EL AYUNTAMIENTO ANUNCIA QUE PROMOVERÁ UN PLAN DE CHOQUE PARA EL BARRIO
Dice José López, vecino de Ventanielles, que existen dos Oviedos. El suyo comienza donde lo hacen los ríos del callejero y dista bastante del que aparece en los folletos turísticos con el visto bueno del alcalde Gabino de Lorenzo. En la parte del mapa en la que habita, hace décadas que no se acomete un plan de choque: las calles llevan años sin arreglarse, las políticas sociales no abundan y los tendidos eléctricos permanecen en la superficie.
Para saber cuándo se llevó a cabo el último plan de choque de la zona hay que remontarse a tiempos predemocráticos, a 1978. Ni el socialista Antonio Masip ni De Lorenzo optaron por limpiar a fondo la cara del barrio. No obstante, ha mejorado.
Los vecinos, sobre todo los más mayores, celebran las pequeñas victorias cosechadas. Valoran que hay mejor ambiente, se ha creado una conciencia de barrio y hay un centro social en el que conversar, practicar el dominó o asistir a cursos. El concejal de Urbanismo, Alberto Mortera, adelantó el pasado mes de enero que el barrio tendrá, por fin, su propio plan de choque.
«En un principio se había barajado sólo la renovación de aceras, pero quisimos hacer un plan más ambicioso», explicó entonces. La pavimentación de las vías es una de las quejas más recurrentes de los residentes. Las de los ríos Narcea, Eo, Nora, Piloña, Nalón, Cares, Porcía y Esva necesitan una intervención desde hace años. Son un «peligro», riesgo de tropezones y torceduras de tobillos. También conlleva su particular amenaza atravesar la pasarela que conecta con Teatinos. El suelo es resbaladizo y más de uno ha visto volar por los aires la cesta de la compra o su teléfono móvil.
«El que vive en la calle Uría no lo sabe. Hay que bajar al barrio y pasearlo para ver qué se debe mejorar», explica López. Aún así, el sentir general es de progreso.
Desde su puesto como recepcionista del polideportivo, Norma Álvarez lo sabe bien.
La gente comenta, y sus apreciaciones no suelen ser negativas.. «Todo ha cambiado tanto », celebra. Los avances se ilustran de la más sencilla de las maneras, con un grupo de niños que corretean por la plaza del Lago Enol, antes intransitable por los problemas sociales.
El edil es muy duro con la gestión municipal en la zona. La CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, CARMEN RUIZ-TILVE, no. Valora el nivel cultural que se ha querido implantar en un barrio poblado por personas humildes. La primera «bebeteca» (biblioteca con un área para los más pequeños) de Oviedo nació en Ventanielles. La intensa actividad laboral de los habitantes de la zona, que para vivir necesitan un par de sueldos y muchas horas de trabajo, hizo que fuera la primera en acondicionarse para los más pequeños.
Las conquistas de aquellos años no han afectado demasiado al urbanismo. Los vecinos se quejan por el estado de las aceras, «un auténtico peligro». Muchas están sin rematar. Meses, e incluso años, lleva protestando el concejal de Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda (ASCIZ), Roberto Sánchez Ramos porque los «millones de euros» de las arcas municipales pavimenten zonas céntricas y las de Ventanielles estén igual que hace décadas.
Los pequeños de Ventanielles reciben lecciones en español y en inglés. A la salida del centro sus correrías se desenvuelven entre líneas de alta tensión y los vecinos urgen su soterramiento. Quizás la medida acompañe al anuncio de Mortera y a su ansiado plan de choque. Ya en las enmiendas al presupuesto de 2008, PSOE y ASCIZ solicitaron destinar una partida a tal fin. El PP la rechazó. Todo parecía indicar que quedaría en agua de borrajas, pero parece que, finalmente, los cauces de Ventanielles cambian de curso.
Fuente: http://www.elcomercio.es/