Los resultados de la investigación, publicada hoy en la revista Plus One, confirman también el uso posterior de los restos óseos de los cuerpos enterrados, entre los que se han hallado desde una tibia modificada para ser usada como herramienta hasta una «copa craneal» que pudo utilizarse como contenedor.
Los investigadores, de la Universidad de Córdoba y Berna (Suiza), han analizado 411 muestras de restos óseos de la Cueva de los Mármoles que forman parte del Museo Histórico Municipal de la localidad de Priego de Córdoba.
Los huesos «correspondían a doce individuos de ambos sexos y diferentes edades, desde niños hasta lo que en aquellos tiempos se podía considerar una edad avanzada, unos 60 años», explica en una entrevista con Efe, Rafael Martínez, investigador de Prehistoria de la Universidad de Córdoba y uno de los autores.
Los científicos han datado siete muestras mediante la prueba de radiocarbono, observando que algunas correspondían al Neolítico reciente (entre 3.800 y 3.900 años a.C.), otras a la Edad del Cobre (unos 2.500 años a.C.) y un tercer grupo la Edad del Bronce (unos 1.300 años a.C.).
«Confirmamos la existencia de sepulcros colectivos desde el Neolítico, el uso de cavidades como lugares de enterramiento, como ya se ha visto en otras cuevas de Andalucía, y la existencia de determinados rituales sociales asociados a la muerte,» detalla Martínez.
La Cueva de los Mármoles dice mucho, según los investigadores, de cómo entendían la muerte nuestros antepasados: «Probablemente como una noche perpetua, de ahí la búsqueda de la oscuridad de una cueva», apunta el científico.
Entender el pasado
Dado que la relación con los muertos (y con la muerte) es una parte esencial de los sistemas culturales humanos, conocer cómo la concebían es prioridad para entender el pasado.
«Otra cuestión muy interesante ha sido ver cómo la mayoría de esos restos tienen marcas de manipulación, vinculadas a la limpieza de los huesos con el cadáver ya descompuesto», agrega.
«En uno de los cráneos manipulados hemos podido ver cómo el individuo al que perteneció fue sometido a una operación de perforación cuyo objetivo desconocemos, pero sí sabemos que quienes modificaron ese resto conocían probablemente a la persona que perteneció», indica Martínez.
Cráneos como el citado eran usados como contenedor de distintas cosas, en uno de ellos han visto, por ejemplo, restos de un polvo rojo usado como colorante.
Los siguientes pasos del equipo pasarán por investigar si estas mismas situaciones que se han observado en la Cueva de los Mármoles se dan también en otras cavidades sepulcrales, y seguir entendiendo cómo eran los modos de vida en el exterior.
«Hay una gran similitud entre los hallazgos de Mármoles y otras cuevas de la misma región datadas en el Neolítico/Edad del Bronce, lo que sugiere ideologías compartidas respecto a la muerte y el cuerpo humano entre estas poblaciones, que hay que seguir estudiando», concluye.
FUENTE: https://www.diariocordoba.com/cultura/2023/09/21/nuevo-hallazgo-cueva-marmoles-priego-92366927.html