POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Hoy martes, si las cosas fueran como antaño, las gentes colunguesas -hablo de todo el concejo- estaríamos de JIRA EN LA PLAYA DE COLUNGA en prolongación, un día más, de las fiestas en honor de la Virgen de Loreto.
La JIRA -que no la «gira»- suponía romería, música, baile, folixa infantil, disfrute de playa y de «prau» y, por sobre todo, MERIENDA -CENA en grupos de familia, vecinos, amigos…
La merienda-cena tenía sus normas, no escritas pero sí impuestas por la tradición, en cuanto a manjares «de comer y de beber». Ahí estaban presentes embutidos y fiambres de casa (normalmente un «poqueñín» de jamón y un «muchín» de chorizo), ensaladilla rusa (que después de la guerra algunos dieron en llamar «nacional»), tortilla de patata (con o sin cebolla, con o sin chorizo), carne empanada y, dominando el conjunto nutricio, LA EMPANADA DE BONITO o DE CARNE. Los postres, siempre caseros; y la bebida (sidra, vino, cerveza con gaseosa, refrescos «de boliche»…) se adquirían en la barraca.
Y, ¡hala! «todos xuntos» alrededor de un mantel de cuadros y «a comer a mano» si el «menaje» escaseaba.
La Condesa de Pardo Bazán , genial escritora , «amiga muy especial» de Pérez Galdós y propietaria del hoy tan comentado Pazo de Meirás (estamos como en Sálvame) cuenta en su libro «La cocina española antigua» (inicios del siglo XX) que las empanadas surgieron en excursiones , cacerías, trabajos de campo… para llevar «pan y carne o pan y pescado en un solo plato» .- Otros escritores remonatn la costumbre a aquellos tiempos de cuando la nobleza , en sus banquetes, colocaban grandes trozos de asado de carne o de poscado sobre «gigantescas» rebanadas de pan que les servían de plato y de complemento. El sobrante de pan, empapado en la grasa del asado, se regalaba a los pobres… o se daba a los perros.
Y esto fue así hasta que alguien pensó en «poner una rebanada sobre la otra y entre ellas algo del asado sobrante. Y ¡zas! ahí nació la EMPANADA.
Vemos, pues, que la EMPANADA exige dos componentes: El CONTENIDO (o relleno) y el CONTINENTE (o la masa horneada que encierra al contenido).
El «contenido» más tradicional suele basarse en carnes o en pescados. Hay también especialidades un tanto curiosas: berberechos, caracoles, calamares en tinta, manos de cerdo…) Lo decía el refrán: «No hay cosa más excusada que pies de puerco en empanada».
El continente tradicional por excelencia es la MASA DE PAN (de ahí el nombre de «empanada»); pero al correr de los tiempos y alterarse el gusto de las gentes hubo quienes se decantaron por masas o pastas más ligeras, más suaves, más tenues, más «vaporosas»… (¡qué cursiladas escribo!).
Y, así, surgieron las EMPANADAS DE MASA DE HOJALDRE (algunos asturianistas dicen «pasta de milfueyes»), muy frecuentes en nuestras confiterías. Otros, en cambio, buscan un intermedio entre la masa de pan y la hojaldrada, que denominan «pasta brisa» en pésima y errónea traducción castellana a la expresión francesa «pâte briseé» que debiera traducirse como «pasta o masa quebrada».
Y ello es debido a que esta masa, al hornear, se quiebra, rompe o desgaja en delgadas láminas semejantes al hojaldre.
Bueno, bueno… Pues les cuento todo esto porque al no haber JIRA a la playa por el cuento del virus maligno, el domingo hicimos nuestra comida lauretana en prau y a la sombra de una figar. Y entre los manjares de comida (fiambres, tortillas, embutidos, costillas…) ahí estaba en «podium de honor» la mejor empanada que comí en mi vida, aparte sea dicho de las que yo elaboro. Una EMPANADA DE BONITO -12 raciones- preparada en el restaurante CASA CARLOS, de Caravia Alta.
¡Madre del Amor Hermoso! Aún no se si la hizo Luis Francisco, la Virgen de la Consolación, la Virgen de Loreto o los tres «caciplando» por la cocina.
Yo pregunté y allí me dieron esta receta para una pieza de 10-12 raciones:
1.- Para la masa: 700 g de harina fuerte de trigo; 1 sobre de levadurina royal; 1 vaso de aceite de oliva; 1 vaso de agua; un poquitín de sal.
2.- Para el relleno: Pisto elaborado según costumbre con dos cebollas medianas, un pimiento rojo y tomate natural triturado; 2 huevos cocidos picados y 300-400 g de bonito en aceite de oliva.
3.-Preparación: Se elabora la pasta amasando muy bien todos los ingredientes y reposa durante una hora escasa en lugar templado. Se estira y lamina con el rollo (sobre superficie enharinada) y se divide en dos partes. El grosor de cada lámina es aproximadamente de 0,5 cm.
Una de ellas se dispone cubriendo fondo y paredes de un molde rectangular engrasado, se añade el relleno y se cubre, cerrando bien los bordes, con la otra lámina de pasta.
Se pinta con huevo batido y, pinchando con un punzón o un tenedor la capa de cierre, hornea a 180º C durante unos 40 minutos.
Enfría, se desmolda… ¡y a comer!
Señora y señores ¡Qué empanada, Dios mío, qué empanada!