POR MANUEL LÓPEZ FERNANDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
MUJERES COMPROMETIDAS EN DIFUNDIR LA CULTURA
CRUZ Y LUTGARDA
Ambas eran hermanas. Mª de la Cruz hizo Magisterio en las Teresianas de Córdoba. Comenzaron juntas a impartir las clases en los años 35- 36.
Tenían escuela en la calle Nueva, a la que asistían numerosos alumnos. Enseñaban el Catón, a coser y cálculo.
Cruz marchó después a la cortijada de la Herrera y allí impartió clase a niños, enseñaba a las niñas a bordar, cosiendo allí numerosas dotes. A las personas mayores las iniciaba en las reglas básicas de aritmética, lectura y escritura. No cobraba por su labor aunque sí recibía numerosos regalos de los alumnos que llegaban andando de distintos lugares desde los Nevazos a El Calvario.
Después fue su hija Liborita la que continuó las clases hasta el nombramiento de un maestro definitivo para la cortijada.
GREGORIA MANJÓN
Alumna aventajada en sus estudios en Cristo Rey, especialmente en la elaboración de labores. Para conseguir unos ingresos necesarios impartió clase enseñando las primeras letras y especialmente las labores de coser y bordados en donde destacaba por su excelente destreza y habilidad. El local de enseñanza estaba en la calle Nueva, y solamente se dedicó a esta actividad durante un corto tiempo.
ROSA JUÁREZ RUBIO
Nació en 1922. A los seis años aprendió a leer y escribir con Onofre Cano. Al cumplir los ocho años ya comenzó a enseñar, primeramente a los hijos de los vecinos. La gente se fue animando y hasta los mayores iban para aprender lo que ella sabía. Llegó a reunir tres generaciones: abuelos, padres e hijos.
Esto ocurría en el Valle. En este cortijo acogía a todo el que quería aprender. Los mayores acudían por la noche después de realizar sus trabajos.
En el año 1963 en Villanueva instaló su escuela con la ayuda de don Antonio Alonso, párroco de San Andrés, en la calle Colón primero y luego en la Fuente Vieja.
Llegó a reunir hasta 40 alumnos en horario escolar. Estos llevaban desde las humildes sillas de enea, hasta pomposos sillones. Los niños se agrupaban en diferentes niveles de estudio. Unos comenzaban el aprendizaje de las vocales y otros a dividir.
Por la tarde o por la noche, Rosa se ajustaba a los horarios de los alumnos mayores para las clases. Iban personas que necesitaban aprender a leer y escribir, para encontrar un puesto de trabajo; también asistían jóvenes que querían escribir cartas a sus novios que se encontraban en la mili. Otras personas recurrían a ella para que les escribiese cartas a los familiares.
Al inaugurarse los Grupos Escolares tuvo que dejar la enseñanza con alumnos pequeños, pero no dejó de trabajar porque la gente seguía acudiendo a otras horas como clase de apoyo. Hasta que pudo siguió haciendo lo que a ella le gustaba. Hoy en día todavía queda gente que la recuerda como su maestra.
LA ESCUELA DE MISERICORDIA
Misericordia Sánchez, vivió en la calle Gitanos, bien preparada para la enseñanza de las primeras letras impartió en su casa algunas clases, pero fue el alquiler de su casa al Ayuntamiento para que las maestras nacionales tuvieran su escuela, lo que hizo que se quedase el local como Escuela de Misericordia. Entre las maestras que estuvieron aquí destacamos , doña Fermina, señora alta vestida de negro, doña Araceli Rivera o doña Carmen Jiménez las que residieron mayor tiempo.
Entre las actividades de Misericordia destacan el tiempo que recorrió aldeas y cortijadas para aprender y conocer los bailes regionales, pasando sus conocimientos a María González Robles, que en un corto tiempo se dedicó a la enseñanza y práctica de este tipo de baile. A finales de los año 70 murió Misericordia.
CELIA
Vagas referencias nos han llegado de la escuela que estuvo frente a la emisora, en la calle Roma la Chica. Nos indican que antes de la guerra en el mismo lugar estuvo la Academia de Segunda Enseñanza “ María Auxiliadora” con don D. Joaquín, D. Jesús y D. Pedro el Cura. Las alumnas llevaban su propia silla. Por las mañanas se realizaban tareas instructivas, lectura y escritura y por la tarde hacían labores para el hogar.
Tras unos diez o doce años se desplazó toda la familia a Valencia.
EDIBERTA Y PERIQUITO ANTONIO
Periquito Antonio, padre de Edilberta, se dedicó a la enseñanza, en su casa de la calle Úbeda. Ejerció en los años anteriores a la guerra civil, y murió el día uno de abril de 1939 .
Tuvo gran habilidad para que los alumnos aprendiesen la tabla de multiplicar. Cuando los alumnos se equivocaban, eran los compañeros los que debían darle un coscorrón. Si daban flojo, indicaba que fuese el compañero el que se lo devolviese. En su libro “… apenas el recuerdo” Miguel Hueta recuerda su asistencia a esta escuela, en la que compartía asiento con Gonzalo Martos. Miguel sitúa esta escuela en la calle Nogueruela, tal vez porque por esta calle se dirigía a la escuela.
Periquito enseñaba a personas mayores, que incluso venían de Iznatoraf. Ediberta nació en el año 1905 y murió en 1970.
Trabajó algún tiempo en casa del Dr. Palanca, en Madrid, ya que era una excelente costurera. Después se dedicó a enseñar de manera particular, al quedarse viuda muy joven. La experiencia para la enseñanza la había recibido de su padre Periquito Antonio. Ejerció durante más de 30 años. La escuela estuvo situada en la calle Ubeda.
Ediberta lograba colocar unos 60 niños en dos pequeñas habitaciones: la cercana a la puerta de entrada destinada a las niñas, los niños estaban en otra interior. Cada alumno llevaba su silla y en la época de invierno su “latilla” con brasas.
Les enseñaba a leer y escribir que, lo hacían en sus pizarras individuales copiando las muestras que les ponía, utilizando aquellos pizarrines, que ya figuran en los museos escolares. La mañana estaba dedicada a las muestras, dictados y aprendizaje de las cuatro reglas. Lograba excelentes resultados con la enseñanza del Sistema Métrico Decimal, y los verbos. Por la tarde las muchachas se dedicaban a las labores del hogar y el rezo del rosario.
Algunos alumnos que asistieron a esta escuela fueron :Ramos, Anita, Antonio Bravo, Mari Carrascosa, Julia, Pedro Galera… Las salas estaban adornadas con Mapas-mundi, la bola del mundo, y las imágenes del Sagrado Corazón y Virgen de la Fuensanta.
Preparaba a los alumnos para la Primera Comunión. Antes los había examinado el sacerdote D. Julio. El día de la ceremonia marchaban en fila a la parroquia y después celebraban un banquete en el local escuela. El resto de alumnos eran invitados a tortas y roscos de baño. También preparó en algún momento para el sacramento de Confirmación administrado por el Obispo.
FUENTE: M.L.F.