POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA (ALICANTE)
En la vida, no todos tenemos la misma suerte a la hora de lograr algún deseo. Podríamos decir, más que suerte, no saber el camino para lograrlo. Pueden pensar a cuento de qué viene esta digresión; pues muy sencillo.
Mientras que la ciudad de Orihuela en algunos momentos ha intentado recuperar infructuosamente el «Llibre de Repartiments», o conseguir que volvieran las puertas del órgano de la iglesia de las Santas Justa y Rufina, sin dejar a un lado el «Cartuario de Orihuela»; otra ciudad, Dénia, en 1982 conseguía que se le devolviera la cruz que presidía el claustro de nuestra catedral.
Pero, hagamos historia y para ello recurramos al Tomo I de «Orihuela en sus documentos» de Agustín Nieto Fernández, y situémonos en el 12 de marzo de 1942 en que el Cabildo Catedral se daba por enterado a través de su presidente de algunos proyectos como la restauración de varias capillas y de la construcción de «un patio artístico exterior» a la primera iglesia de la Diócesis.
Meses después, a primeros de octubre de dicho año, las obras de dicho patio estaban en marcha, habiéndose trasladado el antiguo claustro del convento mercedario trabajado por Hernando Veliz, en los primeros años de la década de los sesenta del siglo XVI, habiendo sufragado el traslado la Federación de Sindicatos Católicos Agrarios.
El 7 de noviembre del año siguiente, se daba cuenta de la conclusión de las obras del claustro con «la Cruz de los Caídos en el centro», habiéndose ejecutado las mismas gracias a las aportaciones del Patronato de los Caídos que adquirió el viejo claustro por 75.000 pesetas y por la Federación Católica Agraria, Caja Central de Rurales, Sucesores de José Balaguer y Sedas de Orihuela, que financiaron la reconstrucción con un importe de 200.000 pesetas.
Quedó muy claro desde el primer momento que la fábrica de la catedral no había gastado nada y que se interpretaba que las donaciones efectuadas por todas la entidades eran en favor de la catedral, «única entidad a la que corresponde la propiedad y posesión del claustro con la cruz».
Durante muchos años, dicha cruz estuvo presidiendo el claustro catedralicio y siempre se había sabido que procedía de Dénia, en la que estaba ubicada en la Plaza del Convento.
Pero, dicha cruz, comenzó a sufrir una serie de vicisitudes desde que fue retirada en 1937 por la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico, siendo depositada en Alicante, pasando en las fechas de reconstrucción del claustro a Orihuela.
Dénia, a partir de 1947, intentó su recuperación. Situación que G. Pomata, en el diario ‘Información’ de 30 de abril de 1982, cuantificaba en reiterados intentos sin conseguirlo en 1958, 1961, 1963 y 1976.
Hasta que en el citado año de 1982, gracias a las gestiones de una comisión dianense presidida por Pascual Ivars Seguí y a la acción judicial llevada a cabo por Antonio Calabuig Adán, se lograba un acuerdo entre el Obispado Orihuela-Alicante y el Ayuntamiento de Dénia, por el cual se efectuarían dos reproducciones, una de las cuales quedaría en Orihuela, y la otra y el original pasarían a Dénia.
Dichas reproducciones se obtuvieron a través de un molde en yeso realizado por un profesor de Artes Aplicadas de Madrid, a partir del cual por el procedimiento de punteado se obtendrían, siendo supervisadas las reproducciones por el escultor Benjamín Mustides, director de la Escuela de Artes Aplicadas.
Estaba previsto que se le incorporaría al original la imagen de la Virgen que se encontraba muy desgastada por el transcurso del tiempo y los traslados. Dichas reproducciones tuvieron un coste de 265.000 pesetas cada una.
Fuimos testigos de la consecución del molde, que ocultó a la cruz durante varios días, así como de la restitución de la réplica de la misma tras el traslado del original a Dénia, donde fue depositada en su Museo Arqueológico. Allí permanece y la segunda reproducción pasó a la Plaza del Convento.
Quede todo ello como un logro de la recuperación por parte de Dénia de esta obra, que según Josep A. Gisbert Santonja fue encargada por el Consell de dicha villa, en 1609, al escultor Jaume Blanquer de Mallorca.
Fuente: https://www.diarioinformacion.com/opinion/2018/12/16/cruz-claustro/2098150.html