POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA- CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Durante unos 33 años- desde 1725 a 1758- en Ulea, llegadas las vísperas de Pascua de Navidad, se efectuaban representaciones teatrales, en las que actuaban importantes actores y tramoyistas uleanos, en el lugar denominado “La Corrala de Ulea”. Dicho espacio, al aire libre por supuesto, estaba ubicado en la parte baja del “corralón”; lugar que en el siglo XX fue ocupado por el “Cine Olimpia”, de la empresa Tomás Valiente.
Con el fin de conseguir un espacio vallado, en donde los actores estuvieran aislados de los ganados del corralón, se colocaban unos “adornos” en la parte superior de lo que sería “la corrala” también llamada “placeta de los tramoyistas” Estos adornos estaban hechos de “material de quita y pon” ya que la materia prima era: “ramas de algarrobo y piteras”, en la parte superior o ladera del monte el Castillo y, una fila de carros ensamblados, en la parte inferior, actualmente calle Nueva. De esa forma quedaba aislado el recinto destinado a los actores y espectadores.
Siempre había un espacio reservado para “las personas dignas, o influyentes, de Ulea y sus amistades de los pueblos colindantes” Sí, en lugares de privilegio se acomodaban los políticos, sacerdotes y miembros de la inquisición y, por si fueran pocas las atenciones: de forma gratuita.
La empresa Tomás Abenza (hermano del Cura D. Miguel Tomás) que era primer actor y director y, además, ideaba sus obras teatrales, efectuaba unos montajes con decorados y tramoyas de gran vistosidad. Su arte llamaba la atención entre los uleanos y personal de los pueblos aledaños.
El director de la compañía teatral, hermano del señor cura párroco (posteriormente fue alcalde de Ulea) el señor Tomás y Abenza preparó con esmero las obras “Magdalena la pecadora” y “El diablo anda suelto” que fueron representadas durante varios años seguidos en vísperas de Pascua, teniendo en cuenta la gran afluencia de público asistente.
Como el éxito teatral no iba acompañado de una economía aceptable, el director y actor principal, reunió a las “Fuerzas vivas del pueblo” en varias ocasiones (1), con la finalidad de que el crecido número de asistentes que entraban sin pagar, “dejaran de tener la regalía que les exime de abonar su entrada” Políticos y miembros del clero uleanos, así lo aceptaron. Sin embargo, los miembros de la inquisición, desplegaron “una verdadera Cruzada” con tal de evitar que les despojaran de sus prebendas.
(1) Entre los distintos sacerdotes D. Juan Pay Pérez, D. Esteban Sandoval Molina y D. Miguel Tomás Abenza, éste era su hermano. Además, el propio director y primer actor, fue alcalde de Ulea los últimos 12 años, alternando el ejercicio de ambas funciones.