POR JUAN JOSÉ LAFORET HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (LAS PALMAS)
Empresas -entendido el término como ese ‘intento o designio de hacer una cosa’ o ese ‘intento o acción ardua y dificultosa que se comienza con resolución y valor’, como apunta Julio Casares en su diccionario ideológico- de muy distinto signo y perspectiva marcaron el devenir de la humanidad a través de los siglos y en momentos cruciales, que se han convertido en hitos ineludibles del pasado. Canarias tampoco fue ajena a esas empresas, a esas expediciones que marcaron incluso su destino y su provenir. Empresa de enorme valor, ardua y dificultosa, fue la de los comerciantes y frailes mallorquines que, allá por las décadas centrales del siglo XIV, se adentraron en el Atlántico con unas endebles naves, las denominadas ‘cocas’, y pusieron de nuevo a las Islas Canarias en la mirada de la historia europea.
Otra empresa, promovida por el papado y muchas monarquías europeas, fueron las cruzadas a ‘tierra santa’, que alteraron la vida internacional del medioevo y originaron enfrentamientos cuyas consecuencias aún marcan la vida y la paz actual. Empresa fueron los viajes descubridores de Marco Polo, Colón, Magallanes y Elcano, o los de naturalistas, geógrafos y marinos ilustrados como los de Charles Robert Darwin, Alejandro Malaspina o Jorge Juan.
En fin, empresa como ese espíritu que impulsa a emprender algo que puede y debe cambiar la vida propia de su impulsor, de su entorno e, incluso, de una buena parte de la humanidad. Día a día, los momentos más cotidianos y repetitivos de nuestra existencia son acaso también la gran empresa que cada cual debe afrontar, y hacerlo con resolución y valor, sabiendo que ello puede cambiar y mejorar su existencia y su devenir. Y en ese marco aparecen dos oportunidades, la que ofrece la actividad deportiva y la que se deriva de compartirla con quienes a diario se afronta el reto de construir el progreso de esa otra empresa, la compañía mercantil en la que se trabaja y que debe servir a la sociedad, proveerla de productos o servicios, y contribuir a asegurar su existencia y su progreso.
Practicar deporte se ha convertido en el mundo actual no sólo una actividad saludable ineludible, tanto por motivos físicos, como psíquicos, sino en un verdadero rito contemporáneo, donde, en eventos como las carreras populares, tan en boga en estos momentos, como ha señalado la antropóloga francesa Martine Segalen, la ‘carrera encarna la resistencia, el aguante, la constancia…’, junto a otros valores imprescindibles en un mundo tan competitivo y exigente. Incluso ‘…las ropas del corredor encierran algunos significantes que contribuyen a convertir la carrera en un rito’. Así, indudablemente, las carreras son uno de los espacios de ritualización contemporáneos más destacados.
Por ello, y desde hace ya ocho años, Las Palmas de Gran Canaria asiste a una gran empresa, y disfruta enormemente de ella, la que protagonizan miles de personas cada año en la Canarias7 Carrera de Las Empresas. No se trata de la mera participación un domingo al año en una carrera urbana, en la que se escoge recorrer 5 o 10 kilómetros. No, es muchísimo más que esto. Es una ilusión, que se convierte en proyecto y en aspiración personal y colectiva. Un reto que se prepara, con valor y resolución, desde un tiempo antes, que suele ser en casos varios meses, e incluso, tras siete ediciones, en un compromiso que se asume libre y satisfactoriamente de un año para otro, y que ha llevado a muchísimos de los participantes a disfrutar de este deporte tanto en unos entrenos organizados, dirigidos y periódicos, como en otras pruebas, sean de ciudad o de montaña. Pero la gran cita, el encuentro donde se da un ritual social y festivo, que nos incorpora a nuestro entorno cotidiano de forma más grata, y donde cada cual se encuentra consigo mismo de forma desenfadada y significativa de su personalidad, es la esperada Canarias7 Carrera de las Empresas, pues, como se ha señalado reiteradamente, si el deporte representa los valores de competitividad, trabajo en equipo y superación, se trata de unos parámetros que también se ajustan perfectamente a los requisitos de la vida laboral. O, viceversa, son valores de la vida y actividad empresarial que se hacen patentes en la actividad deportiva, e impulsan a los diferentes equipos que se inscriben y participan en esta carrera, donde esa identidad y estilo de cada empresa será importante para insuflar el espíritu de preparación, participación y competitividad de ese equipo de corredores que la representa, incluso para hacerse con los primeros puestos, o para lograr los tiempos y marcas que representa.
Junto con ello, esta empresa de correr bajo los símbolos y la identidad de la marca empresarial que les agrupa, también permite disfrutar de forma más desenfadada del ambiente de la misma, así como acercarse a la ciudad donde desarrolla su trabajo, conocerla más directamente, uniendo a sus calles, a sus edificios más señeros, a sus monumentos más destacados, a todos aquellos hitos urbanos que se encuentran en su recorrido, la experiencia de su esfuerzo y de su ilusión por estar allí. Un domingo que quedará marcado ya para siempre en el calendario de sus vidas, y en la de sus familiares, que, en casos, también se unen a esta celebración deportiva que rezuma espíritu de empresa en todas sus vertientes.
La Canarias7 Carrera de las Empresas se ha consolidado así, no sólo como una de las más destacadas entre las que se celebran en distintas localidades de España, tanto por participantes, como por el ambiente que ha crecido y se ha consolidado año tras año, gracias al espíritu participativo, festivo, deportivo e identitario. Como en toda actividad empresarial, nos encontramos en esta carrera un esfuerzo personal que busca alcanzar un objetivo de equipo, lo que también se transforma y se identifica con el más auténtico espíritu ciudadano, el que de verdad asume el reto de construir una ciudad. La CANARIAS7 Carrera de las Empresas, en su 8ª edición, es ya un verdadero hito cívico, empresarial e identitario de Las Palmas de Gran Canaria.