POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El autor lanza «Nos atrevemos a decir», un libro infantil que trata cuestiones profundas y que ilustra Pablo Caracol.
La narrativa y la ilustración vuelven a encontrarse con bello resultado. El escritor praviano Pepe Monteserín presentó ayer en Oviedo «Nos atrevemos a decir», su último libro, dedicado al público infantil, pero que aborda cuestiones profundas. El narrador colabora en esta ocasión con el afamado ilustrador Pablo Caracol para ofrecer un tomo en el que se aborda de forma sutil el siempre delicado tema del maltrato. El resultado atesora solo buenas palabras entre la pequeña muestra de lectores que han tenido acceso a la publicación, que la editorial define como «obra maestra». «Si lo es, la escribí sin querer», bromeó el escritor en el acto celebrado en una conocida librería de Oviedo ante medio centenar de espectadores.
«Pude testar muy poco, pero en general lo que me dicen es que es genial, que es muy mío», admite Monteserín. Aunque también le comentan que, realmente, no parece un libro para niños, dada la profundidad con la que aborda temas más propios de la adolescencia y la adultez. Además del maltrato, la fe, el escepticismo, el empoderamiento, la reevaluación de valores o las relaciones familiares son algunos de los temas centrales.
«Es, traté y me esforcé en que fuera para niños», reitera el pluma con más de tres décadas de trayectoria, que califica la obra como un «tres en uno», trifásica.
«Los niños que lo lean seguro que entienden cosas, pero cuando lo vuelvan a hacer de adolescentes lo harán aún más; si repiten de adultos, qué decir», argumenta, a la par que pone el foco en que el arte de la escritura basada en insinuar es «más efectivo» que la explicitud. El tomo es breve e intenso, con sus 32 páginas, que «se leen en diez minutos, pero quién sabe cuánto para entenderlas».
Que el libro trate, principalmente, sobre el maltrato no es algo sugerido o impuesto, sino que Monteserín escribió sobre ello «porque le dio la gana». Tampoco fue por ningún motivo en especial, ya que a él no le toca de cerca, pero sí le afecta moralmente importante por la cantidad de casos que emergen cada día en la sociedad.
La obra recibe su nombre de un verso de la oración del rito de la comunión y el rezo dentro de la historia ejerce como elemento narrativo de la historia, que protagonizan una madre y una hija que viven en un primer piso al que cada noche ilumina la lumbre de un cartel de farmacia. Monteserín se declara un hombre que practica la oración para «resolver las cosas de la mejor manera posible» y quería incluirla en su escrito
La obra, tal como declaró el praviano en el acto que presentó su amiga, la filóloga Eva Vallines, comenzó a gestarse hace tres lustros. En aquel momento, el escritor recibió una comunicación de Caracol. El artista valenciano le declaró su intención de ilustrar un cuento salido del imaginario de Monteserín. Ninguno de los dos se conocía personalmente, cosa que se mantiene a día de hoy. El romance literario tuvo como celestina al también dibujante Pablo Amargo, con el que Monteserín han trabajado en diversas ocasiones y al que define como el «mejor ilustrador asturiano». Caracol se enamoró del texto que le llegó, pero el proyecto no pudo salir adelante en aquel momento por cuestiones editoriales.
FUENTE:https://www.lne.es/oviedo/2024/10/25/pepe-monteserin-editorial-dice-libro-110336395.html