missioneros. Fue tanta la moción espiritual al poner delante de los ojos a todo el auditorio católico la imagen de Christo crucificado, que no era posible ni con palabras, ni con golpes en el pulpito poder sosegar al auditorio para avisar algunas cosas importantes en orden a la buena dirección de la Misión. Continuose con grande admiración la misma moción / todos los días que allí estuvimos, saliendo de las pláticas tan movidos los fieles que se perdonaron / tres muertes ante escribano, quitándose muchas discordias escandalosas, pidiéndose perdón unos a otros públicam(en)te. Y donde se conoció más el fervor de los fieles, fue en la rigorosa disciplina que hiçieron los hombres en la iglesia, jamás vista en aquel lugar, y aunque el frio era rigoroso venían arrebozados con sus capas, y debajo sola la camisa, y hubo hombre que en dos días ni pudo sentarse, ni acostarse según tenía lastimado todo su cuerpo; prorrumpiendo en palabras de grandíss(im)o sentim(ien)to y dolor de haber //fol. 283r// ofendido a Dios. Hicieronseconfess(ion)es generales de mucha importancia, y algunas de quarenta y aun de çinquenta años. Comulgaron todos los vecinos, siendo indecible el trabajo por la poca copia de / confessores. Acudieron los fieles con indeçible piedad al sustento de los operarios evangélicos, y en tanta/ abundancia, que de las sobras se repartieron los más días muchas limosnas a personas necesitadas. Concluiose la misión y quedaron mui llorosos de / ver que nos íbamos; aunque mui consolados por la / paz de sus conciencias, dando mil gracias a n(uest)ro S(eño)r de la merced que les avia hecho, quando menos lo imaginaban, estimando con grandes alabanças la Comp(añ)ia de Jesús y su sancto instituto para tanto bien de las almas.Acabada la misión deste lugar, partimos a XIMENA, lugar de más de 300 vecinos, donde comenzamos lunes en la noche 13 de nov(iembr)e y estuvimos hasta el viernes a mediodía. En ese lugar fue Dios servido que fuese aun maior la moción espiritual de los fieles, si es que puede haber maior que la que hubo en Belmar, y aunque fue menos el tiempo que nos detuvimos en Ximena, más el fruto exterior aun fue maior, //Fol. 283v// pues se perdonaron ante escribano publico cinco muertes, y se quitaron más de doscientos odios mortales y escandalosos; fue mui grande el concurso de gente todos los días; y lo que nos admiró más fue que el jueves, en que echamos la procesión de la doctrina por las calles, siendo día de trabajo, toda la gente holgó aquel día, gastándose toda la mañana desde antes de amanecer en confessar y comulgar hasta la una del día y la tarde en la procesión de la doctrina christiana y demás exercicios de misión. No fue menor en ese lugar la piedad de los fieles en el sustento de/ los padres missioneros, pues sobró para hacer muchas limosnas a los más necessitados del lugar.El viernes, mientras el uno de los padres acababa de ajustar algunas discordias entre los vecinos, su compañero con el s(eño)r prior y cura fueron a Garcies a confessar los pocos vecinos, aunque mui necesitados de semejante socorro espiritual; y conocidam(en)te fue disposición del cielo, pues de camino se excusaron dos muertes que personas agraviadas en la honra venían de fuera a executar, y con la buena disposición del Padre //Fol. 284r// fue Dios servido que se quietasen y se pusiesen en cola los que peligraban.Viernes en la noche se comenzó la misión en Albanchez, lugar de doscientos veçinos, donde estuvimos hasta el martes día de la Presentación de N(uest)ra S(seño)ra, en el qual día fue la comunión general y procesión de la doctrina christiana. Fue tan grande el número de las comuniones que jamás se avia visto en aquel lugar, ni en Semana Sancta, ni en jueves sancto quedaron todos los vecinos edificadísimos y consoladísimos. En este lugar se perdonó una muerte que muchos años antes no avia sido posible recabarse el perdón, y si hubiera otras muchas también se perdonaren, según estaban movidos a piedad los ánimos de los fieles; siendo tanto el dolor de sus culpas, que muchas personas se desmayaban de sentim(ien)to, siendo tantos los golpes del rostro y bofetadas, que causaba asombro en medio de indeçible alarido de todo el piadoso pueblo. No es ponderable el exercicio de penitencia en la rigorosa disciplina, que sin faltar hombre de todo el lugar se hizo en la iglesia dos días antes de la comunión general, disciplinándose personas mui delicadas, siendo admiración y ejemplo de todos los demás. Fue mui grande el sentim(ien)to y lágrimas de todo el lugar al despedirnos para ir a hacer misión a otro lugar.Miércoles en la … partieron hacia Torres y La Mancha Real… donde estuvieron hasta el día 22/XI/1673. Todo sea para gloria de N(uest)ro S(eño)r / que reçiba n(uest)ro trabajo, pues fue tal que a los ocho días de llegados de misión se llevó N(uest)ro S(eño)r a descansar en el cielo como de su misericordia infinita esperamos a mi compañero el p(adr)e Ant(oni)o Marin. Baeza y dic(iembr)e de 1673. Fran(cis)co de Aiala (rubricado)”.
Devoción Mariana, Curanderos y Brujería.D. José Gámez Invernón
(Jimena (Jaén), 28/IV/1910), estando ya en Madrid, como Funcionario de Correos, mirando atrás con nostalgia de su tierra, escribió estos sonoros versos, bajo el título: RETABLO POÉTICO MARIANO, en recuerdo de su tierra y de la devoción mariana de Mágina, de Jaén y de Andalucía, tras haber cantado en innumerables ocasiones a su Virgen de Cánava, la Virgen de los Remedios y a su vecina la Virgen de Cuadros:
“Así es mi Andalucía,
cielo azul, hermoso campo,
y en el rincón más bonito
¡la Virgen!, ¡un Santuario!
Una Espadaña muy blanca,
una fuente susurrando,
¡un Camarín!, ¡una Virgen!,
bucólicos novenarios,
amor, sollozos y rezos,
latidos de un Campanario
que en bellos atardeceres
congrega dulces rebaños.
¡Ay, Virgen de la Fuensanta,
de Tíscar, Jimena y Cuadros,
de Zocueca y Guadalupe,
del Serrano Santuario!
¡Ay río Guadalquivir!
Desde Cazorla al Océano
van aguas de mil Ermitas
en infinito Rosario!
¡Tierra de María Santísima!
¡Andalucía! Tu campo
es dulce como una copla,
es… un campo Mariano,
porque en tus bellos rincones
se levantan Santuarios
donde la Virgen María
es fuente, copla y remanso”.
Ritos de vida y muerte en la Comarca de Sierra Mágina durante el S. XX.
De acuerdo con las informaciones aportadas sobre “Ritos de vida y muerte” por los alumnos D. Miguel Domingo Domingo y D. Juan de Dios Moreno Ortega del C.P.E. Adultos “Guadalijar” de Huelma, en el curso escolar de 1994/1995, al Grupo de Trabajo constituido con motivo del Proyecto “Demófilo” por los Centros Públicos de Educación de Adultos de Bedmar-Garciez, Bélmez de la Moraleda, Cabra del Santo Cristo, Huelma-Solera y Jódar, nos encontramos que sobre el nacimiento de un ser humano, se había de guardar la “cuarentena”, consistente en que “la madre no se lavaba el pelo ni se mojaba las manos. Por esto solían llevar moño. Eran tratadas de locas quienes se lavaban. La madre no hacía faenas de ningún tipo, solo se dedicaba al niño. Debía tener cuidado especial si planchaba porque de quemarse podían salirle úlceras en los pechos y podían taponarse los conductos de la leche”. Por tal motivo, “… el padre solía estar de mal humor debido a la abstinencia sexual a la que debía someterse durante la cuarentena. Esta situación llevaba a que al terminar este período saciaba su ímpetu con tal fogosidad y constancia que lo más probable era que la mujer quedara embarazada de nuevo. De ahí, entre otras razones, que las familias tuvieran tantos hijos”.Con respecto al culto a los muertos, se recogió este otro testimonio: “Durante meses la casa del fallecido permanecía cerrada (puertas y ventanas). En un año, si el fallecido era un hombre, la mujer no salía de la casa. Luego salía, pero hasta en un período de cinco años llevaba velo y pañuelo negros en cara y cabeza”.Y sobre apariciones relataban lo que sigue: “Siempre hubo apariciones. Venían espíritus, pero no todos los muertos se aparecían. Al aparecido se le decía: En nombre de Dios te pido, ¿quién eres? ¿qué quieres? El espectro contestaba diciendo que quería que se celebrara en su nombre o por él una misa o que se cumpliera una promesa, o que le hiciera un novenario… Cuando se celebraba la misa que pedía, en su caso, el aparecido; la persona a quién se le había aparecido lo veía durante la misa y al terminar ésta le decía: A dios, hasta la eternidad. La persona entonces se mareaba y una vez recuperada ya no volvía a ver la aparición nunca” (2).
Apuntes históricos sobre el traje típico femenino y masculino de la Comarca de Sierra Mágina.
El propio Marqués de Santillana, D. Íñigo López de Mendoza, en su Vª Serranilla, dirigida a la Moza de Bedmar, nos describió cómo iba vestida en la primera mitad del S. XV: “Pellote negro vestía / e lienzos blancos tocaba, / a fuer del Andalucía, / e de alcorques se calzaba”. Por “pellote” –palabra latina formada por “pellis” y el sufijo derivativo “ote”, muy común en el castellano- se debe de entender, ropa larga de piel. El pellote era ya usual en aquellas fechas otoñales, particularmente frías en la Sierra de Mágina, debido a que el encuentro se produjo a finales de noviembre o comienzos del mes de diciembre, fechas en que se comienza la recolección de la aceituna en el Valle del Río Bedmar –“por la Concebida”- y aprieta tanto el frío que hace necesario el uso de ropas de mucho abrigo y largas, como el citado “pellote” o las “enaguas” que se utilizaban hasta finales del S. XX por las mujeres que eran las encargadas de coger la aceituna de los suelos. Continúa diciendo el poeta-guerrero: “e lienzos blancos tocaba, / a fuer del Andalucía”, o sea, a la manera de Andalucía, tal como se usa esa prenda en Andalucía. Sobre el calzado decir que el “alcorque” era una especie de calzado con suela de corcho, muy característico de la época e importado de Extremadura, donde se ha utilizado hasta tiempos muy recientes.
Más adelante, en algunas localidades de la Comarca, las mujeres, hasta comienzos del siglo XX, su indumentaria presentaba las siguientes piezas y características, lo cual nos puede dar una aproximación al traje femenino de la Comarca: “Un pañuelo de color en lana con una cenefa en colores y otro igual, pero en distinto color al talle. Dicho pañolón solía ser del mismo color que el refajo e iba bordado con el mismo motivo tapando la espalda y cruzándose en el pecho hacia atrás e iban festoneados en lana o puntillas de cré. Jubón negro de terciopelo ajustado. Refajo granate o verde con una tira negra picada puesta por abajo a manera de cenefa todo de pañete o bordada con motivos irrepetibles, si bien a finales del S. XIX comenzaron a aparecer motivos más simétricos, como lazos, amapolas y espigas. Los refajos se confeccionaban en paño, con forro de paño también y festoneados con cordón trenzado, recogidos en una cinturilla. Delantal de satén negro con volante y un encaje muy ancho. Mantillas negras orladas de terciopelo negro y a veces con encajes negros. Medias a listas con varios colores o lisas con calados y bordados. Aderezo de manchegas, broches y pasadores de plata. Peinado con raya en medio y rodetes laterales muy bajos, tapando casi la oreja. Dichos rodetes se adornaban con lazos negros de seda o de terciopelo que cubrían la parte posterior y caían sobre la espalda”.
Sobre la indumentaria masculina, deuna manera general podemos decir que el hombre de Mágina usó, a lo largo de los siglos XVIII y XIX, la siguiente vestimenta, de mejor o de peor calidad, en función de su condición social: “Pantalón largo acampanado abierto a los lados con botonaduras de plata en color negro, marrón o azul y calzones de paño, terciopelo o punto negro o azul recorridos de botoncitos laterales de filigrana plateada o dorada, hasta la rodilla. Camisa blanca de algodón o lienzo con jaretillas y bordados en blanco o negro. Chaquetas cortas de pañete negro pardo o azul, con sobrepuestos de alamares, piel o botones. Chalecos de paño, brocado o terciopelo. Faja ancha, encarnada, morada o azul de lana, que en ocasiones podían estar bordadas. Sombreros de tipo calañés, catite y de ala ancha, con barbuquejo. Medias blancas de hilo o algodón. Peales de lino y polainas de cuero o paño. Botas altas de cuero negro o marrón, recorridas de pespuntes y calados de piel, albarcas, sandalias y esparteñas de cáñamo. Pañuelo de hierbas blanco o de colores, para la cabeza, debajo del sombrero. Mantas serranas, tejidas en los telares locales o de la comarca, con rayas de varios colores y flecos de madroños. Capa española de paño oscuro, pardo o marrón, algunas de ellas con bordados” (3).
El folklore de Mágina: Bolero de Bedmar, Bélmez de la Moraleda y Jimena. Fandango de Cambil y Jódar y la Jota Serrana de Albanchez de Mágina y Jódar
El folklore tradicional de Sierra Mágina, va unido indivisiblemente a las celebraciones familiares, en ellas se cantaba y bailaba. Entre estas manifestaciones destaca el fandango de Cambil, el bolero de Bedmar y la jota serrana. Es tal la mezcla de bailes que no permite afirmar un estilo dominante. El bolero consta de tres partes o coplas, éstas de 36 compases ternarios; empieza en tiempo fuerte, acentuándose la segunda nota sincopada. Además, cada copla se divide en estribillos. Se baile por parejas o sueltos. Al comenzar la orquesta, entran en el cuerpo de la danza, acompañándose con las castañuelas; los bailaores van cambiando de pareja trenzando los pies y arqueando los brazos, después dan la vuelta entera y en otro tiempo las dos vueltas. Guitarras y tamboril complementan el instrumental. Se baila el bolero en Bedmar, también conocido como bolero mayorquín, y también en Bélmez de la Moraleda.
En cuanto al bolero de Jimena, solamente se conoce la música y la primera parte del baile. El fandango de Cambil, recuperado en la actualidad, dejo de bailarse en los años veinte, ante la imposición de nuevos ritmos y sobre todo de los primeros gramófonos. El origen de este baile está en la fiesta llamada gasto, fiesta que daba el amo, al término de la recolección de la aceituna o la siega, a los jornaleros que habían participado en la misma. El anfitrión invitaba al efecto a los tocaores de instrumentos de cuerda y algún que otro acordeón. Los invitados se seleccionaban, pues no todos serían del agrado del organizador que filtraba celosamente la entrada y sabía perfectamente a quienes debería dejar pasar y a quienes no. Tenía su explicación en la existencia del esfaratabailes. El baile se desarrollaba en la sala de la casa o cortijo, lugar más amplio y confortable, donde el mobiliario era apartado, colocándose los tocaores a un lado y en medio las mozuelas y mozuelos, todo bajo la atenta mirada de madres y carabinas. Para calentar el baile, se pasaba entre los invitados cazalla, aguardiente, vino del país, bizcochos, turrones, etc. Comenzado el baile, los mozos rivalizaban en un alarde de osadía, cuál de ellos daría a su pareja el chaparrete más fuerte. Consistía en el último paso del fandango en el que se daba un abrazo a la pareja con quien se estaba bailando. Cuando alguna vez el esfaratabailes se lograba colar en la fiesta, se las ingeniaba para que aquella terminara en trifulca. Entre las gamberradas que se realizaban, está la del incienso de picante, se echaba en una lata en la que previamente se habían puesto unas ascuas ardiendo, un poco de picante molido. Al instante se esparcía por la sala un humo sofocante, provocando toda clase de estornudos y lo que es peor, el toser por el revés.
En Jódar el fandango se baila en tresillo y tiene parecido con los verdiales malagueños y alpujarreños, quizás traídos por comerciantes y jornaleros de estas provincias. Este fandango es muy “saltarín”, al finalizar cada copla los bailarines dan varias vueltas inclinados hacia el suelo intentando con este movimiento rotatorio imitar las piedras de las ruedas de los molinos, pues en estos lugares se bailaba durante los períodos de espera
En Albanchez y en Jódar se baila la jota serrana, en corro y cada vez que cambian de paso lo hacen de pareja, por lo que al finalizar la danza no lo hacen con la misma pareja que empezaron. Esta jota tiene música muy alegre y de fácil interpretación.
Jota Serrana, cantada por el grupo de folk Andaraje.
A Jódar por el esparto,
a Jimena por las brevas,
a Bedmar por los capachos
y a Albanchez por las mozuelas(4).
Catalina Martínez y su nieto D. Manuel Amezcua Martínez, padre de la antropología maginense.
Catalina Martínez, bisabuela materna del preclaro e ilustre padre de la investigación en la Comarca de Sierra Mágina: D. Manuel Amezcua Martínez y Presidente de Honor de CISMA, que vivió en el Cortijo de Polera, donde fue fiel guardiana de una serie de costumbres y tradiciones de las gentes –“cortijeros”- que vivían diseminados por estos montes mágicos de Mágina, a caballo entre los términos municipales de Huelma y Bélmez de la Moraleda. Dicha señora, de acuerdo con la información facilitada por su biznieto, el cual solía pasar los veranos en el cortijo de su abuela, nos recuerda sus primeras percepciones sobre aspectos sobrenaturales vividos en Polera, cortijo asentado en las estribaciones meridionales de Sierra Mágina, donde solía pasar los veranos y donde encontró las primeras secuelas de esa otra manera de entender la vida, pues en la casa de su abuela se conservaban con sumo mimo los “papeles” de su madre, la Tía Catalina -bisabuela de D. Manuel-, la cual tuvo facultades taumatúrgicas y como tal era reconocida en toda la zona de la cara este de Mágina. En la casa se hallaban, aún en los años sesenta del S. XX, antiguos libros de anatomía con extrañas anotaciones en las márgenes y los provechosos avisos de un viejo ejemplar del Kempis, junto a una muy buena colección de pliegos sueltos referentes a milagros del Santo Custodio y algunas capsulas de simientes de adormidera debidamente conservadas en una taleguilla de lienzo moreno. Asimismo en las noches de verano, en el llano del cortijo, solía contar la Historia del Tío Bartolo Ferreiro “un viejo que vivía en un solitario cortijo entre aquellas montañas de Mágina y que decían que era medio sabio, que con un canutero de madera que tenía lleno de bichos y con otras diabluras que hacía, rondaba por las noches aquellos cerros trasladándose por los aires a donde quería. Además, se decía de él que en las noches de luna llena se salía de su Cortijo y se le escuchaba aullar como los lobos y que a sus aullidos le contestaban los lobos de la Serrezuela” junto a extraños relatos de brujas que pasaban camino del Sacromonte de Granada para celebrar un aquelarre y meter el miedo en el cuerpo de los cortijeros y sus chiquillos camino de la cama cagados de miedo. A su paso por la zona, solían cantar aquello de:
“Cuatro somos de Andújar,
tres de la Higuera
y la que toca el pandero
de Villanueva”.
O aquel refrán que dice: “En Bélmez se acuestan dos y amanecen tres” (5). A él debemos también la magnífica leyenda sobre el topónimo de Bélmez de la Moraleda, la cual veremos en el apartado dedicado a Bélmez de la Moraleda.D. Manuel Amezcua Martínez, maginense de pro, siendo aún estudiante y antropólogo en ciernes, D. Manuel Amezcua Martínez, fundó en su pueblo, Bélmez de la Moraleda, la Asociación “MOYUPA” para realizar actividades culturales. Igualmente y al amparo de la Parroquia colaboró en la puesta en marcha de la Revista Sierra Mágina, en la que escribió sus primeros artículos de Historia Local, además de la Revista Local de Fiestas Patronales –(Programa de Fiestas)- y Neblín. Por último señalar, que en las XXXI Jornadas de Estudios sobre Sierra Mágina (Jimena, 28/IX/2013), presentó la siguiente comunicación: “Otra llegada del Cristo de Burgos a Cabrilla: la recuperación del Cristo de Balluerca para la Casa de Mágina”, como muestra del gran cariño y la gran labor que viene desarrollando por la cultura etnográfica de la Comarca de Sierra Mágina.Hoy en día es todo un consumado Antropólogo a nivel mundial y muy querido y respetado en la Comarca de Sierra Mágina.(Continuará…)
NOTAS:
- ARSI BAETICA. Historia (1604-1716). Legajo 21. Fol. 282r/v-284r/v. (Es un cuadernillo numeradas sus hojas desde la 1 recta a la 4 vuelta). LÓPEZ ARANDIA, María Amparo. “Recorriendo las Indias de aquí. La Misión de la Compañía de Jesús en Sierra Mágina en 1673”. En Sumuntán. Nº 30 (Jaén, 2012). Pp. 85-110.
2.TROYANO VIEDMA, José Manuel. Huelma. Una villa fronteriza entre dos reinos. Madrid, 2014. P. 140.
- JIMÉNEZ DELGADO, F. “Indumentaria tradicional en Jaén: Siglos XVIIII y XIX”, en Actas I Congreso Jaén: febrero, 1989. Granada, 1990. Volumen I. Pp. 341; 345 y 348; TROYANO VIEDMA, José Manuel. Patronos, personajes y personalidades más notables de la villa de Bedmar a lo largo de la historia. Inédito. Bedmar/Granada, 2010. P. 191.
4.PATRIMONIO CULTURAL EN SIERRA MÁGINA: “Tradición Oral y Folclore”. Pp. 215-216.
5.AMEZCUA MARTÍNEZ, Manuel. “Las Epidemias de Cólera en el Jaén del Siglo XIX. Los factores condicionantes”, en Actas del Iº Congreso Jaén, Siglo XIX. Jaén, 1987. Pp. 500-501.
A mi querida esposa María Dolores, por su comprensión y ayuda constante en mi labor investigadora. ¡Gracias! Y A mis hijos: José Manuel y Francisco Javier, por su apoyo constante. ¡Gracias, por todo!
FUENTE: J.M.T.V.