POR SANTOS BENITEZ FLORIANO, CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES
La devoción a la Virgen de la Montaña es la expresión religiosa más genuina de cuantas se celebran en Cáceres a lo largo del año.
En Cáceres existe una gran religiosidad popular, demostrando gran veneración por muchos santos, pero sobre todos ellos se encuentra el fervor por la Virgen de la Montaña, símbolo de identidad para todos los cacereños, tanto para los que viven en Cáceres como para los que están residiendo fuera de su localidad.
Durante los días que la Virgen permanece en la ciudad se produce una avalancha de cacereños que van y vienen a Santa María a contemplar su rostro y a dedicarle sus oraciones. Es la época en que más se identifican unos cacereños con otros, uniéndose en torno a la devoción por la Virgen.
La Virgen de la Montaña es lo que más amamos y más intensamente sentimos en el corazón los cacereños.
La Cofradía de la Montaña, erigida el 25 de Enero de 1.635 siendo su fundador D. Sancho de Figueroa, es hoy un miembro vivo de la ciudad y se constituye en la representación de su alma, la expresión de sus más puras esencias.
Ojalá Virgen de la Montaña nos traigas trabajo y empleo para nuestro pueblo, que tengamos siempre afán de superación ante la adversidad, que nunca la ciudad pierda su esencia, que ilusionemos a los niños y jóvenes; que cuidemos a nuestros mayores; que atendamos a nuestros enfermos; que seamos solidarios con los parados; que integremos a nuestros inmigrantes y que pasemos por la vida propagando la devoción a Tí, Virgen de la Montaña.
(PUBLICADO EN EL PERIÓDICO ‘EXTREMADURA’ EL 1 DE MAYO DE 2013).