POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
En la calle Vera- Cruz inició primeramente clases de bordados, posteriormente, ante la falta de plazas escolares, para niñas, comenzó a enseñar las reglas fundamentales y a escribir. Las niñas cuando adquirían la cultura básica seguían asistiendo para bordar hasta que no terminaban sus ajuares. Cobraba de 0´50 a 1 peseta. Asistieron entre numerosas alumnas, Maruja Bueno, Nieves, Vega, Aurora y María Donaire…
Por las tardes siempre se rezaba el rosario. Su hijo, Matías, nos narra algunos aspectos biográficos:
“Cuando después de mis largos años de ausencia del pueblo con motivo de mis estudios: internados de los Jesuitas en Villanueva y Úbeda, así como el periodo del Seminario, 7 años, volvía al pueblo en periodo vacacional. La mayoría de la gente, no muy cercana, me preguntaba ¿Tú de quien eres?
La respuesta que siempre daba en el clavo y no necesitaba más explicaciones era: “Hijo de Nicolasa, la maestra de la calle Vera-Cruz”.
Nicolasa nació un 16 de julio. Siempre se lamentaba haber nacido el día de la Virgen del Carmen y que le hubieran puesto, Nicolasa.
Creo que el origen de esta escuela estuvo en su gran habilidad como bordadora.
Tiempos deficitarios de puestos escolares femeninos. En la zona de su entorno solamente existieron las tres clases para niños de D. Joaquín, D. Justo y D. Manuel. Antes de pasar al aprendizaje de bordado, las familias procuraban dar a sus hijas lo básico del momento:
Primeras letras: cartilla Cuatro reglas. Conocimientos básicos culturales, enciclopedia Álvarez. Educación religiosa: catecismo, rosario… La escuela estaba en dos estancias, perfectamente diferenciadas: a) Zona de escuela: Mesa de la maestra. Sillas traídas por las propias niñas. Estufas de carbón también caseras para combatir los fríos invernales. La mayoría de los conocimientos se impartían en forma de cánticos: Tabla de multiplicar. Conocimientos geográficos. Oraciones.
¿Quién ha pasado por la calle Vera-Cruz y no ha escuchado los cánticos monocordes que salían de la escuela de Nicolasa?
b) Zona de bordado. En el portal de la casa, con cristaleras en invierno y puertas abiertas en verano, se alineaba, las jóvenes en edad casamentera que preparaban sus ajuares con verdadero entusiasmo.
¿Cuántas mantelerías, sábanas, pañuelos… estarán guardadas en cajones y vitrinas de numerosos hogares de Villanueva, salidas del taller de Nicolasa?
Algo que no quiero dejar de reseñar de Nicolasa es su gran “Tolerancia”. Estábamos muy lejos del Concilio, pero allí en su escuela bordaba una hija de los que el pueblo llamábamos “Los protestantes de la calle Goleta”. Siempre respetó sus ideas, nunca hizo proselitismo, nunca la obligó a participar en oraciones, ni asistencia a la capilla de la Vera-Cruz.
Nicolasa, en su labor educativa, sin estudios, creo ha dejado huella en todas las mujeres que por su escuela o taller han pasado a lo largo de los años”. Dejaría la enseñanza con la construcción de los nuevos edificios escolares, en torno al año 1972. Murió el 14 de abril de 1986.
FUENTE: M.L.F.EL CRONISTA