LA MUJER EMPIEZA A GANAR PESO EN EL IEG Y PRUEBA DE ELLO ES QUE EL JUEVES UNA DE SUS CONSEJERAS MÁS VETERANAS ASUMÍA LA DIRECCIÓN DEL CENTRO

Adela Tarifa fue una de las primeras mujeres en ingresar como consejera en el Instituto de Estudios Giennenses (IEG). Fue la primera en asumir la vicedirección, cuando estaba al frente de la institución Pedro Galera, y este jueves asumía la dirección. Confiesa que siente un profundo respeto por la labor realizada por los anteriores directores, por todos los consejeros y colaboradores, y entre sus retos se propone que el IEG sea más conocido y que su proyección sea cada vez mayor.

-Este jueves asumía de manera oficial el cargo de consejera-directora del Instituto de Estudios Giennenses y se convierte en la primera mujer en dirigir esta institución.

-La presencia de la mujer en el IEG hasta hace poco tiempo era insignificante. Cuando ingresé como consejera de número, en el año 1998, lo hice junto a otras dos mujeres. Anteriormente no había habido nunca ninguna consejera numeraria. Aquello supuso un avance, pero también es verdad que nos recibieron con absoluta normalidad y sin problemas. La presencia de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad tiene que ajustarse a la ley de igualdad de oportunidades y en el respeto a la Constitución y a sus leyes. Si la mujer está presente en todos los ámbitos de la vida, lo más normal es que en el IEG, como organismo vivo y al servicio de la provincia de Jaén, también esté representada. Por eso siento una altísima responsabilidad al ser una de las primeras, la primera vicedirectora por la confianza que depositó en mí Pedro Galera y por haber sido ahora elegida y votada por unanimidad por mis compañeros y compañeras. Esto me obliga a trabajar mucho y a no defraudar. Es una responsabilidad, pero también es solo un ejemplo. Hasta 1910 la mujer no tuvo la oportunidad para matricularse en la universidad, y hoy ocupamos puestos importantes. Avanzamos despacio, pero claro que tenemos mucha responsabilidad.

-Muchas veces se ha considerado que el IEG no es todo lo conocido que debería; e incluso se desconoce la labor que desarrolla. Hoy por hoy, ¿cuál cree que es la gran aportación que realiza la institución a la sociedad?

-Desde su fundación, en 1951, prestó grandes servicios a la cultura de toda la provincia. Nosotros nos enfrentamos a un trabajo realizado por los que nos precedieron y que ha dejado huella. Ahora nos toca custodiar y potenciar todo eso. Respecto a su aportación, en el plano académico y cultural están perfectamente reflejados los objetivos, como son el fomento de la investigación, la divulgación de las particularidades de la provincia en todos los ámbitos. Con tales fines, hay una serie de actividades que me gustaría que se conocieran desde todos los colectivos. La verdad es que nos valorarían mucho más si nos conocieran más. Quizás ese sea el único problema del IEG en la actualidad, que no somos bien conocidos, ni nuestro funcionamiento interno ni nuestra proyección.

Fondos impresionantes

-Hace unos años llegaba al seno de la institución el legado de Miguel Hernández, sin duda una gran aportación a sus fondos y a su biblioteca. Pero quizás también se desconozca que hay mucho más. ¿Cuál es en su opinión la importancia real de estos fondos?

-En nuestro archivo y biblioteca, que por cierto empezó a funcionar en el año 1953, se ha realizado un trabajo continuado para salvaguardar todo el patrimonio bibliográfico jienense, dedicado especialmente a lo provincial, aunque también hay secciones generales. Se trata de un centro de un nivel y una categoría impresionantes. Cuenta con un fondo documental muy variado, con auténticos tesoros bibliográficos, manuscritos, libros antiguos. Está perfectamente organizada, y de hecho fuimos pioneros en la digitalización de los fondos. Ese es otro objetivo divulgar y animar a todo el que desee trabajar allí que nos visite. Tenemos una sala de investigadores, catálogos de fondos antiguos, sección de audiovisuales, planos, mapas, grabados, carteles. Existen también secciones dedicadas, en algunos casos, a antiguos consejeros, donaciones como la de nuestro querido amigo y gran escritor Juan Eslava; los fondos Laínez-Alcalá, . la lista es larguísima. Y por supuesto, dentro de esa donación del legado de Miguel Hernández, se realizó la labor de inventariado y el IEG ha tenido el honor de disponer de este material para difundirlo, trabajar con él, etc. Por eso invitamos a los investigadores a que conozcan nuestra biblioteca y archivo, pues somos un centro abierto que está al servicio de la provincia.

La aportación personal

-Ahora toca seguir trabajando, pero como consejera-directora, ¿cuál quiere que sea su aportación a la institución? ¿Qué semilla quiere plantar Adela Tarifa?

-Mi primer objetivo es consolidar la labor tan importante de los anteriores directores y equipos de gobierno; de todos los consejeros y consejeras; y de los colaboradores externos que trabajan con el IEG. Quiero seguir en esta línea en la medida de lo posible, y siempre desde la certeza de que tenemos el apoyo de la Diputación, pues sin ello sería difícil trabajar. Por otro lado, podría añadir que queremos seguir potenciando nuestro boletín, publicación emblemática desde el año 1953 y que cada vez recoge más publicaciones y temas locales. Del mismo modo, creo que puede ser interesante potenciar las relaciones con otros centros de la provincia (centros de estudios locales, etc.) y de fuera de nuestro territorio, como las reales academias y otras instituciones similares a la nuestra. También continuaremos potenciando la organización de conferencias, mesas redondas, cursos; incentivaremos y animaremos a los consejeros que lean en tiempo y forma su discurso de ingreso; mantendremos los premios actuales que están cada vez mejor dotados (como el Cazabán, Emilio Ollero de Pintura y el de Investigación Agraria y Medioambiental).

-Y, ya que es uno de sus prioridades como ha manifestado varias veces, ¿cómo pretende que la institución sea más conocida?

-Está entre mis prioridades favorecer la labor investigadora; abrir nuestra biblioteca y archivo y facilitar el trabajo. Y por supuesto, favorecer nuestra proyección exterior, para lo que necesitamos el apoyo de los medios de comunicación. Una proyección que también tiene que ver con la organización de actos que salgan de la capital y se acerquen a otras localidades de la provincia. Evidentemente, es también necesario estar en continua renovación, pues somos un centro vivo que se transforma en la medida que lo hace la sociedad.

Fuente: http://www.ideal.es/ – Antonio 0rdóñez