POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Pues verán ustedes.
Estos buenos amigos de Boal, municipio montano en el occidente de Asturias, están volcados en la promoción de su comarca y no cesan en su empeño de publicitar y promocionar todo aquello que destaque con destino de turismo.
Miel, caza, setas, carnes… son objeto de pregones y de certámenes. Y ahora, por el aquel de disfrutar del paisaje y de la naturaleza, a fomentar rutas, paseos y visitas por cerros y valles.
Días atrás -así lo testimonia mi amiga Teresa Míjez y lo documenta gráficamente el genial Juanjo Arrojo, también amigo -hubo excursión y visita a la COVA DEL DEMO (en fala boalense) que para los castellanoparlantes quiere decir CUEVA DEL DEMONIO.
No les extrañe el nombre. Esta «oquedad natural» está enmarcada en un paisaje envuelto en tradiciones de misterio, de presencias e influencias malignas, de aquelarres de brujas… Arbolados y piedras que ocultan malos presagios y desgracias para personas y bienes.
Sí; bien pudiera ser que el demonio buscara por allí cobijo y morada.
Y como todos somos un poco diablos y un mucho pecadores, ya nuestros antepasados hallaron morada en esa cueva boalense. Y como elegantes turistas la decoraron a su gusto y comodidad. La COVA DEL DEMO, con dibujos y grabados antropomorfos y zoomorfos, datados entre los años 1.500 y 1.100 a.d.C. es la única muestra de arte rupestre en el occidente asturiano.
Su interés artístico e histórico es enorme, de ahí que esté catalogada como Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico de Asturias.
Un servidor, que disfruta combinando tradiciones y cocina, al saber de esta promoción turística, se preguntó: ¡Demonios! ¿Cómo es que no se les ocurrió combinar el arte rupestre con un asado de lomo de cerdo A LA DIABLA?
Era un ideal «remate de excursión».
Les doy la receta para próximas andaduras.
Maceren durante una hora un buen lomo de cerdo en agua con sal. Sáquenlo, escúrranlo y séquenlo bien.
Después dórenlo en aceite bien caliente y llévenlo a una fuente de horno.
Pochen en aceite cebolla bien picada, cubran con ella el lomo, bañen con un poco de aceite y caldo, y ásenlo en horno a temperatura medio-fuerte.
Procuren que quede jugoso y tierno.
Aparte, en sartén, preparen según su costumbre un pisto ligero pero bien surtido de tomate natural; compleméntenlo con un chorro de vino blanco y guindilla, pimentón picante o chile (molidos) hasta conseguir el «picor» que deseen.
Pasen esta salsa por la minipímer o el chino.
Sirvan el lomo cortado en lonchas, bañadas con esta salsa picante.
NOTA-. La salsa diabla es una variación de la salsa española, ya conocida y utilizada desde comienzos del siglo XVII. El francés Auguste Escoffier (siglo XIX), en Ma Cuisine, ya la recomendaba para carnes, volatería y mariscos.