POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Dice el escritor José Luis Borges que en el hoy están los ayeres. Un ayer torturado y derrotado. Es el Montijo del aquí estuvo, pero ya no está. ¡Cuánto patrimonio desaparecido! ¡Cuánta insensibilidad producida por los irresponsables que han gobernado el municipio, ante lo mucho y precioso que hemos perdido! Todo destruido, apenas queda algo, solo la memoria de lo que fueron. Lo diré aún mejor con el pensamiento del escritor y crítico de arte, el inglés Jhon Ruskin: “Los antiguos edificios no son nuestros. Pertenecen en parte a los que los construyeron, y en parte a las generaciones que vendrán. Los muertos aún tienen algún derecho sobre ellos: aquello por lo que trabajaron…nosotros no tenemos derecho a destruirlo. Tenemos libertad de derribar lo que nosotros mismos hemos construido. Pero aquello por lo que otros hombres entregaron su fuerza, su salud y su vida, su derecho sobre ello, no acaba con la muerte”.